Ir a FORMULATV

¡Dando la Campanada!: Lo que fueron y lo que pudieron haber sido las uvas al 2017

Martes 3 de Enero de 2017 00:37
 

Antes que nada debo aclarar que todo lo que aparezca en este post habla de una opinión personal que busca ser compartida. No quiero dar voz a un movimiento social, político o ideológico de cualquier tipo. Este post es para hablar de TELEVISIÓN como medio de comunicación y como medio de entretenimiento de masas. Dicho esto ¡Hablemos de las Campanadas de este año!

De un tiempo a esta parte la emisión de las campanadas ha comenzado a ser un auténtico enfrentamiento mediático. Parece que a día de hoy le estamos dando la importancia que tiene al ser un acto que congrega a millones de españoles frente a las pantallas y este cambio de visión ha hecho que las cadenas programen sus mejores estrategias y atraigan a sus espectadores más afines.

Tras un periodo de reflexión sobre cómo afrontar este post, he decidido hablar de las retransmisiones de nuestras cadenas más emblemáticas (de todas ellas por igual) analizando sus puntos fuertes y flacos.

La 1 y la confianza en lo seguro

Anne Igartiburu ha vuelto a tomarse las uvas con los españoles y ha vuelto a liderar. Digo que ha liderado ella porque el jurado de Masterchef ha quedado bastante descafeinado. He de reconocer que la idea no era mala, al fin y al cabo, Masterchef es el buque insignia de la cadena a día de hoy y eso es innegable. Sin embargo, ¿eran Jordi y Pepe los compañeros ideales para Anne? La audiencia no les ha dado la espalda del todo, pero tampoco los han recibido con los brazos abiertos. Quizás TVE debería haber ido un paso más allá… ¿y si las campanadas hubieran quedado en manos de las celebrities de Masterchef? Puede que el éxito haya sido muy tardío en 2016 como para programarlo, pero tener a MAM, Fernando Tejero o Loles León tomando el control de las uvas de España habría tenido si no más tirón, por descontado más repercusión.

¿Es posible una apuesta arriesgada en TVE?

Nada es imposible, pero ahora se lleva lo digno a la hora de ser espectador. Todo el mundo quiere ver las campanadas en La1 porque así se han visto toda la vida, porque son la emisión más seria. ¿Comernos 12 uvas a medianoche es tan trascendental como para que la seriedad se imponga? ¿Después de tantos años seguimos necesitando un tutorial de 15 minutos sobre cuartos y campanadas? Entiendo que el público más conservador necesita su rincón televisivo y que puede encontrarlo en TVE, pero ¿qué hay de malo en contar con rostros más jóvenes o diferentes al frente de las campanadas? ¿y si La1 le confiara las campanadas al reparto de El Ministerio del Tiempo? ¿no podría Eva González haber tomado el relevo de Anne Igartiburu con Miguel Ángel Muñoz a su lado y apostar por una pareja de guapos (que últimamente la gente se indigna mucho cuando hay solo un 50% de guapos en pantalla? O quizás Jordi Hurtado compartir el secreto de la inmortalidad en horario de máxima audiencia...

Creo que los espectadores van pidiendo un poquito de riesgo y yo, personalmente, ya le habría dado la oportunidad a la presentadora de Masterchef (ya que Bisbal y Chenoa no estaban disponibles para reventar audímetros).

Mediaset y su apuesta unilateral

Mediaset España lleva dos años renunciando a la lucha por los últimos minutos del año. Desde que sus canales comparten la misma retransmisión parecen andar dando palos de ciego. Sin embargo, todo tiene su lado positivo. Y es que el equipo de First Dates tenía que estar al frente de las campanadas en Cuatro sí o sí. Son el programa revelación de la temporada por méritos propios y esta retransmisión era un premio que le otorgaba la cadena a su producto estrella. Pero en medio de este acierto llegaron dos elementos que a mí me chirriaban.

1) La humilde audiencia de Cuatro no tiene nada que hacer en Telecinco

First Dates ha sido un descubrimiento. Un éxito. Pero lo ha sido en y para Cuatro. El Grupo Mediaset puede estar muy contento con su rendimiento, pero Cuatro no es Telecinco (aunque parece que se les haya olvidado). Cuatro no comparte público con su hermano mayor y, de hecho, desde la fusión le cuesta horrores saber cuál es su tipo de público. Carlos Sobera no arrastra a la audiencia de Telecinco, a pesar de su conexión con los espectadores. Puede incluso que su imagen todavía siga más ligada a A3Media que a Mediaset. Aunque nos duela, Telecinco tendría todos los titulares de Año Nuevo si atacara con lo más fuerte. ¿A que molaría ver a Jorge Javier Vázquez y a Mercedes Milá presentando las campanadas? ¿Quizás Jesús Vázquez con Tania Llasera? Incluso cualquier pareja o trío de colaboradores de Sálvame. ¡¡OJO!! No estamos hablando de que lo hicieran mejor o peor, sino de la explosión televisiva que podría suponer su presencia ante las cámaras. Ni los realities ni el amarillismo por excelencia de España son de mi agrado, pero son los monstruos capta-espectadores del país. Desaprovechar su tirón solo lleva a la caída en audiencia. ¿Recordais cuando Belén Esteban dio las campanadas? Puede que quieras olvidarlo, pero aquello fue televisión made in Spain de la fuerte.

2) ¿Quién es Lara Álvarez?

No me lo toméis a mal. Sé quién es. De hecho, no tengo nada en su contra, pero sí es cierto que no me dice nada. ¿Qué es Lara Álvarez en Mediaset? Segundo plato en GH, intento de salvadora para Todo Va Bien, correcta en Supervivientes… ¿y? Probablemente Lara Álvarez merezca intentarlo en algún formato como pieza clave, pero mientras tanto Mediaset nos la está colando con calzador. Es la nueva Sara Carbonero (afortunadamente transmitiendo un poco más), pero sigue su mismo perfil. Muchos ya se han abonado a su club de fans como la guapa elegante de Nochevieja, pero lo cierto es que no fue más que el contrapunto a Sobera en unas campanadas descafeinadas que no representaban para nada a la cadena. Si querían una pasarela de guapos (que no tiene nada de malo que la gente se alegre la vista mientras se atraganta con la séptima uva), Christian Gálvez o Jesús Vázquez habrían cumplido esa función a las mil maravillas y el público los habría identificado con Mediaset sin problema.

En definitiva, Mediaset lleva dos años jugando a la segunda división de la tele en fin de año con programas que están lejos de defender el peso de una cadena líder durante más de dos años. (PS: puestos a ser casposos y morbosos Ana Rosa Quintana y las Campos podrían haber hecho de las suyas a medianoche).

LaSexta sin sus estrellas

Solo hay una persona que ha sido capaz de hacer brillar las campanadas de laSexta, pero todavía no vamos a hablar de ella. Este año Frank Blanco ha vuelto a la Puerta del Sol y la cadena ha apostado por alguien con quien tuviera conexión para llegar al espectador. Irene Junquera, otra cara más que acumula fans y detractores a cascoporro, fue la elegida para estrenarse este año de manera notable, levantando ligeramente las cifras del año pasado. Una pareja con química y chispa, guapetes con su público y sin duda ligados a la cadena que representan. A título personal me encantan, pero siendo coherentes con el análisis, quizás no hayan sido los más indicados. A laSexta siempre se le han atragantado las campanadas, y su “campanada” estrella lleva ya dos años despidiendo el año en Antena3. No discuto que Zapeando lleva consigo una carga importante de espectadores fieles para la cadena verde, ¿pero no es esta apuesta la versión light de lo que espera la audiencia en Antena 3? Yo creo que habría que jugar con otros sellos de identidad. ¿Qué tal Ana Morgade y Anna Simón (sin género masculino de por medio, que no siempre se les necesita)? Y si tal es el referente informativo… ¿Qué pasa si dejamos que el periodismo y las campanadas se den la mano? ¿Jordi Évole? ¿Ferreras? ¿Ana Pastor? Puede que si buscas show te vayas a otra cadena, pero si el canal del seis quiere que se le identifique con su vertiente informativa, les sobran caras para experimentar. Aun así, chapó por Frank e Irene.

Las Campanadas de Antena 3 que dio laSexta

Antena 3 lleva dos días de Año Nuevo consecutivos dando palmas con el culo rebosante de alegría. No tocan techo con el experimento televisivo de la década. Hablamos, claramente, del que fue el último Trending Topic absoluto del 2016 y el primero de 2017. La señorita Cristina Pedroche ha vuelto a dar su show de fin de año para los que la aman y para los que la odian. Sí, lo ha dado para todos, porque su 18% de audiencia no es de gente que la adora, sino de gente que lleva 365 días esperando volver a lanzarse a la yugular. Recalco que hablamos de Cristina Pedroche y no de Alberto Chicote quien, sintiéndolo mucho, nos sobraba a todos y que solo tomó protagonismo a la hora de cantar las campanadas mientras Cristina se tomaba las 12 uvas.

¡Dando la Campanada!: Lo que fueron y lo que pudieron haber sido las uvas al 2017

El mejor dato en doce años para las campanadas de Antena 3 se lo llevan dos presentadores que este año no han tenido cabida en la cadena madre de A3Media (exceptuando los especiales de los alimentos de Chicote). Son las caras de laSexta raptadas por Antena 3 con la única intención de destronar un año más a Telecinco en la última batalla de diciembre.

Cristina Pedroche se asegura un año más las campanadas. Eso ya está firmadísimo. Simple y llanamente porque ella ha conseguido hacer algo que no esperaba nadie: convertir las campanadas en su propio formato. Puede dolerte en el alma como fan de Igartiburu o incluso como fan de Antena 3 si no la soportas, pero es absolutamente cierto. Cristina Pedroche no es la presentadora de las campanadas, es la conductora de un programa nuevo al que yo denominaría “El show de Fin de Año”. Puedes pensar que es tonta, que solo está ahí por ser una cara bonita o decir que tira abajo cualquier lucha ideológica, pero Cristina Pedroche hace historia de la televisión cada 31 de diciembre cuando no deja indiferente a nadie y los españoles sucumben al vicio más irresistible del país: el cotilleo y la crítica. Nos gusta verlo porque nos indigna, nos gusta verlo porque nos encanta, nos gusta verlo porque nos permite opinar en casa y en las redes. Al final tú eres partícipe de las expectativas que se generan las últimas semanas de diciembre. Estás esperando a ver su próxima jugada para poder elevarla a los altares o ponerla por los suelos. Si tanto la odiaran, no hablaríamos y pasaría desapercibida, si tanto la amaran tendría un 50% de share.

¿Para cuándo un compañero a su altura?

Cristina Pedroche pide a gritos un compañero digno. Frank Blanco lo fue en sus inicios (con él empezó todo), pero Antena 3 tiene que tirar de su cartera de fichajes. Si queremos show, ¿dónde están Arturo Valls, Manel Fuentes, Ángel Llácer o incluso Karlos Arguiñano? Aunque solo Arturo podría hacerle frente a un estilismo Pedroche con algo rompedor... Yo lo llevo diciendo mucho tiempo y en el primer Zapeando de 2017 Frank Blanco ya lo ha dejado caer: Arturo Valls y Cristina Pedroche piden a gritos su minuto de oro. Y si, por otro lado, la audiencia pide presencia de guapos… ¿a qué están esperando para sacar a Jorge Fernández a la palestra? Pedroche necesita alguien que explote su lado más natural y desenfadado. El corsé puede estar bien en el vestido, pero no nos vale su personalidad encorsetada. La queremos a ella, con su imagen y chispa tal y como es y con un compañero que sume.

La estrella del formato siempre se hace esperar

Pese a quien le pese eso es lo que es. Es ella misma en estado puro rompiéndote el esquema de lo que la tele te ha dado todos estos años. Tal y como Josie dice, sus campanadas son show, espectáculo. Es fiesta. Es la fiesta de los dimes y diretes, el último chisme del año, la primera polémica del siguiente. Es el debate ético de enero por llevar un modelito de pasarela o alfombra roja al punto de mira de un país. Yo soy un nulo en moda, pero todo lo que hay detrás de cada vestido de Cristina Pedroche está sustentado en iconos de la moda. Está elaborado por profesionales a los que no todos entendemos y que, por descontado, no tienen por qué ser de nuestro agrado. Este vestido pasa por Cibeles y no llega ni al puesto 300 en TT, pero si se lo pone Pedroche en horario de máxima audiencia sabe Dios que será tema candente hasta en la Antártida. No nos molesta el vestido, molesta la percha y eso sí que es triste.

Como dije al principio esto es una mera opinión personal y yo quiero mojarme por Cristina.

Todo lo que hace me genera expectación. Me gusta verla, me gusta escucharla y me gusta sentir lo que me transmite. Me gusta la Cristina Pedroche que comunica (mucho más cuando está fuera de guión), me gusta la que parece ser ella misma sin necesidad de haberla conocido en persona, me gusta cuando vive 'Pekín Express' como si lo corriera en primera persona, me gustan sus entrevistas hasta cuando se equivoca porque tira al suelo la idea de que el triunfo y la perfección van de la mano. Ella triunfa porque le da algo a un grupo de espectadores que los engancha y porque la vemos humana. ¿Que si es guapa? ¡Joder! Faltaría más. ¡Claro! ¿Que eso en la TV es un plus? ¿Acaso olvidamos que es un medio visual de comunicación? Yo creo firmemente que hay que tener algo más que guapura para estar en la televisión. Si no que se lo digan a mi amiga Sara Carbonero (la pobre, aprovecho la mínima para meterme con ella…).

Y hasta aquí el extenso análisis de estas campanadas. Disfrutad de la tele y empecemos a darle menos vueltas a todo. Las batallas las ganamos o perdemos día a día y no en 5 minutos de televisión al año.

Comentarios

Necesitas ser usuario registrado de FormulaTV.com para comentar en este blog. Conéctate o haz clic aquí para registrarte

Sobre este blog...

El backstage de los medios y las resacas del prime-time. Televisión, música y cine. Y para los que busquen algo más de escritura creativa también en http://losjunioscallados.wordpress.com
Creado por
Categorías
Archivo