Hace ya bastantes meses dije en otra entrada que "espero que la luz optimista de la Afortunada no se haya apagado por completo". Hace tiempo que se apagó. Todo ese tiempo intentando revivirla, pero el mechero ya no tiene ni chispa, y no es de los recargables. Ni agarrarse a un clavo ardiendo sirve de nada. Y me iré de aquí pensando que fui yo quien la apagó, que se me dieron cerillas, piedras para reavivarme, y que no las quise. ¿De qué me sirven unas cerillas mojadas?
Como dicen por ahí, basta ya de arrastrarse, basta ya de rebajarse. Basta ya de pedir perdón por todo y que no se me perdone. Basta de engaños. Basta de pedir ayuda y que nadie escuche; o peor, hagan como que escuchen y que las palabras caigan en saco roto. Basta de rematarme. Basta de olvidarse de Diana.
Por supuesto que no voy a quedar con gente que es incapaz de tener una conversación normal conmigo, o que me echó de su vida. Las cosas duelen. Llevan 9 meses doliendo, ya es hora de parir. Al menos sí que he roto aguas.
Lo intenté. Sabéis que lo intenté. Pero para que una guerra se acabe, ambos bandos tienen que bajar las armas. Y yo esta guerra sé que la perdí hace tiempo, no hace falta contraatacar. Ya no.
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