El Hormiguero tenía un invitado de excepción, Ferrán Adrià volvía a dejarnos frases y recomendaciones de esas que parece sólo tu padre puede hacerte. Pero había algo que faltaba, un gusanillo se iba acrecentando más, en cierta manera de forma ridícula, pero es lo bueno de los estrenos.
Nos habían hecho una gran sobrexposición a bases de anuncios y entrevistas, la mosca llevaba ya unos días anunciándonos la hora a la que teníamos que sentarnos en el sofá y disfrutar. Pero todo eso no vale de nada, por muy bien que nos lo pongan sabemos que al final el resultado puede ser catastrófico o indiferente, siempre queda la duda.
A las 10 y 30 aparecía por la pantalla esa presentadora que para todos siempre será la de los bikinis en las islas. Esta vez no, ahora apostaba por un vestido más tipo Salomé, que a algunos nos recordaba a las galas de nochevieja de José Luis Moreno, vaya comienzo. A continuación salía el jurado, unos más estirados que otros, ¿Por qué Ana Torroja nunca se ríe?
Pero esas primeras impresiones se quedaban solo en eso, si alguien tenía la mínima duda de que iba a asistir a un recital de alaridos provocados por los nervios de nunca haber pisado un escenario, se equivocaban. A cuadros nos quedábamos con Roko y su actuación de Adele, pero es que a cuadros nos quedábamos con casi todos. Y si por casualidad alguno se salía del guion de buenas voces ya estaba Natalia, de la Quinta Estación, para resarcirnos en nuestra idea de que eso nos había sonado mal. Magistral.
Fue un acierto el casting, pero aun mas acierto fueron las canciones elegidas. Quizás las decisiones finales (sólo 16 de los 25 pasaron a ser concursantes) pueden ser debatidas, sobre todo algunas decisiones del jurado, pero esa idea se esfuma de la cabeza en cuanto te das cuenta que los que se han ido son buenos, pero los que se quedan, mejores.
Sobraban algunas cosas, esos abrazos empiezan a crear sarpullidos en una cadena que se está pasando con la idea de familiar, sin embargo, todo parece indicar que los lunes será un día para sentarse a disfrutar, a aplaudir desde casa cada una de las actuaciones, y crear TT en Twiter por lo bien que cantan, no por lo que desafinan.
¿Las audiencias? El numero 1 tuvo un 20.8% de share, siendo la primera opción de una noche bastante difícil con Gran Hermano y la final de ¿Quién quiere casarse con mi hijo? entre sus competidores. El próximo lunes volverá a batirse en duelo con Telecinco, aunque puede que la cadena de Mediaset se lo piense y decida volver su día fetiche. Esto parece un éxito al patrón de Tu Cara me suena, cada gala más adeptos.
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