Hoy, jueves, 18 de Diciembre, las puertas de Guadalix de la Sierra se cierran una vez más hasta que dé comienzo la próxima edición de lo que muchos consideran el mejor reality de la televisión española. Hoy, 91 días después de que diese comienzo esta experiencia, sabremos quién se alza con la victoria tras haber vivido infinidad de emociones. Hoy, se hará historia, ya que en esta edición protagonizada por mujeres, las puertas del plató de 'Gran Hermano' se abrirán por última vez para recibir a la ganadora más joven en toda la historia del concurso, la ganadora de una promoción de grandes hermanos, que para bien o para mal, no pasará al olvido fácilmente.
He de reconocer que empecé a ver esta edición de casualidad, ya que nunca he sido ferviente seguidor del formato, y es que desde aquel lejano 'GH11' que concluyó en 2010, no he vuelto a esperar con impaciencia las galas de los jueves ni a seguir con asiduidad los DBTs de los domingos, hasta este año.
Y es que ahí estaba yo, un jueves de Septiembre a las 22h, tras la vuelta del verano, a medio camino entre la tristeza más absoluta y las incoherentes ganas por volver a incorporarme a la rutina habitual, cuando cogí el mando a distancia y me topé con el comienzo de la gala 0 de casualidad, y decidí quedarme a ver el resto. Lo que no supuse nunca sería que llegaría a involucrarme tanto como lo he hecho estos 3 meses, viendo el 24 horas con más frecuencia de la que me gustaría admitir, tragándome el 'GH:diario' día sí día también, y votando como un loco para salvar a mis favoritas. Y es que como digo, algo tuvo la introducción de los que serían los inquilinos de la casa más famosa de la televisión que me hizo quedarme pegado a la pantalla, y así, hasta hoy.
A priori, el casting parecía impecable, el equipo detrás de elegir a los concursantes parecía que se había puesto las pilas con esto de la nueva mecánica por parejas; un -casposo- dúo formado por un torero y su apoderado que irían a encontrar la horma de su zapato en una antitaurina; una musulmana que habría de convivir con un gitano, el cual conocería a su hermano por primera vez entre esas cuatro paredes, un chico -que al menos parecía ser- la mar de gracioso y que había entrado con su cabra... Como digo, todo esto, a priori, ya que a lo largo que transcurrían los primeros días de concurso, los hermanos habían decidido hablar de su tema fuera, no saltaba ninguna chispa entre Luis y Azahara, y para colmo, Alfredo y Shaima se llevaban genial. Un fracaso, vamos. Con tal panorama, la casa se encontraba en un estado de coma, con el liderazgo por la cocina y un romance poco creíble como únicas tramas a resaltar; algo que se hizo notar en las mermadas audiencias de las primeras galas del concurso; y es que nadie podrá rebatirme, que a excepción del trío Carabanchel, las primas, Paula, Shaima y Lucía, el resto del casting era morralla pura y dura.
Salió Paco, quien le había dado un poco de vida a la casa durante esos 10 días que duró y nos sacó unas risas a la par que nos hizo sentir cierta vergüenza ajena con sus consejos para conquistar féminas. Llegamos al jueves siguiente y llegó Lucía. A día de hoy, sigo pensando que su entrada a la casa fue lo mejor que le pudo pasar al concurso, ay, Lucía. Independientemente de que te gustase o no, es indiscutible que ella levantó esta edición de GH (como bien prueban las audiencias), y es que, ¿quién no piensa que la gala en la que hizo su aparición triunfal ha sido -a excepción de la final- ha sido la mejor hasta la fecha? Impagables fueron el momento en el que Paula le va enseñando la casa a la recién llegada (P-Y mira, ahí duermo yo, con mi Omar. L-Qué es, ¿tu chico?) y la cara que puso Omar al ver a su ex (-¡Que soy la nueva compañera de tu piba!) En tan solo 24 horas, en una noche trepidante, la de Madrid puso patas arriba la casa, volviendo con el que había sido su pareja durante 2 años y dejando a la hawaiana hecha polvo. Aún a riesgo de que se me lapide, diré que Lucía como concursante fue oro macizo; tanto sus palabras como sus acciones dentro la casa son cuestionables, y en ningún momento defiendo el machaque que llevó a cabo hacia Paula (también recordar que esta última, al enterarse de que Lucía era la ex de su rollo de dos semanas, no dudó en decirle que le iba a comer los morros delante de ella todas las veces que pudiera y que si no le gustaba, que puerta, ejem), pero en las dos semanas que estuvo le dio vida a la casa, creando tensión y mal rollo, justamente lo que hacía falta, porque, de todas maneras, ¿qué se supone que es Gran Hermano sin esos dos elementos? A pesar de que falló en casi todo lo referente a su trato hacia la de Barcelona (en el asunto del perro no pudo meter la pata de una manera más escabrosa), desde aquí quiero darle las gracias a Lucía, por insuflar el kinkismo y el movimiento necesarios a un concurso que lo necesitaba.
Tras la salida de Mayka, (la cual podría haber dado mucho más de sí en la casa, al no tener pelos en la lengua al hablar, y como prueba un botón: la pelea que tuvo con Xami y sus participaciones en plató demuestran que de haber permanecido más tiempo dentro, nos hubiera deleitado con momentazos, pena que no se expusiera Loli en vez de ella, y es que todo el asunto de las cartas tiene su gracia al principio, cuando uno se percata, asombrado, de que verdaderamente, en la casa, hay varios pocasluces capaces de creerse lo que la cordobesa veía en ellas, pero cuando basas tu concurso en no hacer nada más que eso y cocinar, sorry, pero te voy a tener que decir next) le tocó a Alfredo, el hermano de Omar, al cual no se le vio mas que cuando rezaba en el jardín y cuando discutió con Yoli porque ésta dijo que pensaba que el trío no era tan transparente como ellos afirmaban (lo cual era verdad, ya que éstos las nominaban semana sí, semana también); se expuso para ver si España le quería dentro de la casa, y salió con más de un 70% de los votos, ouch.
Shaima o Habibi, reportera y guasona de la casa, fue ganándonos a todos, haciéndonos olvidar ciertas fotos de Twitter y el poquísimo compañerismo mostrado hacia Paco durante la estancia de éste. No dudaba en ir de aquí a allá, a intentar hacer reír a todos los habitantes de la casa, gruñona en muchos momentos e hilarante en otros (el momento conguitos de rubia es oro), a la salida de la casa, demostró ser falsa, interesada, e hipócrita. A uno no se le puede llenar la boca diciendo que nadie te puede juzgar, para luego, por poner un ejemplo, afirmar que Omar no es un hombre por cómo trató a Paula. Y no me parece de ninguna manera lícito, el ir pregonando tu autenticidad, que solamente eres cotilla, y no falsa, para luego afirmar que has estado utilizando a Lucía porque no te gustó que recuperase a Omar (de nuevo, juzgando cuando ella es intocable). Decepción de las gordas la que me llevé contigo, Shami.
Vitín, o Pagafantus Común, destacó por su amistad con las primas al final de su estancia (no olvidemos el porqué de su mote: Yolanda fue cariñosa los tres primeros días de concurso con él y el madrileño le reprochó el haber estado jugando con él cuando la rubia empezó a fijarse en Joni, de traca...), por su bronca con Shaima a raíz de unas migas de pan y por ser el graciosillo de la casa. Y bueno, Omar, ¿alguien se imagina qué hubiera sido de este 'GH' sin Omar? El calvo chulo que empezó cayéndonos a TODOS como el culo, el que tenía 837 fuera, el flipao sin motivo alguno, el que dejó a Paula hecha añicos tras volver con Lucía, el que llamó catetas a las primas, el que agredió a Luis... A pesar de todo eso, acabó ganándome. Si hubiese un premio a mejor evolución dentro de la casa, Omar se lo llevaría, pero de calle. No sé si el libro de Pedro Aguado obra milagros o qué, pero sus tres últimas semanas dentro de la casa nos descubrieron a un Omar desconocido, un Omar al que se le había roto esa coraza que no nos dejaba más que ver a un chulo de barrio, un matao que no tenía ni idea de para donde tirar en la vida, esas tres semanas nos descubrieron a un Omar seguro de sí mismo, de sus aspiraciones, de cómo había más maneras de afrontar discusiones que descalificando y poniéndose brusco (cuando se encontraba discutiendo con Luis porque pensaba que Lidia Torrent, la infiltrada, era su ex reciente y él había estado magreándose con Paula, razón por la cual se le criticó a él, y Paula se metió de por medio, no pudo hacerlo mejor que ignorándola, y manteniendo la calma; igual que cuando Fran le amenazó con llevarlo a los juzgados y él mantuvo la serenidad). Inolvidable su confesionario tras recibir la visita de Lucía y de Alfredo, con lágrimas en los ojos descubría cómo este programa le había cambiado la vida; vimos cómo afloraba ese niño interno que llevaba escondido, vimos cómo no todos los malos son tan malos, vimos cómo a pesar de que la vida te ha tratado como a un indeseable, aún puedes guardar bondad dentro de ti, y vimos cómo juzgar a la gente por su portada es una estupidez. Lo hizo fatal con Paula, de eso no hay duda, pero que tire la primera piedra aquel que no haya errado jamás.
Fran. No sé ni por dónde empezar, la verdad. La doble moral, la hipocresía, el cinismo y la ridiculez toman forma humana y lo hacen en Fran. Repitiendo hasta la saciedad que no llevaba un juego, que él era una persona de corazón, vimos cómo todo era palabrería barata; cómo era capaz de bailarle el agua a todo el mundo de la casa para no salir nominado; cómo jugaba con la confianza de la gente (contando secretos íntimos y personales sin ningún pudor que se le habían dicho en confianza). Cómo, a pesar de hacer gala de tener 47 años, era el más infantil de la casa, enfadándose cuando salía nominado, pinchando a las primas sin motivo alguno, siempre tirando la piedra y escondiendo la mano; no pudiendo aportar argumentos convincentes a la hora de discutir (acusando a una persona de ser racista por no apoyar la profesión del toreo; así está el patio) poniendo palabras en boca de todo el mundo. Y lo que es peor, regodeándose en una moral inexistente: dando lecciones de humanidad al no querer cenar con los chicos antes que las chicas porque sus convicciones personales se lo prohibían, sintiéndose angustiado por la gula de los demás, pues consideraba que no se apreciaba lo que era la comida, y que había millones de personas que se morían de hambre, para después, ACABAR PARTICIPANDO EN UNA GUERRA DE COMIDA. Y lo que es peor, trabajar vendiendo casas de familias que están en la calle porque han sido embargadas, y prometer que si ganas los 300.000 euros del premio, los vas a invertir en ayudar a los niños pobres. No se debe valorar lo que uno hace antes del concurso, pero ante la evidencia, no hay excusas que valgan, y aquí lo que es evidente, es que Fran no es más que un personajucho infeliz, y persona que no es persona, una mentira.
Con Luis y con los Primos me pasa un poco lo mismo. A pesar de que el primero ha dado de lo que hablar (la pelea en el vestidor con Omar, en mi opinión, buscada por parte del taurino, es uno de los momentazos de la edición) y se ha diferenciado de los segundos en que no ha sido un mueble de Ikea. El malagueño ha buscado siempre el sol que más calentaba, en este caso, Paula. Muchas han sido las veces que se escuchaban gritos de "Paula ganadora" fuera de la casa (gritos que usaba Luis para convencer a la barcelonesa de que ella iba a ser de las últimas en salir) y no pocas han sido las ocasiones en las que Luis le ha dicho a Paula que no soportaba su tripolaridad, las tonterías que decía, y su forma de ser (Paula ha estado oprimida por Luis en muchas ocasiones). En cuanto Paula le dijo que la expulsión de Omar Vs. Paula había estado igualada, se acercó a las primas. Y tampoco fueron pocas las veces que le preguntó a su apoderado si lo que acababa de hacer daba para un buen vídeo. Juanma y Jonathan, han sido, por otra parte, una desilusión para mí, y es que creo que se acercaron a las dos rubias de la casa por estrategia y nada más, porque es más que evidente que Muchabarba no estaba pillado de Azahara (la cual ha acabado demostrando ser una chica sensible y con muy buen fondo, pero si no hubiera sido por la -soporífera- no-carpeta con el primo mayor, ni nos hubiésemos dado cuenta de que estaba allí; ya que lo único que ha hecho es agobiarse y enfadarse con Juanma cuando pasaba de ella); y para colmo, el surfero, a su salida, dice que prefiere que gane Paula (con la que apenas ha tenido relación) antes que las primas, tócate la flor. Y deJonathan, decir que es un mierdas, y más viendo lo visto cuando salió de la casa, apoyando de nuevo a Paula (con la que ha tenido una relación casi nula) y habiendo hecho sufrir a Yoli de esa manera. Me explico: Yoli ha sido pesada desde el día 1 hasta que Pocabarba se fue, y es indiscutible que ella le ha buscado a él más que al contrario; pero dos no se restriegan si uno no quiere. Y es que si Jonathan hubiese tenido la decencia de coger a la prima el primer día y decirle: "Yolanda, no quiero nada contigo, no te hagas ilusiones y no duermas más en mi cama", la de Albacete no hubiera pasado por todo lo que ha pasado, y no hubiese quedado como una pesada; pero el amor es así de ciego y de ridículo, nos impide ver más allá a pesar de lo que nos diga la gente (Alejandra le dijo en varias ocasiones que estaba haciendo el tonto para nada). Jonathan, te han faltado muchos cojones.
Hugo no se merece ni dos líneas, porque ha sido el mueble por antonomasia de esta edición (y mira que ha tenido competencia), pero se las voy a dedicar. Aquellos que ven las galas no se han podido percatar porque en los casi 3 meses que ha pasado en la casa los únicos vídeos que han sacado de él han sido aquellos en los que aparecía llorando porque echaba de menos a su familia y porque quería comercializar las heces de su cabra, Rubia (sin comentarios). Pero debajo de esa fachada de adolescente bonachón se esconde un falso como la copa de un pino; que no ha dudado en llamar "fea" a Shaima, en decir que Alejandra es insoportable y una estúpida, a la cual le tiene que decir cuatro cosas bien dichas (aún estamos esperando esas cuatro cosas bien dichas, Huguiño) y en vender las nominaciones de su compañera Azahara. Además de ir de chulo por haber nominado a las primas a la cara (gala de Halloween) con Paula, Fran y Luis, para luego ir pidiéndoles perdón y decirles que le ha sentado mal nominarlas. Hugo, no pasa nada si no soportas a las primas, es totalmente lícito, pero no me trago que las nomines por "su tono de voz" cuando el de Paula es 30 veces más irritante (además, una noche que la barcelonesa estaba en el confesionario ensayando sus gritos a las 04:00 y despertó al gallego, éste se levantó de buena gana para decirle entre risas que bajase la voz; y cuando las primas le gastaron la broma de la harina, no dudó en maldecir todo lo maldecible, para luego cambiar el bote de sal por el de azúcar para más tarde negarlo), porque además, en tu despedida ni mencionaste a las primas y en el último DBT, siempre que salía un vídeo involucrándolas a ellas no aplaudías. Hugo, eres un falso, y que se te defienda en todo porque tengas 18 años me parece ridículo. Y el hecho de que se te ríese la gracia de haber dejado a tu novia para poder tener sexo con toda la que puedas alegando que "no sabías lo que había hecho ella en 80 días", dejándola como una fresca es de juzgado de guardia. Si esto lo hubiera hecho Omar (MM lo calificó de machista porque dijo que no le gustaban las mujeres paradas en la cama), se hubiera armado la de Dios; pero claro, algunos ni se molestan en ocultar el doble rasero que aplican, en fin, asqueroso.
Yoli, mi Yoli. Qué amor de niña. Su paso por la casa ha sido impecable, siempre honesta, dulce, entrañable, sincera, bondadosa, cariñosa. No puedo encontrarle defectos, lo siento. Si es verdad que comparada con su prima, ha buscado más el evitar los enfrentamientos, pero cuando ha tenido que dar la cara, la ha dado, ha sido coherente en todo momento, ha sido la única en la casa que ha cortado de raíz cualquier expectativa amorosa cuando ha tenido que hacerlo (con Vitín) y siempre ha dado apoyo a aquel que lo ha necesitado. Me duele el haber presenciado una """carpeta""" con tan poquísimo fuste como ha sido la de Jonathan-Yoli, porque es más que obvio, que esta noche, cuando salga por la puerta, va a llevarse un chasco muy grande con el valenciano; y me duele además porque su paso por el concurso ha quedado empañado por el esfuerzo que ha puesto en que la cosa llegara a más con él, me duele por cómo podríamos haber disfrutado mil veces más de la carpeta verdadera de esta edición, la de las primas, y me duele porque hubiera ella misma hubiera disfrutado treinta veces más de su experiencia sin ese amor obcecado y sin futuro alguno.
Paula, la protagonista indiscutible de esta edición, no al cien por cien por méritos propios (que T5 le haya dado un trato de favor es más que evidente; en cuanto a cantidad de vídeos, en cuanto a cómo se editan y en cuanto a que si Paula le corta la oreja a un concursante, MM lo hace también, ya me entendéis) pero ese es un tema del que se ha hablado bastante y en el que no voy a profundizar más. Paula no es mi ganadora, como habréis podido deducir leyendo lo que he escrito previamente, me parece una justa finalista, ya que nos ha dado momentos que nos gusten o no, recordaremos dentro de unos años al pensar en 'GH:15'. La de las cuatro putas horas ha vivido Gran Hermano de manera mucho más intensa que la mayoría de los concursantes de este año, pero para mi gusto, todas esas ganas de vivir al máximo el formato se van al garete cuando recuerdo cómo nos ha intentado vender la imagen de niña bonachona siendo una chica celosa (intentó por todos los medios separar a Omar y Luis de las primas), siendo una cuentista de tomo y lomo (que hasta hace una semana siguiera con el cuento de lo de Omar... chica, entiendo que puedas estar dos semanas mal, pero lo de seguir dos meses afectada por un rollo de 15 días, pues no, la verdad) e intentando vendernos la moto de chica sufridora y madura (solamente hay que recordar el espectáculo que montó cuando se equivocaron al traer su ropa, si eso es ser maduro...) Tampoco entiendo que la semana del picnic con las primas les diese 2 puntos a ella y 1 a los primos cuando repito, no tenía casi relación con ellos. Ha sido la más lista de todos, eso es innegable, ha sabido ganarse a cierta parte de la audiencia por las circunstancias a las que ha tenido que hacer frente, y es que, al César lo que es el César, Paula supo defenderse muy bien y jugar sus cartas de manera impecable cuando Omar volvió con Lucía, y es que me da a mí, que si hubiera decidido dejar el dramatismo, la exageración y el drama en su casa, ahora mismo estaría dudando entre quién querría que ganase hoy, porque en ciertos momentos, yo he podido al menos ver vestigios de una Paula madura de verdad en ciertos momentos, de una Paula que se hubiese ganado a mucha más gente de ser como yo creo que es en verdad, una chica sencilla de 19 años, con sus inseguridades y defectos, como los que tenemos todos, pero ha basado su concurso en la exageración, en el llanto (viendo vídeos de Luis, lloraba, al ver a su abuela, la persona más importante de su vida, no, ¿alguien me lo explica?) y en el más absurdo de los dramas (la visita de Lidia Torrent nos dejó ver una Paula de psiquiátrico, a pesar de que a ella le daba igual el supuesto premio). En definitiva, ha basado su concurso en ser artificial, en no ser natural, que creo que es de lo que se trata este programa, en poder darse a conocer al espectador, y yo, Paula, no me creo para nada que seas así, lo siento.
Y llegamos a Alejandra. La ganadora indiscutible para mí. Tengo infinitas razones por las cuales pienso que debe llevarse el maletín hoy, las que me salen ahora mismo, mientras escribo estas líneas, son éstas: porque he disfrutado como un criajo con esta niña, por su desparpajo, por su naturalidad, por no tener filtro alguno, por mostrarse tal y como es, por estar orgullosa de ser así, por haber aguantado como una jabata cuando algún mustio de la casa la atacaba sin motivo alguno, por ser una semichoni que come con la boca abierta, por ser MI semichoni. Por hacerme partícipe de sus bailes, por hacerme reír cada vez que abre la boca, por emocionarme cada vez que se pone profunda (el último confesionario en el que acaba diciendo que ella ha venido a este programa para conocerse a sí misma es genial), por apoyar a la gente que quiere, por decir las cosas a la cara, por poner a mucha gente en su sitio, porque lo que ves, es lo que hay, no hay más. Eso es lo que yo quiero ver en un concursante, transparencia absoluta, soltura, el querer aprovechar cada momento al máximo (las primas han reiterado en varias ocasiones querer quedarse 3 meses más en la casa, mientras que otros, como Hugo y Jonathan, contaban los días para salir). La trayectoria de Alejandra, para mi gusto, ha sido impoluta, ha sido siempre sincera, honesta, no ha ido jamás a hacer nada con malicia y le ha dado segundas oportunidades a quien se las ha tenido que dar (Omar y Luis). Ha disfrutado y ha hecho partícipes de su disfrute a todo el que ha querido, es la concursante de la que más cerca me he sentido, y aunque suene tremendamente friki, es así. No tengo mucho más que decir, la verdad, pero hay veces que las palabras no son suficiente para expresar lo que uno siente.
Alejandra, aunque hoy no ganes, gracias, de corazón.
En definitiva, y pese a las entrevistas mal aprovechadas (la de Fran podría haber sido oro, por poner un ejemplo, y fue una entrevista sin más), pese a la poca objetividad de MM, pese al favoritismo hacia una concursante, pese al casting regulero, pese a un tramo final descafeinado; esta edición de GH, a la espera de conocer el resultado final, me ha gustado, me ha entretenido, me ha tenido pegado a la pantalla todos los jueves y me ha hecho desear que mi concursante favorito gane sobre todas las cosas.
Así que suerte a todo el mundo y que gane la mejor.
Y ya sabéis, quien tenga pena...
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