Creo que hablo en nombre de todos los seriéfilos al decir que cuando se nos anuncia que una conocida estrella hará un cameo en una de nuestras series favoritas nos ponemos taquicárdicos perdidos, y al conocer que el capítulo está dedicado a esta última, pues apaga y vámonos, y en 'Glee' no iba a ser menos.
Eso sí, no es fácil hacer este tipo de episodios, o bien te sale un capítulo enorme, o te encuentras con una birria de dimensiones épicas. En este caso, ni lo uno ni lo otro, 'Glee' es diferente, debo decir que me esperaba algo más de este 2x02, aunque en parte es culpa de todo el hype que se ha generado en torno a la serie en últimos meses. Pero para nada me ha decepcionado, ¿os asustabais ya?
Casi todos los números musicales de la serie han surgido a raíz de la anestesia que proporcionaba Carl (interpretado por John Stamos) a los chicos del Glee club que inducía a los pacientes a tener un sueño alucinógeno con lo último en lo que hubiesen pensado, y claro, como el tema de la semana era Britney... pues sueñas con Britney. Ahora, yo me pregunto, ¿dónde había comprado una anestesia que te hiciese alucinar de tal forma? Ay Carl, no hay que tirarse a los ofertas... ¡Ah! Y se me olvidaba, cuando vais al dentista, ¿os duermen completamente? Porque a mí no, supongo que el sádico de mi dentista quiere verme sufrir...
Si hay algo por lo que se caracteriza 'Glee' es por no bajar la guardia en cuanto a música se refiere, en este capítulo nos ha brindado grandes canciones del repertorio de Britney muy bien retocadas (algo que hacen siempre excelentemente) y con unas coreografías geniales, como siempre, 'Glee' no defrauda musicalmente.
Que alguien levante la mano si en este capítulo no se ha reído con Jacob, ¿nadie? me lo esperaba. Otra de las cosas que hacen grande a 'Glee' es su riqueza en cuanto a personajes, que equilibran la balanza cuando personajes odiosos y aburridos copan mucho tiempo en pantalla, éstos primeros, son capaces de compensarlo con una de las muchas perlas que salen por esas boquitas. Especial mención para Becky, esa animadora que sufre 'Síndrome de Dawn' que está aprendiendo y mucho de su maestra, la gran Sue Sylvester, sus apariciones cada vez son mejores. Y también me he reído de lo lindo con la chica que estaba gritando en las gradas a lo loco, muestra de que los figurantes también cuentan.
En este capítulo, hemos visto como los sosos de Will y Artie se arrastraban por amor, por mí, que así sea, a ver si espabilan un poco. Siento ser tan cruel, pero es que se me retuercen las tripas cuando Will pone esa cara de 'amiguito enrollao' y no puedo cuando Artie se hace la víctima (yo creo que más sufren sus compañeros soportándole). Dejando mis odios personales a un lado, creo que estas dos tramas amorosas pueden dar mucho juego, sobre todo la de Will, y como ya he dicho antes, a ver si espabila, porque de momento, es un personaje que carece de atractivo.
Es obvio que si algo falló en la 2ª parte de la 1ª temporada fue la falta de comedia y el exceso de drama, (ay el drama, ojalá no existiera eso en la vida real). Y los guionistas han rectificado, desde aquí, un aplauso para ellos por favor, me he reído más con estos dos últimos capítulos que en toda la 1ª temporada. Sublime la escena en la que Sue activa la alarma anti incendios y todo el público del pabellón huye despavorido, impagable.
Y bien, llegamos al punto más interesante del capítulo: el cameo de Britney Spears. Pues la verdad es que hace de varios 'papeles', si es que se le pueden llamar así, porque más que un cameo parecía una aparición fugaz. Eso sí, bastante correcta en la interpretación, (la poca que tiene). Y como he dicho antes, hace de varios personajes, todas ellas dentro de las fantasías inducidas por la anestesia de Carl.
En definitiva, un buen capítulo que nos ha dejado con ganas de más. 'Glee' siempre nos sorprende, y esta no es la primera que lo hace ni la última vez que lo hará.
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