OJO: SE CUENTA TODO EL CAPITULO
Son las fechas cercanas a lo que Samuel (Ernesto Alterio) recuerda como el momento en que su padre les abandonó, por lo que se encuentra muy atento y vigilante a la situación de su familia. Sus padres reaccionan de manera desigual al marcaje que les hace: la madre le agradece, e incluso a veces se siente protegida por tenerle cerca; en cambio el padre no puede más con la constante presencia de Sam, que sige pensando que el acreedor del padre –"El Indio"-, es peligroso, y que sus amenazas tienen que ver con su historia familiar.
Hay un partido de fútbol local que tiene a todo el barrio expectante: juegan al Atlético Moscardó contra el Racing de Tetuán. Samuel siente pánico: "ese es el día en que me perdí", recuerda.
Sam quiere encarcelar a "El Indio", y hará lo que sea por lograr su objetivo: busca en sus antecedentes policiales y se da cuenta que se ha visto involucrado en el asesinato de un ciudadano norteamericano –Phil Connors-, y de ahí decide tirar para ver si logra algo. Anita (Manuela Velasco) le ayuda en esta investigación privada, al margen de gallardo y de los demás integrantes de la policía.
El partido entre los rivales locales –cuyas aficiones se odian- no logra acabar: se produce una gresca general (jugadores, técnicos, suplentes... etc), que obliga al árbitro a suspenderlo antes del tiempo reglamentario. El resultado de la descomunal gresca es la muerte del utilero del Moscardó, Víctor Vallejo, encontrado asesinado por estrangulamiento, siendo el arma asesina una bufanda del equipo rival. El hijo de Vallejo –Rubén-, jura venganza. La peña más importante del Tetuán es "La Esperanza Blanca", y hacia allí se dirigen las investigaciones.
Rosa (Manuela Vellés) llama a Samuel por teléfono, desesperada por las amenazas recibidas de parte de El Indio. Samuel va a ver al delincuente y le lleva a comisaría. Aprovecha que está en su casa para coger subrepticiamente un cartucho de escopeta: va a meter una prueba falsa, en este momento para él todo es válido con tal de incriminar a quien amenaza a su familia.
En La Esperanza Blanca se informan que el asesinado Vallejo golpeó y lesionó gravemente a Ventura, el delantero centro del Tetuán (hijo del dueño de la peña), truncando así casi definitivamente la carrera del muchacho, que iba para estrella del deporte. Tienen, con esto, un móvil, y arrestan al padre.
Sam va a ver a sus padres, y se encuentra con un matón de El Indio vigilando la casa. Se precipita sobre él, lo que impide que le de una paliza a su padre, pero José (Biel Durán) no reacciona bien, y arremete a Samuel, ya harto de sus intromisiones. El matón se marcha de la escena diciendo que esto no iba a quedar así, "que no va a tener a la policía protegiéndole todos los días".
En comisaría, Ventura padre sale libre, ya que tiene coartada; y a El indio le dejan ir por "ordenes superiores": al ser un prestamista destacado y delincuente importante, tiene amigos en las altas esferas.
La única pericia válida es la de la marca en la espalda del detenido, marca de un zapato de fútbol con la marca de los botines. Se va a reanudar lo que falta del partido, por lo que nuestros policías deciden infiltrarse de equipo técnico de uno de los equipos, y así investigar desde dentro.
Los matones de El Indio queman el coche de José, que era pieza fundamental para resolver sus problemas, ya que lo iba a vender para pagar sus deudas. Culpan a Samuel, y ninguno de los dos (padre y madre) quieren saber nada de él.
En los vestuarios, en el partido, se dan cuenta que el asesino es el arbitro, que había aprovechado el tumulto para asesinar a Vallejo por haberle metido en la cárcel años atrás por causa de motivos políticos, lo que echó por la borda su carrera de futbolista. Le cogen, impidiendo que Rubén se vengue.
Al volver a comisaría, felices por haber resuelto el caso, se encuentran con José y Rosa, desesperados: han raptado a su hijo. Samuel se da cuenta dónde le pueden tener, y acude a su liberación cosa que logra con al ayuda de Gallardo (Antonio Garrido), que pega un tiro al matón que retenía al pequeño. En la acción Samuel se ve cara a cara ... consigo mismo, lo que perturba enormemente a Samuel – mayor. Rescatado el niño, José y Rosa le agradecen a Sam, a lo que él le dice a José –sin que la madre escuche-, que no se vaya a creer que esto acaba aquí, que volverán a por él. El padre –con cara de preocupación- dice que lo sabe
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