NARRA KATE.
Estaba derrumbada, leía y leía el mensaje varias veces una tras otra, no me podía creer, quería abandonar el club y el dueño no me dejaba...
- Kate, ¿otra vez sigues así?
- No, es peor, Eva, el dueño del club, no deja que me vaya, me ha amenazado con contárselo a todos...
- Joder... tiene que haber alguna solución ¿no?
- No lo sé, todo me da mucho miedo, ¿Por qué no consigo ser feliz nunca? ¿Por qué siempre hay algo que me derrumbe?
- Habrá alguna solución no te preocupes...
- Eso espero...
En ese momento volvió a sonar mi móvil... Era Álvaro.
- Félix, mi chofer, pasará por ti y tus maletas, te ayudara a trasladarte a mi casa...
Joder, que bueno es... me manda a su chofer para recogerme. Dios mío, pese a todo no me lo he podido quitar de mi cabeza, no puedo, recuerdo su cara, su forma de moverse, su forma de morderse el labio, ¡como me gusta! En ese momento me puse a contestarle.
- No hace falta de verdad... puedo ir sola.
Me encantaba que se preocupara por mí, y en ese momento recibí otro mensaje...
- Tu solo dime hora, olvida lo demás...
- Pues que venga en un rato, está bien, pero no me parece...
- De acuerdo, en un rato estará, estoy deseando que te instales en mi casa....
Y Eva, volvió al interrogatorio de siempre.
- ¿Qué quiere?
- Dice, que el chofer me viene a recoger en un rato...
- Después dice que no está pillado por ti.
- No entiendo eso....
- Pues que te viene a recoger, se preocupa por ti...
- Solamente será un buen jefe.
- Venga por favor, no pensaras que esto lo hace con todas...
- Eso no lo sé...
- ¿Se lo vas a decir?
- ¿el qué?
- Joder lo que haces por las noches los viernes y los sábados...
- - en ese momento suspiré... es verdad- pues no creo, no creo que le guste saber.... Que trabajo enseñándole mi cuerpo a hombres mientras bailo...
- Pues lo debería saber...
- Venga por favor, no, ¿crees que me contrataría si se lo digo? Cuido a su hijo... lo que más quiere...
- ¿y si se entera?
- No se enterará..., espero...
Eva y yo, nos pusimos a meter la poca ropa que teníamos, guardar todo en la maleta, y al rato apareció Félix, por la puerta. Me cogió todas las maletas, las metió en el coche, y me despedí de Eva, una despedida bonita, pero nos seguiríamos viendo muy seguido.
No se lo podía contar, ya le había contado bastantes cosas de mi vida, como la de Marcos, para contarle eso, me daba vergüenza mi trabajo, y no era para menos... y lo peor que lo quería dejar y no podía, no podía, aunque quisiese...
Llegamos a la casa, era una casa realmente grande, y cada vez que la veía, no dejaba de sorprenderme, y allí estaba, tan guapo como siempre, con un traje de chaqueta gris, precioso, impoluto, sin una arruga, con una corbata perfectamente elegida, y Martin, también estaba.
- -nada más verme Martin corrió hacia mí, parecía como si me conociera de toda la vida... y solo me había visto una vez- Kaee, has venido, papá dice que estas todos los días...
- Sí cariño me quedo...
- Estoy impresionado el cariño que te ha cogido Martín, Kate, felicidades...
- Es como para no cogerle cariño...
- Me gusta que trates así a mi hijo...
- Y a mí me parece excesivo como me ha tratado usted... no era necesario que Félix viniese a recogerme, no me creo que lo hagas con todas, ¿verdad?
- No te preocupes, Kate...
Álvaro me estuvo enseñando toda su casa, iba a estar en una habitación muy grande al lado de la de Martin... muy espaciosa, tenía hasta un pequeño salón con televisor y un sofá para que estuviera cómoda... me dirigí a la cocina, y estaba allí Rosa, una de las asistentas de Álvaro, era una mujer ya entrada en años, por el trato con él, no parecía una asistenta más...
- Hija encantada de conocerte, me ha hablado mucho de ti... no sé que le has hecho, pero gracias a ti, ha vuelto a ser el Álvaro de siempre...
- Yo... yo no le he hecho nada...
- No se suele portar así con todas las chicas, después de lo de su mujer, no volvió a confiar más en nadie... en ninguna mujer, no nos creíamos que... oh lo siento... no debería haberlo dicho.
- - parecía ser que no era la única que guardaba secretos, entonces le pasó algo con su mujer, algo que le hacía estar raro con todas- ¿usted también cree que...?
- Amor no creo, creo que es pronto, pero que le gustas estoy segura...
- No es la primera que me lo dice...
- Míralo, cada vez que te ve, se le iluminan los ojos... y tú también pareces... no me lo niegues.
En ese momento Álvaro apareció jugando con Martin en la puerta, y me dirigí a preguntarle algo que n me había quedado claro.
- No me has respondido a la pregunta, ¿lo haces con todas? ¿estás tan pendiente con todas las mujeres?
- No, solo con personas especiales como tú...
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