CAPITULO 40- UNA VEZ EN DICIEMBRE.

NARRA DYLAN

Estaba fumando mi habitual cigarro de antes de entrar en el instituto, y apareció Lis como una loca... gritándome, chillándome...

- ¿En qué coño estas metido Dylan? Y deja ese cigarro, por favor – dijo mirándome con su cara más lastimera, esa cara con la que ella siempre me miraba y me hacia enternecer a mí, al chico que peleaba, al chico que corría en motos... di un suspiro y tiré mi recién empezado cigarro-

- No quieras saberlo Lis...

- Dime un ¿Por qué? Dime una sola razón, una, para que vea porque estas metido donde estés...

- Por ti...

- No me pongas de excusa cuando, yo no hice nada... yo no fui el que se tiró a otra, a tu ex... me engañaste con tu ex – la pelea empezaba a subir de tono y todos los que estaban alrededor nos miraban-

- Me dejaste, con el corazón a pedazos... me equivoqué, quizás mis amistades no eran las mejores...

- ¿y porque en vez de cambiar de aires y juntarte con alguien mejor sigues con lo mismo?

- O peor, tú no sabes, como soy... si supieras lo que soy capaz, estarías alejada de mí, y no estarías intentando ayudarte, ¿Por qué lo haces tú?

- Porque te quiero... ¿vale?, y aunque no seamos nada... quiero que estés bien....

- Si me quisieras me dejarías... y te pido por favor, que me dejes, no te acerques, podrías salir perjudicada...

- ¿Por qué? Tú me dices esto... Sarah, tú novia o lo que seáis, me dice también lo mismo, pero no explicáis nada... te lo vuelvo a repetir, una razón, una sola...

- No puedo y ahora vete, vete antes de que.... –te bese dijo mi conciencia-

- Antes de ¿qué? ¿Qué me vas a hacer si no me voy?

- No quieras saberlo...

- ¿me vas a pegar? –me dijo Lis, y en ese momento me fui, casi llorando, la quería, me encantaba que se preocupara por mi... pero por su bien y por el mío, debíamos estar separados, y más aun más si sabía lo que era, si sabía que hacia todo el cariño que me tenia se iba a convertir en odio y rencor...-

NARRA KATE.

Y cuando peor estaba, cuando peor creía que lo podía pasar, hubo algo que te reconforta, esa persona que siempre pensabas que no, venía a dártelo todo... la verdad que estaba volviendo a caer en las garras de Marcos, estaba cayendo otra vez, pero se le veía tan arrepentido, y me quería, me ayudaba en todo lo que podía, y más.

El almuerzo en la hamburguesería lo habíamos acabado en casa de Marcos, de repente una música fue entrando en la habitación... sonaban las primeras notas de aquella maravillosa canción, "Una vez en Diciembre" era de Anastasia, mi película favorita, Marcos lo sabía porque cuando estábamos juntos se la había hecho ver mil veces o más, pese a ser de dibujos animados es una película que me encanta y que saca mi lado más tierno y mas niña que hay en mi corazón.

- Señorita me concede este baile – me susurro en mi oído-

- Te has acordado... Marcos, te has acordado, - le susurre yo, mientras que empezábamos a bailarla-

- Yo siempre me acuerdo de ti... y de todo lo tuyo, además era nuestra canción... todo empezó en Diciembre, una vez en Diciembre.

FLASHBACK.

Iba por la calle paseando, nevaba en Madrid, era Diciembre era casi navidades, y yo iba paseando, estaba recién llegada, iba a casa de Eva, una chica de la universidad que parecía muy maja, nevaba y yo iba sola, iba pensando en mis cosas... y de repente, me choqué con alguien, y todo lo que llevaba en las manos, cayó al suelo...

- Perdón, perdone... ¿está bien?

- Creo que debería ir con más cuidado –dijo un chico sin ni siquiera mirarme-

- Le he pedido perdón – en ese momento levantó su cabeza y su mirada... era un chico guapo de mi edad debía ser... - lo siento de verdad...

- No, tranquila, el que lo siente soy yo... - en ese momento se agachó y me recogió todas mis cosas- perdone por haberle hablado así, llevaba prisas y... -dijo sonriendo su sonrisa era preciosa, como él, esa mirada hacia perder el sentido una y otra vez, su rostro, su pelo color chocolate...-

- Bueno hasta luego, gracias y perdone una amiga me espera.

En el resto del trayecto, solo podía pensar en ese chico, en su mirada, y como era... solo podía sonreír ante mis pensamientos, yo Kathe, sonriendo, me he preguntando tantas veces como es el amor... ¿estaré enamorada? No creo, además Kathe, no lo vas a volver a ver... no sabes ni quien es, ni como se llama, ni nada, pero joder, en el arco de esa sonrisa podría pasarme horas balanceándome una y otra vez.... Pero volvamos a la realidad ni lo conoces, ni lo verás más, ni... nada, deja de pensar ya, y concéntrate en llegar a tiempo a casa de tu amiga, y en el trabajo que tenéis que entregar mañana del que no lleváis ni una cuarta parte del total...

Llegue a casa de Eva, y allí estaba... la gran chica, a la que estaba empezando a coger un cariño brutal...

- Kathe vienes muy rara ¿Qué te pasa?

- Nada... bueno sí Eva, ¿sabes qué pasa cuando un sueño se cumple?...¿ cuando algo que llevas pidiendo mucho tiempo ocurre?...

- Sí, que coges el toro por los cuernos y te envalentonas...

- O que como una tonta lo dejas perder y no le pides ni el numero, he conocido a un Adonis, el chico de mis sueños guapo y con una sonrisa en la que te perderías horas y horas y no sabrías volver a encontrarte.... Y como una tonta lo he dejado perder.

- O no... mira la nota que hay dentro del libro Marcos y un número de teléfono... creo que la vida te ha dado una segunda oportunidad... aprovecha y llama, yo hago parte de tu trabajo....

FIN DEL FLASHBACK

- Gracias, muchas gracias...

Y en ese momento mientras estábamos bailando como dos tontos en casa al ritmo de esa melodía preciosa, me estaba acordando de todos esos momentos juntos que él y yo pasamos mientras estábamos juntos, esa vez que lo tiré sin querer a la fuente del parque, esa vez que fuimos al cine a ver una película de miedo, y como no nos gustaba empezamos a hacer tontería y reírnos y todo el cine nos miraba enfurecidos, aquella vez que nos perdimos y no sabíamos dónde estábamos... por primera vez no me acordaba de su engaño, su traición, y parecía como si hubiésemos retrocedido en el tiempo tres años... y nada hubiese pasado entre nosotros dos. Que ambos estábamos hechos el uno para el otro, que era quien me hacia olvidar, cuando me sentía sola, como me sentía, porque todos los hombres de mi vida me engañaban, mi sino era ser engañada siempre,

Y justo cuando las ultimas notas terminaron de salir, cuando todo parecía que iba a terminar Marcos se acerco aun más a mí, estábamos pegados, el uno al otro, nada parecía que podría empañar ese momento, acortó la distancia que nuestros labios quedaban y nos empezamos a besar...