HORAS ANTES NOS VAMOS AL PASADO...
NARRA KATE.
Aquí estoy a apenas 3 horas de casarme con mi amado, probándome por última vez el vestido que llevaré, es un vestido sencillo de corte tradicional con un escote en uve, y una cola no muy larga, pero lo suficiente como para arrastrar por el suelo, mi velo era preciso de encajes en tela tisú y con la misma largura que la cola del traje, la barriga aun no se me notaba y daba perfectamente la impresión de que no tenía nada, mis padres eran así y no querían reconocer que su hija se casaba embarazada, bueno si lo podemos llamar boda, yo amaba a Álvaro y el a mí, pero la boda no la había imaginado así, la verdad esperaba que mi boda fuera una de esas con princesas, calabazas que se convertían en carrozas y príncipes azules que despertaban a su amada con un beso de amor... pero no había nada, va a ser una ceremonia sencilla con amigos y en casa, en el jardín de Álvaro. A mi lado estaban mi madre y Eva, me decían lo guapa que estaba, pero yo sabía que iba a pasar algo, tenía un mal presentimiento, llevaba unos días con el mismo dolor que tuve cuando Álvaro fue a la casa de streapse, y me sentía tan mal.... me sentía tan mal, creía que lo estaba engañando, porque lo estaba engañando, porque era mi cuerpo pero dentro de unas horas también iba a ser el suyo. Pero tengo que hacerlo tengo que contarlo, aunque no sepa su reacción, no puedo engañarlo más...
Me termine de vestir, y de ponerme los adornos de mi cabello, los pendientes que mi madre me había prestado y un collar muy especial... un collar que ha pasado de generación en generación de mi familia, de manos en manos, hasta llegar a mí, todas las mujeres de mi familia lo han portado, mi madre dice que trae buena suerte, que toda la que lo porta, le va fenomenal en la vida, miré el colgante y con la ayuda de Eva, me lo puse –hoy todo va a ir fenomenal- pensé, -hoy tiene que ser tu día más feliz... fuera los malos pensamientos... tú tienes que estar bien, es tu boda, tu gran boda, con el hombre del que estas enamorada- y en ese momento un escalofrío recorrió mi cuerpo, algo pasaba, estoy segura que algo pasaba.
NARRA ALVARO.
Estaba en el cuarto vistiéndome, ¡sí hoy me casaba! Hoy me casaba con Kate, y debía estar feliz, y cuando digo debía digo bien, estoy locamente enamorado de ella, pero durante esta semana, no he podido dejar de ver a Miren...
Cuando me estaba terminando de vestir alguien toco la puerta...
- Miren ¿Qué haces aquí vete...?
- Álvaro no te cases...
- Estoy con Kate, y la quiero... además está embarazada.
- Claro ¿y por eso te has visto conmigo esta semana a escondidas de ella? Álvaro yo te podría hacer más feliz que ella, por favor no te cases... esta semana, esas noches me ha demostrado que quieres estar conmigo...
- Has sido un error, lo fuiste en el viaje, y lo has sido aquí...
- Yo también estoy embarazada... no quería que te enteraras así, pero yo también estoy embarazada, te vas a casar con ella, pero en realidad no la quieres... me quieres a mí.
- Estas... ¿estás embarazada? –dije tragando saliva-
- Sí cariño, estamos esperando un bebé, y te digo algo... volverás a mí, porque Kate no es como piensas... ella no es, esa chica buenecita... volverás a mí, y muy pronto. ¿sabes todo de Kate? ¿de verdad sabes todo de Kate? Ahí lo dejo cariño, y te vas a casar dentro de poco... -dijo mientras salía por la puerta de mi habitación-
Y ahí estaba yo, esperando a que mi madre me avisara para salir... analizando la situación Miren embarazada, y lo peor, esas palabras, esas malditas palabras... ¿sabes todo de Kate? Pues creo que sí, o no, no lo sé... en ese momento mi madre me avisó que había llegado la hora, y la pregunta es, después de todo, ¿y ahora me quiero casar?
- Yo Álvaro Bilbao, te recibo a ti como esposa, y prometo serte –prometo serte fiel, cosa que ahora no lo había hecho pensé- en la salud y en la enfermedad todos los días de mi vida...
- Yo Katherine Oliveros te recibo a ti como esposo y prometo serte fiel en la salud en la enfermedad en las alegrías y en las penas todos los días de mi vida...
- Por el orden que me confiere la ley yo os declaro marido y mujer, ya puede besar a la novia-en ese momento todos aplaudieron y Kate y yo nos fundimos en un cálido beso, como si fuera el primero y el ultimo-
La comida que hicimos para familiares y amigos fue muy bien, pero ni Kate, ni yo estábamos cómodos, ambos ocultábamos algo, nos mirábamos hacíamos como los que queríamos hablar pero nos callábamos, no pronunciamos ninguna frase, ninguna palabra.
Cuando todo termino, nos fuimos arriba a nuestro cuarto, al que debería ser nuestro refugio de amor, para siempre aquel que iba a ver nuestras mejores noches, y el que también sabría nuestros desencuentros...
- Álvaro, tenemos que hablar...
- Sí Kate, sí –dije mientras me desvestía-
- Soy strepper, bueno era strepper...
- ¿Cómo? –dijo mientras mi cara cambiaba-
- Soy la chica del club, soy la "gatita" como me hacía llamar, para que no me reconocieras...
- No quiero saber nada más...
- No te enfades por favor...
- No pasa nada Kate, creo, es tu vida de antes, déjalo, y ya... y ahora voy a dormir que estoy cansado...
Y claro que me importaba, como no me iba a importar que miles de hombres hayan visto desnuda a mi mujer, mía, ella es solo mía, desde hace unas horas... ¿Cuántos hombres se habrán tocado pensando en mi chica? Y en ese momento recordé las palabras de Miren, ¿sabes todo de Kate? Y empecé a escribir una carta para ella, una carta de despedida, no quería pelear, solo quería irme y quizás, algún día volvería, le iba a decir a Elena que se encargara de Martin de la empresa, y sobre todo cuidase a Kate, y a lo que viniese, nuestro bebé, que no tenía la culpa de nada... pero no podía más, no quería decirle a Kate, que no le podía reprochar nada del pasado, porque yo también la había engañado me había acostado con Miren después de pedirle perdón por lo mismo, y que íbamos a tener un hijo, porque en cuando se durmiera la dejaría, de una forma muy cruel, sí, pero era lo único que podía hacer ¿para siempre? Eso solo el destino lo sabe...
"Porque como el otro día leí en un libro «Hoy te voy a mirar hasta que te duermas, para que no te des cuenta que me voy. No quiero que me veas porque no sabría darte una explicación, me voy porque no sé que voy a hacer sin ti, pero tampoco me atrevo a vivir a tu lado. Eres demasiada vida para esta casa de ruinas en la que vivo yo, tengo más miedos que ganas y no sé cómo enfrentarme a tu alegría. Guárdame en ti, guárdame en tu poesía.» Cuida a nuestro bebé, por favor, algún día volveré, lo prometo, volveré y seremos felices para siempre, porque sé que no vas a creer en mis promesas, y no te culpo por ello, yo también he sido un autentico patán, porque no te voy a hacer ningún reproche, porque sinceramente no puedo, porque sé que algún día lo sabrás pero no puedo confesártelo, sé que algún día me perdonaras por ello, por eso y por haberte abandonado el día de nuestra boda, pero... si el destino nos quiere unir nos unirá, pongamos nuestra suerte en él, y démosle un voto de confianza, TE QUIERO, Y SIEMPRE TE QUERRA. ÁLVARO".
VUELTA AL PRESENTE...
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