NARRA KATE.
Descorrí la cortina, y en ese momento justo en ese mismo instante supe que ya mi vida no iba a volver a ser la misma, que algo cambiaba en mi vida, que nada volvería a ser lo mismo, que algo muy grande en mi vida iba a pasar... y es que me parecía increíble y a la vez imposible que Álvaro estuviera allí, sentía que aunque tuviera puesta esta máscara que me cubría todo mi rostro, me reconocería, y que todo sería diferente, no sé qué hacía allí, ni me imaginaba que él pudiera estar en un sitio como este, me esperaba aquí a todos menos a él, creía que era diferente, pero como dice el refrán se ve que la cabra tira al monte... y estaba ahí preparado para verme bailar, con una copa de alcohol en la mano.
NARRA ALVARO.
Había llegado a un club de streapse, algo me trajo hasta aquí, no había sido el primer lugar que había visto donde me podía emborrachar, pero me daba igual, necesitaba sentir el sabor del alcohol recorriendo mi garganta, y lo peor, necesitaba olvidar, olvidar toda mi mierda de vida que tenia encima olvidar el pasado, y dejar de desear el presente con Kate, esa chica era una verdadera obsesión en mi cabeza.
De repente una cortina se abrió, y apareció una joven enmascarada, al nombre de la "gatita" esa joven parecía nerviosa, pero tenía un cuerpo espectacular... esa chica empezó a bailar en lo alto de la barra, un movimiento sensual tras otro, era genial, como se movía, como te hipnotizaba con su cuerpo, de su cara solo se veía sus ojos, dos ojos color caramelo que quitaban el sentido, y su mirada... que decir de su mirada, su mirada y la mía se cruzaron varias veces... parecían conectar, conectar como si ya nos conociéramos, como si nos hubiéramos visto antes y... lo que iba a decir era una tontería, esa chica no la conozco de nada, y estará acostumbrada a hacer eso con los demás clientes...
Cuando termino el baile todos aplaudieron, hizo movimientos realmente bellos, y para que decir mentiras, estaba muy excitado, no sabía si era el alcohol o aquella mujer tan misteriosa, misteriosa y a la vez terriblemente sexy.
Me intenté ir detrás de ella, quería hablar, quería conocerla, necesitaba conocerla, mis instintos más primarios me lo pedían, nunca había estado así nunca por ninguna chica, nunca había sido capaz de venir a un sitio como este y me estaba llevando una grata sorpresa, por un momento me había hecho olvidar a Kate.
Fui, corrí detrás de la mujer enmascarada necesitaba saber su nombre, necesitaba saber cómo era su bella cara, como era su acento...
- Señorita, señorita –dije cuando logre alcanzarla-
- ¿dígame? – dijo dándose la vuelta-
- ¿Por qué se cubre su rostro?
- Lo siento usted no puede estar aquí, esto es zona solo para personal de trabajo –dijo, tenía un acento muy raro, y que decir cuando su mirada se cruzo con la mía, tenía una mirada realmente bonita, por un momento sentía que la necesitaba, la necesitaba dentro de mí, la deseaba, quería y necesitaba hacerle de todo, en el sentido que ya se imaginaran...ese juego de rol me encantaba, y eso es lo que parecía, un juego de rol sexual, y si le decían gatita, ¿sería por lo que hacía en la cama?...
Fui a la barra, no estaba lo realmente borracho como para superar eso, sabía que no la iba a tener, y ya eran dos las mujeres que me rechazaban y en circunstancias tan diferentes pero a la vez tan parecidas, como eran a la vez las chicas, tan iguales, pero tan diferentes, iguales, en el que solo ellas podían sacar estos instintos sobre mí, iguales porque ambas me habían rechazado, esperaba algo más que un lo siento solo puede estar aquí... y tan distintas, porque no me imaginaba a Kate, en un lugar como este, era como muy precavida, muy cauta, y estoy seguro que pasaría mucha vergüenza...
Estuve bebiendo, bebiendo hasta quedar completamente borracho, casi ni podía dar un paso, pero solo podía pensar en esa chica, en esa "gatita" que me había hecho olvidar todo pensamiento que pudiese tener...
Salí al aparcamiento había una chica abrazado a un chico, y ese chico de repente se giro hacia mi...
- Ey tu, no mires a mi chica... es mía, lo entiendes...
- Lo siento, yo no quería mirarla, de hecho no la estaba mirando...
- - y en ese momento recibí un golpe en el labio, un puñetazo muy fuerte, otro golpe en la mejilla izquierda, que me hizo sangrar aun más, y un golpe en la barriga que me hizo retorcerme de dolor en el suelo- eso es para que la próxima vez, no la vuelvas a mirar...
Estaba dolorido, en el suelo tirado, como pude saque el móvil y llame a Félix, el chofer... hacía mucho tiempo que no tenía que hacer esto, con él, hubo un tiempo en el que estuvo acostumbrado a recogerme de mis juergas...
NARRA KATE.
Llegue a casa, estaba todo muy oscuro, nadie me había visto entrar, estaba a salvo... si queréis saber que paso después, fue fácil después de que Álvaro irrumpiera en el pasillo detrás mía, sin llegar a reconocerme, me vestí corriendo me despedí de las chicas y me vine, no sin antes ver algo de revuelo en el aparcamiento.
Ha sido de las noches más raras, en cuanto comencé a bailar el nerviosismo y el miedo que llevaba de antes desapareció, fue mirar de reojo dos o tres veces a Álvaro y tranquilizarme, ponerme muchísimo más tranquila, y es el único que podía hacer esto en mi cabeza. Todos me felicitaron por mi baile, según ellos ha sido el mejor, yo la verdad no lo creo así... y no os voy a mentir, por un momento me imagine que le bailaba solo para él, y eso me excito, me puso cachonda como jamás me había puesto...
Me puse mi pijama, y me tiré en la cama... de repente escuche la puerta y era Álvaro, venia dolorido.
NARRA ALVARO.
- ¿Qué te ha pasado? – me pregunto una preocupada Kate-
- Me he dado un golpe contra una puerta – mentí, aunque poco después me di cuenta de mi error y mi olor a alcohol- en casa de unos amigos que estábamos.
Kate fue al botiquín y saco agua oxigenada y algodón para curarme, no quería que lo hiciese, pero ella accedió, se preocupaba mucho por mí, y eso me gustaba.
- Te duele – pregunto mientras me hacia la cura empezó por el moflete, pero después paso a mi labio, estábamos tan cerca, sus labios y los míos estaban casi pegados... y de repente comencé a besarla, así porque sí, ella acepto el beso y me cogió de mi cuello, y empezó como una fiera a desnudarme, nos daba igual estar el comedor... nos daba igual que nos viera, de repente se abalanzo hacia mi... y yo empecé a verla como si fuera la mujer enmascarada, me estaba imaginando que en ese instante, estaba con esa mujer que tanto me excito mientras bailaba...
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