NARRA KATE.
Me levante de la cama que me había preparado Alicia, no había podido dormir mucho la verdad, aun era muy temprano, y estaba lloviendo... pero lo que pude dormir me había venido muy bien, no me podía quitar de la cabeza todo lo que me había pasado, quería pensar que todo era un mal sueño, que me iba a despertar al lado de Martin, mi niño, de un momento a otro, que nada de esto había pasado, que cuando Álvaro me besó, me caí y del golpe había hecho una realidad paralela, pero no, esta era mi triste realidad, la que siempre tenía, en la que podía escribir los versos más tristes pero a la vez más bonitos, porque cuando se está mal, todo es diferente, se habla o se escribe desde el corazón, las palabras salen de tu alma y no de tu mente, porque cuando estas mal todo lo que dices es verdad, porque cuando esperas algo con todo tu ansia, y eso no te sale, nada es igual, te frustras, porque creer que algo es para siempre, y que en un momento se caiga abajo como un castillo de naipes, porque nadie ni nada es para siempre, el destino nunca se escribe, se escribe solo, lo que si se escriben son los sueños, sueños por volverte a ver...
¿Qué debía hacer? ¿Debía ir a la empresa? O debía quedarme en casa, para no verlo más... el dinero y el trabajo me hacía mucha falta, pero mi corazón no estaba en esos momentos para volverlo a ver, encendí mi móvil que lo tenía apagado, y tenía varias llamadas perdidas, perdida como yo estaba en ese momento, 10 llamadas perdidas de "mi Alvarito", sí, le había puesto ese nombre cuando me lo dio, porque creía que era mío, y lo que no sabía que era de más.... 12 llamadas perdidas de " the zorri", así como llamaba a Eva, la que creía que había sido mi mejor amiga, la que pese a todo, la seguía considerando mi amiga, pese a todo... porque ella estuvo en las malas, pese a todo, también estaba en las malas.... Pero mi orgullo no me hacia poder perdonarla, aun recuerdo ese día, ese día que nos conocimos, ese día en que nos prometimos ser inseparables, no mentirnos jamás y estar siempre unidas... promesas que están descalzas sino están conmigo.
FLASHBACK
Primer día en la universidad...estaba muy nerviosa, no conocía a nadie, era una niña buena cándida, que le daba un poco de miedo de acercarse a los demás, no era igual que lo visto en el pueblo, y claro.. Estaba sola, las primeras clases pasaron rápidas, la gente de allí parecía muy maja, pero me sentía rara, todas allí hablaban entre ellas, se conocían... y yo estaba sola.
Llegue al comedor, cogí mi bandeja con un poco de ensalada, mi refresco, y un plato de macarrones, que tenían muy buena pinta... y me senté en un banco sola, como había estado todo el día, y como parecía que lo iba a estar...estaba concentrada en mi música, canciones de todo tipo, de repente vi una sombra a mi lado, una chica alta, guapa, rubia... la verdad su cara me sonaba, creo que estaba en mi clase.
- Hola ¿me puedo sentar a tu lado?
- Por supuesto, claro –dije apartando mi maleta para dejarle sitio-
- Encantada me llamo Eva, estoy en tu clase, y te he visto sola, y he pensado que... bueno... que si quieres yo que sé... que nos conozcamos.
- Sí claro – dije emocionada- eres la primera que se acerca a mí, me llamo Katherine, pero mis amigas me llaman Kate...
- Guau, vaya nombre, no eres de aquí ¿verdad?
- Soy de un pueblo de Madrid, sí.
- -en ese momento sonó la sirena que indicaba que debíamos volver a las clases... - creo que nos debemos marchar...
- Claro, pero me has caído muy bien, gracias por acercarte a mí...
- Si te sirve de algo, no tengo muchas amigas, tampoco... bueno ahora creo que tengo una, una que quiero que sea para siempre...
FIN DEL FLASHBACK
Y al recordar todo esto, una lagrima cayo por mi cara, y era verdad... cogí mi chándal, me hice una coleta alta, y pese a la lluvia y el frio me fui a correr, todavía era temprano, y así podría tomar una solución más fácil... lo que siempre solucionaba mis problemas, correr aunque fuera bajo la lluvia, con mi música a todo volumen...
NARRA ALVARO.
Y mírame, despierto a estas horas de la mañana, es muy temprano pero no he dormido nada, estaba muy preocupado por Kate, y con lo que me contó Eva, me puse peor, creía que le había pasado algo, sino estaba con ella ¿con quien estaría? ¿Se habría ido al pueblo? ¿La habría perdido para siempre?
LA NOCHE ANTES...
Empecé a marcar el numero de Eva, el numero que mi secretaria Anabel me había dado, quería hablar con Kate, esto no podía haber acabado así, ahora que la había encontrado no la podía perder, ahora ¡no!, un tono, dos tonos, y de repente una voz femenina descolgó el teléfono.
- Sí, dígame...
- Eva, soy Álvaro, dile a Kate, que se ponga por favor, le quiero pedir perdón...
- Lo siento, Álvaro, Kate, no está acabamos de discutir, y no sé donde esta... creía que habría vuelto a tu casa...
- Eva, por favor dile que se ponga...
- Hablo en serio se lo prometo... y es normal que se haya ido, he sido una muy mala amiga...
En ese momento, el mundo se me vino encima, se me cayó el teléfono, ¿Dónde estaría Kate? ¿Estaría bien? ¿le habría pasado algo? En ese momento imágenes muy macabras se vinieron por mi cabeza, pero es que estaba sola, de noche y en la calle, corría riesgo de que la violaran, la secuestraran o algo peor...
VUELTA AL PRESENTE.
Y ahora mírame, al lado de Martin, estaba muy mal, tampoco había dormido mucho, y cuando lo hacía tenia pesadillas, debía encontrar a Kate, por él, por ella, y por mí, porque no podía perderla, porque ahora que la había encontrado, el destino no me la podía arrebatar, cuando hablaba de casarnos, de que la quería... hablaba en serio, la amo, porque quiero un presente, un pasado, y un futuro a su lado... escribía sueños por volverla a ver...
Y de repente se me ocurrió un plan, algo genial que no podía fallar, para recuperarla, pero primero debía encontrarla.
NARRA KATE.
Estaba entrando a la oficina del Sr Bilbao, en una mano llevaba mis ganas de seguir a su lado, y en otra una carta de renuncia, y la verdad no se que ganaría...
Anabel, me recibió, era mi primer día en esa oficina, y había posibilidades de que fuera el último... Álvaro todavía no había llegado, Anabel me indico cual iba a ser mi despacho, un despacho pequeño, apenas cabía una mesa, un sofá, un armario, un mueble pequeño, y una mesa y una silla que era sala anexa al despacho de Álvaro, tenía que salir y entrar por su oficina...
- El Sr Bilbao, me dijo que te diera esto... - dijo entregándome un regalo envuelto en un papel muy bonito-
Lo abrí y era una foto nuestra, estábamos los tres, Martin, él y yo... y justo cuando termine de abrirla apareció, abrió la puerta...
- Vaya Kate... no creía que te iba a encontrar aquí...
- Buenas Sr Bilbao, vengo para traerle la carta de renuncia...
- Eso ya se verá...
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