LAS APUESTAS: Según la web "oddschecker.com", España figura en octava posición en las casas de apuestas. Las casas de apuestas no suelen equivocarse al señalar al ganador del Festival; de hecho, desde 2007 sólo han fallado en una ocasión: en Eurovisión 2011, que se llevó Azerbaiyán, con una sencilla balada "Running scared". En estos momentos, es Suecia, que permanece inamovible desde hace más de un mes y medio en la primera posición, la que, según las casas de apuestas, se llevaría la victoria. De todos modos, las apuestas suelen incrementar los días previos al Festival, con lo que los resultados actuales pueden variar ligeramente.
EL DIRECTO: El directo es una variable crucial para determinar quién gana el Festival, pues al margen de las expectativas previas, es en la gran gala final donde los artistas se juegan el voto de los jurados europeos. No varían tanto los votos populares, ya que la mayoría de los eurofans que votan suelen tener su/sus favorito/s antes de la gala. Elementos de gran relevancia para decidir el voto de los jurados europeos son: la voz y la puesta en escena. En ese sentido, los españoles podemos estar tranquilos, ya que si un fuerte tiene Pastora es su voz y su presencia en el escenario. Asimismo, en relación con la puesta en escena, parece que ésta cuenta con la aprobación de los eurofans españoles, ya que se ha apostado finalmente por algo sobrio, libre de coreografías despampanantes. Será la elegancia la que domine la puesta en escena de la candidata española, donde tendrán un gran papel la iluminación y un coro que apoye a la cantante en los momentos altos de la canción.
Con respecto a la representante sueca, por establecer la comparación, podemos decir que también contará con un brillante puesta en escena; ha demostrado suficientemente en sus múltiples actuaciones su vozarrón y su original coreografía.
LA PROMOCIÓN DE LA CANCIÓN: Esta es una variable no tan importante, si bien puede atraer votos hacia un país. Pastora ha tenido ocasión de participar en el Eurovision In Concert celebrado en Ámsterdam, donde deslumbró al público asistente con su gran voz y una buena interpretación. Fue de las artistas que mayor ovación cosechó por parte del público, y suscitó muy buenas críticas. Entre otras cosas, se ha destacado que su Quédate conmigo era igual a la versión de estudio, lo que es un importante punto a favor.
EL PUESTO DE ACTUACIÓN: España tuvo la suerte de obtener por segundo año consecutivo el comodín, lo que le permite escoger el puesto en que actuará en la final. Pastora decidió que el 19º puesto estaba bien (puesto este en que actuó el pasado año Azerbaiyán, el país que finalmente se llevó el triunfo). Los primeros puestos tienen la desventaja de que los participantes deben "romper el hielo", deben entregarse a un público asistente aún frío, y además suele ser más difícil que el telespectador los recuerde a la hora de la votación final (las líneas se abren una vez todos los participantes han actuado). Los últimos puestos (21º-26º) tienen también inconvenientes, el público suele estar cansado y suele haberse decidido ya por una canción. También, es otro elemento a tener en cuenta los países que actúan inmediatamente antes y después de nuestro país, ya que estos podrán eclipsarlo, o por el contrario favorecerlo. En mi opinión, no nos beneficia demasiado actuar antes de Alemania, país que desde ayer se ha situado por encima de nosotros en las apuestas, y cuyo representante (el joven Roman Lob) lleva una canción verdaderamente soberbia.
MARCAR LA DIFERENCIA: Esto es decisivo, el país que pasa desapercibido en la final caerá sin dudas a los últimos puestos de la clasificación. Es muy importante que la canción marque la diferencia, que destaque entre el resto por su originalidad. No sólo la canción, sino el vestido de la cantante, sus movimientos, incluso la vestimenta del coro pueden ser factores que influyan. Si repasamos brevemente los últimos 5 ganadores del Festival nos daremos cuenta de que todos "han marcado la diferencia", gracias a grandes dosis de originalidad: Serbia (Marija Serifovic llevó un traje masculino y un característico coro femenino), Rusia (Dima Bilan cantó parte de la canción arrodillado e introdujo a un patinador artístico en su coreografía), Noruega (Alexander, su famoso violín y los movimientos acrobáticos de su bailarines), Alemania (Lena Meyer, su naturalidad en el escenario y su peculiar voz), y Azerbaiyán (este dúo supo jugar con las cámaras, hacer una buena interpretación y atrapar al espectador desde el primer instante).
Es sumamente importante que no haya demasiadas canciones similares a la española, es decir, del mismo estilo. Pueden competir con nosotros baladas como las de Serbia, Albania y, especialmente, la de Islandia.
ASPECTOS POLÍTICO-CULTURALES: Este año no tenemos los eternos "twelve points" de Andorra (la RTVA ha decidido dejar de formar parte de la UER), pero siempre nos quedarán los votos de nuestros vecinos los portugueses y los franceses. También, esperemos contar con los votos de los rumanos (desde 2002 nos han dado más de 5 puntos).
Los aspectos político-culturales no son relevantes en Eurovisión, al menos yo soy de ese parecer, ya que hemos podido comprobar que países como Alemania (que pertenece al Big Five) y Noruega pueden llevarse la victoria.
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