Ya está. Se acabó: Ayer finalizó la tercera temporada de 'Pekín Express'. Al final, Sandra y Belinda, las hermanas vascas, se alzaron con la victoria, consiguiendo un premio de 45.000 euros.
Si algo caracteriza a 'Pekín Express' es su excelente montaje, edición y música, que hace que cada programa y cada edición sean muy emocionantes, emotivas y épicas, y, como no podía ser una excepción, el final de la 'Ruta del Dragón' mantuvo la tensión hasta el último minuto. Si en la anterior edición me tocó alegrarme muchísimo por la derrota de Fran y Merino y la victoria de Antonio y Carmela, en esta edición me ha tocado una profunda decepción por la derrota de Manolo y Marta. Pero ahora, pasaré a analizar el programa de ayer con algo más de detenimiento:
Comenzó el programa recordando a todas las parejas que ya habían sido eliminadas, y posteriormente, conocimos más a las dos parejas finalistas mientras practicaban artes marciales.
Y ya comenzó la carrera: En la primera prueba de la gymkana, los concursantes tenían que hallar el nombre de su próximo destino en la madeja de una cometa que estaba escondida entre una gran cantidad de cometas idénticas. Manolo y Marta comenzaron con mal pie, pues mientras las hermanas vascas desenrollaban los cordeles con agilidad y encontraban el siguiente destino, el padre y la hija se pusieron nerviosos, costándoles un gran trabajo manejar las cometas y conseguir superar la prueba.
No obstante, Manolo y Marta dieron la sorpresa, pues a pesar de haber salido bastante más tarde que Sandra y Belinda, consiguieron llegar los primeros. Por ello, pudieron elegir entre una llave que según Raquel sería de gran ayuda para la prueba final (Aunque la verdad, yo no lo creo, pero eso lo comentaré después) o un nuevo amuleto de 5.000 euros. El padre y la hija eligieron la llave, pues como bien dijeron "Para qué ambicionar más amuletos si no tenemos asegurados los que tenemos".
A continuación, se sucedieron diversas pruebas, a cada cuál más dura: A destacar la prueba de buceo, la que, teniendo en cuenta que en ambos equipos había una persona con miedo a bucear, supuso un esfuerzo enorme para los 4 concursantes. Marta consiguió superar sus miedos, pero Sandra se vio abrumada y tuvo que ser socorrida por su hermana Belinda. Manolo y Marta consiguieron ventaja, de nuevo llegaron primeros y eligieron otra llave. La otra prueba fue una especie de "censo de población" de una pequeña aldea, en el cual las parejas tenían que descifrar un código de 4 dígitos para abrir una caja que contenía su próximo destino.
De nuevo, Manolo y Marta dieron la sorpresa, pues consiguieron 2 llaves más para el juego final.
Después, no podía faltar la clásica prueba de preguntas formuladas por las parejas eliminadas, que ya se ha convertido en un imprescindible en las finales de Pekín Express. En este caso, las hermanas salieron victoriosas, llevándose el amuleto especial de 25.000 euros, que se sumaba a los otros 4 que acumulaban de anteriores etapas.
A partir de aquí, comenzó el emocionantísimo juego final, que, como también es costumbre en Pekín Express, consistía en ordenar los países recorridos (En este caso las banderas, mientras que en las otras ediciones los finalistas debían ordenar los nombres de las ciudades en las que acababa cada etapa).
Un miembro de cada pareja debía quedarse con Raquel, y otro tenía que seguir corriendo para cumplir otras misiones. Marta y Belinda se quedaron con Raquel, mientras Manolo y Sandra continuaron la carrera.
También cabe destacar la sorpresa de la cabina telefónica: Los familiares de Sandra y Manolo fueron los encargados de contarles a los concursantes por teléfono la misión fundamental que tenían que cumplir para alzarse con la victoria.
Mientras, veíamos a una Raquel guapísima y con un vestido muy colorido con las otras dos concursantes en el Café Lotus Garden, explicándoles la prueba final: Tenían que encontrar 5 llaves que abrían 5 cajas que contenían las banderas de los 5 países que han visitado durante la Ruta del Dragón, para ganar, tenían que ordenarlas correctamente, y esperar a que la otra mitad de cada pareja, superase su misión, consiguiendo la última llave que permitía abrir la caja de la bandera de Pekín Express.
Y es aquí donde yo vi el mayor problema: Marta tenía ya 3 llaves de las 5 necesarias, mientras que Belinda tenía que encontrar 5 llaves entre las 125 que había en la sala, pero, teniendo en cuenta que para completar la prueba tuvieron que esperar un buen rato hasta que llegó el otro miembro de la pareja, la ventaja que tenía Marta acabó siendo inservible, pues a las 2 les sobró mucho tiempo desde que abrieron las 5 cajas hasta que llegaron los otros concursantes.
Yo creo que para que realmente las llaves hubieran sido una ventaja, cada pareja debería haber comenzado a buscar las llaves cuando estuviesen ambos miembros ya en el Lotus Garden, y no antes.
Pero bueno, las reglas de Pekín Express son como son, y punto.
Así, después de varios intentos, Sandra y Belinda consiguieron la combinación correcta y ser las ganadoras de la Ruta del Dragón (Un Zas en toda la boca para aquellos que, por las promos, al decir Raquel "Sois los ganadores", daban por sentado que iban a ganar el padre y la hija, aunque, viendo que en las promos Raquel sale mirando a nuestra izquierda, cuando yo vi que Belinda se colocaba en la mesa de la izquierda al comienzo de la última prueba, ya empecé a sospechar que iban a ganar las hermanas)
He de decir que, aunque ambas parejas me gustaban, me decepcionó profundamente que no ganasen Manolo y Marta por varias razones: Una de ellas, es la enorme diferencia en la actitud de ambas parejas finalistas: Mientras que Manolo y Marta trataban de ir siempre con una sonrisa y ser buenos compañeros (Aunque, en más de una ocasión, de buenos parecían tontos, como decía Marta), las hermanas vascas se pasaron las 13 etapas quejándose por todo, y con una excesiva competitividad. Además, Manolo y Marta nos dejaron algunos de los momentos más divertidos (Por ejemplo, cuando estaban encadenados por el pie y Manolo tuvo que ir al baño, cuando esa misma noche no se ponían de acuerdo en el lado en el que dormir para que no les molestase la cadena, o el chubasquero de Manolo que olía a calcetines, el flechazo de Marta e Hilario...) y emotivos (Imborrable la conversación con Raquel cuando Manolo se emocionó al recordar a su difunto padre), eso por no mencionar el hecho de que consiguiesen ganar a la pareja más fuerte (David y Javi) a pesar de tener que ir encadenados.
Por eso mismo, mi enhorabuena a Sandra y Belinda, pero para mí, los ganadores de esta edición son, sin duda, el padre y la hija: Manolo y Marta. Ellos son los que han conseguido convertirse en dragón y dominar esta aventura.
En fin, ya me he extendido demasiado. Como dijo Raquel: "El dragón ya duerme, pero nunca se sabe cuándo despertará alguna de las demás bestias. ¡Hasta siempre, aventureros!".
Pues hasta siempre, yo por mi parte estaré esperando con emoción la próxima edición de Pekín Express, aunque también con temor de lo que pueda hacer Telecinco con este estupendo programa.
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