Javier Lara ('Pulsaciones'): "Carlos intenta evitar el rechazo de su padre" - MÁSQTV

¡Mi primera entrevista en este blog! He tenido el placer de poder intercambiar unas palabras con Javier Lara, el actor que ha dado vida al "malo" de Pulsaciones. Ha sido Carlos Meyer en la serie y el que comandaba los trasplantes ilegales así como las pruebas con BN23.

Ya me hubiera gustado poder hacerla por teléfono o, mejor aún, en persona, pero me ha sido imposible por mi lejanía y estudios. Aun así, aquí os dejo las declaraciones de Javier, del que destaco su disposición y amabilidad.

¿Qué piensas cuando te ofrecen hacer una serie como Pulsaciones?

Lo primero que piensas al leerla es que va a ser distinta, que para corresponder a lo que demanda vas a tener que descubrir de ti algo diferente que ofrecer, y que con este trabajo los patrones habituales se deben romper. En parte luego se cumple. Pulsaciones es una serie que, entre el riesgo de la propuesta y la apuesta de la producción, de la cadena, creo consigue no habitar los estándares de otras series.

Su personaje, Carlos Meyer, perdió a su hermana. ¿Es el caso de los trasplantes de órganos la solución que no le pudo dar a ella?

Todo el trabajo de investigación por parte de Lorenzo y Carlos Meyer se centra en evitar el rechazo de los órganos trasplantados en los pacientes. Aunque lo que en principio era un proyecto científico para salvar vidas se convirtió en una suerte de corrupción económica y de poder, que les hizo seguir un camino de doble moral. Una vez dentro difícil salir, difícil ver el límite, difícil volver a la ética cuando ya estás hasta los ojos; y ahí Carlos sólo sabe huir hacia delante. Efectivamente él decidió ser médico para salvar vidas tras perder a su hermana en el rechazo de un trasplante, y ahí Lorenzo empezó una investigación, a la que Carlos se sumaría, siempre a la sombra de su padre. Por eso lo que yo creo que realmente mueve a Carlos, en el fondo, es la lucha por demostrarle a Lorenzo que puede ser un digno sucesor de su legado, demostrarle que puede confiar en el traspaso de liderazgo. El rechazo que Carlos intenta evitar no es el de los órganos, sino el de su propio padre.

A pesar de que su papel es secundario, está implicado en el eje central de la serie, ¿cómo lo llevó?

Si te refieres a cómo se lleva no ser el protagonista la respuesta es sencilla: con menos presión, con menos atención, más en la sombra, lo cual tiene muchos beneficios porque te hace disponer del espacio y el tiempo necesario para descubrir sin prisas, para dosificar la información que dar en todo el viaje de tu personaje, para permitir que las cosas ocurran sin forzarlas. Medir cómo un personaje se desvela a lo largo de la historia es mucho más interesante para mí, en este caso, que ser el estandarte de la idea. Y hacer de malo mola mucho. Se aprende más. Se hacen cosas que, a priori, jamás harías en la vida real. Es muy divertido.

Las audiencias de Pulsaciones no han sido, quizás, las esperadas. Pero tampoco para Sé Quién Eres. Sin embargo, programas como Tu cara me suena o Got Talent sí lo hacen ¿Qué cree que pasa que las series no han enganchado al público?

La verdad, no tengo ni idea de eso, porque no soy empresario, ni sé medir las masas y su funcionamiento. Ahora bien, sí que tengo opinión, y creo que hay varios factores que influyen en esto. A mí me gustaría que cuando se diseña la producción, sea cual sea, no se piense en las audiencias como números, sino como personas inteligentes, que se expresen ideas particulares de cada historia, no en repetir patrones que supuestamente ya funcionaron, historias que quieran comunicarse, que pregunten cosas, que ofrezcan pensamiento, estímulo, que emocionen; y si son entretenimiento, que sea de calidad, con muchas capas, no de consumir y tirar. Para mí, puramente de consumo son ese tipo de programas que mencionas. Creo que tanto Pulsaciones como Sé quién eres están muy cerca. Son una muestra de que se empieza a pensar en la audiencia de esta manera, aunque aún quede por hacer, pero ya están en ello, como otras muchas series españolas. Ahora hace falta que el público se acostumbre a que una serie no tiene porqué enganchar desde el principio, tú como público tienes que poner de tu parte, no es como si fuera puramente un elemento de consumo. Yo me vi el primer capítulo de The Wire cinco veces porque no me enganchaba, intuía que había algo bueno, pero no me enganchaba, igual porque estaba acostumbrado a que la intriga fuera siempre el elemento principal del juego, y esta serie no lo pretendía. Ese capítulo contaba lo que contaba, sin prisa, sin pretender engancharme, sin más. Para mí es la mejor serie de la historia, y sin duda consiguió finalmente engancharme. Es ficción, esa cosa tan necesaria para nuestras vidas reales. Hay que seguir haciendo ficción inteligente y sensible para que el público aprenda a descifrar la diferencia entre historias, que dejan huella, que aportan algo, y el mero consumo que se desvanece.

También creo que tanto las plataformas como NETFLIX o HBO, como el visionado por web están cambiando la forma de ver televisión. Yo prefiero pagar ocho euros al mes y ver lo que quiera cuando quiera, sin recibir publicidad directa, que asumir que los anuncios publicitarios son necesarios para la emisión de cualquier programa o serie.

Sin contarnos mucho, ¿qué nos espera en este final de Pulsaciones?

Nos espera una explosión de intriga y desasosiego. El trepidante final del viaje de todos los personajes, con esos actorazos que tengo como compañeros. Enganchará. Me río. Efectivamente, no puedo decir más.

¿En dónde le podremos ver próximamente, ya sea teatro, tv?

El 27 de abril estreno en el Teatro de la Abadía LA TERNURA una obra de Alfredo Sanzol, y estaremos hasta el 4 de junio, más gira. También me quedan bolos y posible reposición en Madrid en el Teatro Pavón-Kamikaze, ya la temporada que viene, de la obra TODO EL TIEMPO DEL MUNDO de Pablo Messiez, candidata a 9 premios MAX, entre los cuales opto a mejor actor de reparto. Y además, otras cosas que aún no se pueden decir.

Pues esto es todo. Unas palabras de las que podemos hacer un buen análisis. Sin duda, para disfrutarla. ¡Y no os lo perdáis en el teatro!