Durante mucho tiempo pensé crear un blog dónde poder comentar, dar mi opinión, incluso desahogarme de las diferentes series que pueblan el panorama televisivo actual. Nunca me había atrevido a dar el paso, quizá por la equivocada o acertada idea, de no tener nada útil que aportar; algo así como un capítulo de la versión española de "Cheers" (¿Quién tuvo la idea de ese esperpento?), o por convertirme en una exquisita analista de series de ficción, y de películas de cine; es decir, escribir todo lo que Debra Morgan te diría a la cara en un mal día; pero, eso sí, muy finamente, que para algo sirven los estudios y la educación que me han dado mis padres,.. o eso me dicen ellos.
Mientras me enfrentaba a esta difícil encrucijada, Breaking Bad, apareció en mi vida. Fué de repente, sin avisar,... puse un canal prepago y, todo comenzó. Me hice una maratón serial de cuatro temporadas en cinco días; eché mano de coca-cola, red bull..., y todo lo que tenía a mano, porque yo no podía dejar de ver como Walter White, ese hombre de familia honesto y puro, se transfomaba en su alter ego, Heisenberg; una especie de hijo de Angela Chaning, que había cambiado las uvas por la meta azul, pero más malo y más cabreado.
La obra de arte que tenía frente a mis ojos, no podía ser cierta, un enfermo de cáncer que para ayudar a su familia fabrica "meta azul", eso sí pura, para conseguir salvaguardar el futuro de su familia; o como el dice el Gran Gustavo, dueño de Los Pollos Hermanos (este maravilloso nombre, que encubre un negocio de trafico de drogas, por sí solo merece un Emmy o un Globo de Oro; más grande que el reventón del vestido de Sofía Vergara en los Emmy); "todo hombre debe proveer a su familia", apunto esta frase para los anales de la historia.
Ahora que llega el final de la última temporada; estoy muy deprimida, nada me consuela, ni siquiera escuchar el "narco-corrido" que le regalan Los Cuates de Sinaloa; tampoco me ilusiona que llamen a mi puerta porque cuando la abro no es él, sino una nueva oferta de Adsl (no confundir con Lsd).
Quizá todo es química, como dice Walter; por ello debo respetar, y respeto, que él es un átomo, Sí un átomo, con un protón, el Sr. White; y un electrón, Heisenberg, que es el infierno con todas sus letras, és el dueño de su territorio,... recuerda su nombre.
PD.:
Primero: No puedo con Skyler; y eso que Ana Gun es maravillosa ( lo mismo canta un sexy cumpleaños feliz, que aconseja donde blanquear dinero); pero como puedes haberte "tirado" a Ted teniendo a Heisenberg.
Segundo: si estuviera en una terapia, o fuera una jovencita americana, con las hormonas descontroladas; haría un hueco en mi corazón a Jesse Pinkman; mi querido Capitán Cook.
Después de ocho temporadas; tengo que despedirte. Al asesino serial favorito, a tu oscuro pasajero, a tu comienzos, a tus primeras cuatro temporadas; donde eras tú, donde no dejabas cicatrices, cortabas (nunca mejor dicho) por lo sano. Eras perfecto; no tenías sentimientos, no sabías lo que significaban, no te arrepentías, seguías tu Código; que, dicho sea de paso, para algo te lo enseño tu padre.
Así me gusta; que me mires fijamente mientras te voy leyendo estas letras. Acabaste con tu hermano sin pensártelo; porque era el "Asesino del Hielo"; porque los genes son los genes, y porque sino dejabais Miami con el censo de población más pequeño de la historia. Mataste a tu compañero Doakes (nos hiciste un favor a gran parte de la audiencia), incluso te uniste a un grupo de terapia ... ¡para dejar las drogas!, fuiste padre por sorpresa, sufriste a Miguel Prado, y hasta te casaste con la pobre Rita. Esa Julie Benz, que nunca se daba cuenta de nada, esa mujer sufridora que te amaba, pero no era correspondida... Y entonces llegó la cumbre, Trinity, con ese maravilloso John Lithgow ( de "Cosas de marcianos") y se lió parda!... No sé ni cómo decirte lo que sentí, más que nada porque necesité varios lotes de ansiolíticos para seguirte.
Ese Arthur Michel, que parecía un cándido padre, religioso, familiar, amable, y resulta que hacía de todo menos cortar el césped de su casa. Y para colmo ese final, con el pobre Harrelson pasando por lo mismo que tú, la imagen de Rita en la bañera, y de nuevo, sangre... Y siendo muy mala, la pérdida de Rita primero me hizo gastar 3 o 4 paquetes de clinex, pero después pensé: ¡Te lo has buscado por pesada!; porque mira que estaba insoportable y tu ya no podías más: padre, marido, forense analista de sangre, y encima, asesino en serie. Me gustó tu relación con Lumen (Julie Stiles) más que Hanna (sé que me van a matar por este comentario); y me quedó claro que nunca debes decir la siguiente frase: "Cuando quieras algo, tómalo". Tus andanzas con Travis Marshall prefiero que queden en el olvido, y quemar yo, si es posible toda la temporada, porque ahí me di cuenta que la historia ya no se podía alargar más. Pero apareció Isaac Syrko, el lider de la manada, con aroma a feromonas masculinas, era malvado, cruel, y... gay!, ¡en ese momento se me cayó el par completo de lentillas al suelo! Y, también apareció Hanna, te enamoraste, y como diría Debra: ¡Se jodió!. Con su jardín, sus hierbas, sus flores, y te polinizó a base de bien. Y todo cambió, y murió Lagarta, perdón LaGuerta.
No pongo foto de Hanna, porque, básicamente, no me da la gana. Y porque cuando ví su fichaje para la última temporada pensé:"Pues sí, es jodidamente, el principio del fin". Cómo veréis la buena educación de Debra, ha hecho mella en mí. Sólo puedo decirte que quiero que te den un final digno, aunque los rumores que me llegan, son flojitos... pero yo te daré la última oportunidad, y pido por ti Dexter, un final a tu altura. No quiero que estropeen todo lo que siempre has sido, no quiero que destruyan tu Código, y no me sale de la peineta, que te maten, o te asesinen, y queden a Harrelson huérfano. Sé que muchos pensaran que es tu mejor final, pero yo, al contrario que la Reina de corazones de Alicia, pido: ¡Que no te corten la cabeza! Si es por cortar, que se la corten a Hanna. Harrelson, tu, y yo, sacamos el billete para el primer vuelo a la Argentina; y prometemos a Debra mandarle un montón de fotos, o... que demonios ¡las colgamos en Instagram!