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Si yo fuera Vasile

Viernes 25 de Marzo de 2011 19:39
 

Mi padre odia a Belén Esteban y a Telecinco. No soporta que sea la referencia mediática en las sobre mesas de cada día y que 'la princesa del pueblo' mantenga a tantísima gente enganchada a sus continuos 'vaivenes' familiares. Despotrica de su sueldo y despotrica también de quien se lo paga. Y es que mi padre, de 54 años y muy juvenil en algunas cosas, solo tiene tres programas en la televisión a los que le merece la pena dedicar tiempo: 'Saber y Ganar' –nadie puede abrir la boca mientras se emite-, 'El Intermedio' y 'La alquería blanca'. Mi madre, enfermera de profesión y con dos años menos en su haber, no. Ella es fiel a la descripción de 'espectador pasivo'. A ella le gusta sentarse, que la entretengan y ver programas 'rosa'. Es por eso que en muchas reuniones familiares aparece el debate, más que trillado, de la famosa telebasura. Precisamente es en estas ocasiones cuando mi padre suele referirse a 'La Esteban' como 'la tipa esa' y le dedica un extenso repertorio de piropos al medio para la que trabaja, impulsor de este tipo de formatos que detesta.

El otro día le hice una pregunta en medio de uno de los ya clásicos debates catódicos: ¿Y tú que harías si fueras presidente de Telecinco?¿O director de contenidos?¿O director de antena? Son las preguntas que me gustaría trasladar hoy a todo aquel que le apetezca comentar. Creo, además, que para ello hay que tener en cuenta algunos detalles de importancia.

El problema, a veces, es que tendemos a olvidar que las cadenas privadas son empresas que viven necesidades económicas como cualquier hijo de vecino, sea cual sea la importancia de las mismas. Son meros instrumentos de venta, comercios al servicio de su más variada clientela y que deben rendir cuentas ante sus acreedores y asociados. Una empresa como cualquier otra. La diferencia es que las cadenas, en su situación de medios de comunicación y entretenimiento, están expuestas tanto a la opinión pública como a un continuo debate sobre lo éticos y lo morales que deberían de ser sus contenidos. Yo me incluyo, por cierto, pero no por ello dejo de ver la rentabilidad proporcionada por tan criticados productos, así como la cantidad ingente de beneficios que proporcionan a cadenas y productoras. Así mismo lo demuestro en aquella entrada en la cual llamaba genialidad -comercial, por supuesto- a un programa como Sálvame. Es por ello que, pese a mostrarme contario con algunos contenidos, intento huir de la demagogia barata.

Recuerdo, en este debate cuyo contenido tiene más tiempo que la orilla del mar, que cuando solo había un limitado número de cadenas se decía que la culpa era la nula diversidad en la oferta televisiva. Teníamos que tragarnos lo que nos ponían, en resumen. El tiempo, desgraciadamente, ha acabado por dejar obsoleto dicho argumento puesto que, para la indignación de muchos, los programas del corazón y del más puro cotilleo siguen siendo referencia pese a la amplia oferta de que disponemos con la llegada de la era digital terrestre. Por lo tanto, no sé si se puede sentenciar contundentemente pero sí quizá afirmar con cierto respaldo de números y estadísticas que la tan conocida 'telebasura' se sigue consumiendo porque es la elección de mucha gente.

Dicho esto, y basándonos en la oferta alternativa de las cadenas de renombre, podemos plantearnos si Cuatro y La Sexta son absolutamente rentables a largo plazo -puesto que todavía son cadenas jóvenes- basando su marca en el distanciamiento en cuanto a contenidos. En mi humilde opinión, creo que si la alternativa supusiera un filón a nivel económico por revelarse precisamente en contra de lo que se tilda de incorrecto, una cadena como Cuatro no hubiera decidido vender- es una opinión propia, sin tener datos que la avalen, ojo-. Y a Telencinco seguramente tampoco le suponga una fuente de ingresos capital, pero sí la oferta complementaria que necesita para garantizarse la supremacía del sector en España.

La competencia directa de Telecinco en privadas, Antena 3, apostando por virar el rumbo hacia contenidos distintos, está fracasando en todos sus intentos cada vez que se enfrenta a los programas de más éxito y la vez más polémicos de tu principal rival. No obstante consigue desmarcarse en la ficción, de producción española por cierto, y que hace pensar que todavía hay luz al final del túnel. En este sentido Antena 3 ha apostado fuerte y ha elegido bien, pero tampoco se escapa del afán por comercializar aquello que triunfa y estirarlo cual chicle. Lo corrobora el hecho de desayunar ayer con la noticia del proyecto reality para adaptar uno de sus últimos éxitos: 'El barco'.

Por último, para cerrar este ladrillo, un dato económico: Telecinco repartió entre sus accionistas 140 de los 160 millones de Euros de beneficio neto ajustado al cierre del pasado ejercicio 2010, siguiendo con su compromiso de repartir aquella parte de la tesorería que no necesita a nivel de producción. Entonces... ¿Cómo cambiar la política de contenidos si aquellos mismos que te pagan se ven favorecidos por todos esos números?

Lo dicho, ¿Qué haríais vosotros en que caso de que os tocara dirigir Telecinco?

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Sobre este blog...

Inspirado en 'El mito de la caverna', de Platón, y en la 'Cueva del Áquila' a la que me gusta acudir con mis perros cada vez que hay tiempo y ganas. Como bien decía Platón, las sombras y siluetas que percibimos en el interior de una cueva no son más que distintas interpretaciones de una misma realidad. Tal y como pasa en un blog, en sus comentarios y en la subjetividad de las opiniones.
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