'True Blood' va camino de convertirse en una tradición del verano seriéfilo. Y es que pocas series están tan bien ubicadas en la parrilla (en cuanto a época del año) como la historia de los sobrenaturales habitantes del sureño pueblecito de Bon Temps. En esta época de relax, calor y tiempo libre, no apetece precisamente leer una novela de Dostoievski; más bien muchos apuestan por un libro de Dan Brown, por ejemplo. Pero, ¿os imagináis que Dostoievski hubiese escrito una novela cuyo principal propósito fuese entretener... pero sin perder su estilo? Pues pienso que, salvando las distancias, es eso lo que ocurre con Alan Ball y 'True Blood'. 'A dos metros bajo tierra' sería el 'Crimen y castigo' de Alan Ball, su 'Los hermanos Karamazov'... mientras que 'True Blood' sería esa supuesta novela de Dostoievski sin grandes pretensiones más allá del entretenimiento puro y duro, eso sí, con pequeños detalles para recordar al lector que no está leyendo un libro cualquiera. Como él mismo dijo, "es una serie de palomitas para gente inteligente". Porque 'True Blood ' no será una serie compleja, con grandes interpretaciones, etc, pero de vez en cuando tiene destellos del genio que está detrás. Y, además, gran parte de ese cutrerío es intencionado. Ambientando una serie en el típico pueblo lleno de catetos de la América Profunda, el señor Ball podría haber hecho un retrato realista pero cuidado de sus habitantes, desgranando a los personajes como solo él sabe hacer... pero en lugar de eso, hace mucho que decidió aprovechar la otra oportunidad que el ambiente le daba: dejarse llevar por el cutrerío, la locura, lo esperpéntico, y el "más difícil todavía" de lo bizarro. Y, en mi opinión, le salió jodidamente bien. Pero hay que saber lo que se está viendo, claro.
El caso es que hace un par de semanas se estrenó la 4ª temporada. Tras el nivelón de la tercera (90% gracias al personaje de Russell Edgington, al que próximamente le dedicaremos una entrada), parecía difícil mantener el nivel. Pero, vistos los dos primeros episodios, yo diría que no sólo lo ha conseguido mantener, sino que, si sigue por este camino, podría superarlo. Recordemos que las temporadas de 'True Blood' siempre van de menos a más, y ésta directamente ha empezado fuerte.
Y precisamente empezamos por lo que acabamos de mencionar: el "malo de la temporada". 'True Blood' ha ido superándose en este aspecto: desde el insulso René al odioso Steve Newlin y la seductora ménade Maryanne, terminando con el fantástico Rey de Mississippi, que llegó a eclipsar a los personajes principales: el ya mencionado Russell. Esta temporada lo tienen difícil para superar a Russell, pero lo cierto es que Marnie (que parece ser la mala oficial) apunta maneras para, al menos, dar mucho juego en la serie. No sé vosotros, pero yo, cuando me enteré de que Fiona Shaw iba a pasar de ser la anti-brujas Tía Petunia de 'Harry Potter' a una poderosa y peligrosa bruja en 'True Blood', pensé dos cosas: la primera, que Dumbledore se había equivocado de hermana al enviar la carta, y la segunda, que este irónico fichaje podía ser un gran acierto o un fallo garrafal, porque costaría quitarse de la cabeza la cómica imagen de Petunia. Con el segundo episodio se confirma que probablemente sea la primera opción: el momento en que controla a Eric mientras el lugar parece trasladarse a los tiempos de la Inquisición (me da que van a ir por ahí los tiros, ¿no os parece que Marnie es poseída por otra mujer?) habla por sí solo. Y eso por si la escena en que el espíritu del malogrado Eddie invade su cuerpo en la season premiere no fuese suficiente.
Me da la impresión de que para esta temporada los guionistas están aplicados y quieren corregir algunos fallos que persisten en la serie. Por ejemplo, a pesar de las locuras de la temporada pasada, seguía habiendo veces en que la serie se tomaba demasiado en serio, sobre todo en lo referente al triángulo Sookie-Eric-Bill. Y también podríamos hablar de ciertos personajes que estaban algo estancados, como era el caso de Sam, Tara, Lafayette (cuya peor temporada, que casi se carga al personaje, fue la 2ª), Bill e incluso Eric (creo que en esto último muchos no estaréis de acuerdo). Con la excusa del año perdido (que levante la mano el que se ha acordado de 'Alias' con este tema), estos personajes han experimentado interesantes cambios.
Así, por ejemplo, después de disparar a su propio hermano y tener que asistir a clases para controlar la ira, Sam muestra un lado diferente al que conocíamos de él, y creo que esa especie de orgías perrunas (perfecto ejemplo de lo esperpéntico de la serie) con la chica navajo como interés amoroso puede constituir una trama mucho más interesante que la interminable trama familiar de la temporada pasada. Algo como lo que ocurre con Bill, cuyo nuevo estatus preveo que puede traernos otra forma de comportarse (un daño colateral en este cambio ha sido la muerte de la Reina Sophie-Anne (interpretada por Evan Rachel Wood), una pena y una estupidez, porque para cargarse a ese personaje podrían haber largado a otros que dan mucho menos juego).
El cambio de Tara ha sido sin duda el más drástico, en todos los sentidos. La verdad es que, si la trama de Sam en la temporada pasada giró en torno a las peleas ilegales de perros, Tara pasó directamente una temporada de perros, "gracias" al monstruoso Franklin. De modo que no es de extrañar que la chica quisiese largarse y dar un giro de 180º a su vida. Si nos despedimos de ella como una Tara víctima, el primer momento que vemos de ella en esta temporada es machacando a una contricante en el ring, y luego dejándole las cosas bien claras a un voyeur que toma a ella y a su novia por prostitutas. Ah, y ésa es otra, ahora Tara es bisexual (o quizás lesbiana, no sabemos hasta qué punto ha llegado el cambio). Lo cierto es que no me gustan estos cambios de acera "porque sí" en las series; es decir, puedo entenderlo como una experimentación, pero como algo permanente me parece muy forzado, no sé qué pensáis vosotros. Pero, conociendo otras historias similares que nos ha contado Alan Ball (el que haya visto 'SFU' al completo me entenderá), me inclino por un experimento de Tara en su intento de cambiar su vida al completo, un experimento con fecha de caducidad. Porque, de otra manera, parecería que, como le ha ido muy mal con los hombres (uno no correspondido, otro se muere y otro es un psicópata que le hace vivir un auténtico infierno), quiere intentarlo con las mujeres (uno de los grandes tópicos sobre las lesbianas).
Por último, nos queda el caso de Lafayette (metido de lleno en el mundo de las brujas junto a su novio, Jesús, al que le auguro poco futuro) y Eric (habrá que ver hasta qué nivel le afecta la pérdida de memoria tras el ataque de Marnie).
A su vez, estos cambios en Eric y Bill, integrantes del triángulo (junto a una Sookie desubicada tras estar desaparecida un año, y de cuyo lío con el mundo de las hadas supongo que no se habrán olvidado), hacen más interesante la trama amorosa, a la que se suma Alcide (Joe Manganiello), cuya aparición debe estar al caer. Otra trama de pareja que parece cobrar interés es la de Arlene, Terry y el bebé, que por momentos recuerda a las preocupaciones de Dexter sobre su hijo en la 4ª y 5ª temporada. Carrie Preston (curiosidad al canto: está casada con Michael Emerson, Benjamin Linus en 'Lost') lo clava con su histérica Arlene, que junto al calmado Terry, forman una pareja capaz de regalar momentazos.
Y nos falta el gran cambio que ha dado Jason, en esta ocasión (para mí) fallido. Jason estaba bien como estaba, no sé si este rollo responsable ¡e inteligente! es para él, cuando precisamente era una de las fuentes cómicas de la serie.
Una de muchas de las señas de identidad de 'True Blood' es la frecuencia con la que el sexo, a veces explícito, aparece en la serie. De hecho, seguro que os suenan grupos de Facebook estilo "Ver 'True Blood' y que en tu casa crean que estás viendo porno". Si muchos se quejaban de los vampiros ñoños y castos de Jonas Brothers la saga 'Crepúsculo', en esta serie no se cortan un pelo a la hora de mostrar la naturaleza tremendamente sexual de los vampiros (tanto, que en la 2ª temporada llegó a darse el caso de una escena censurada (y estamos hablando de la HBO, amigos)). Por supuesto, prácticamente todo el equipo artístico de la serie ha aparecido semidesnudo en alguna ocasión, y es casi un juego adivinar quién será el próximo en cada capítulo. Sin ir más lejos, un par de episodios han bastado para desnudar a tres de las nuevas chicas de la serie (sólo falta la prima abogada de Andy), y con la excusa de que al convertirse en animales pierden la ropa, los hermanos Merlotte/Mickens, Sam y Tommy, muestran la retaguardia día sí y día también, como podemos ver en la imagen sobre estas líneas, en la que Tommy (Marshall Allman, también conocido por ser LJ Burrows en 'Prison Break') nos demuestra que el calor que hace aquí estos días no es nada comparado con el de Bon Temps. Por cierto, si os "gusta" esa imagen, os recomiendo este vídeo que el propio Marshall ha subido a FunnyOrDie. Además de que vuestra vista os lo agradecerá, os echaréis unas risas.
Y para finalizar, quiero hacer una reflexión sobre uno de los pocos aspectos "serios" de la serie. Precisamente, al ser serio, no está claro en la serie, sino que hay estar atento al subtexto de ciertas escenas. De forma similar al paralelismo que muchos establecen entre 'X-Men' por un lado, y los negros y homosexuales por otro, en 'True Blood', la lucha por los derechos de los vampiros hace un guiño clarísimo a la lucha por los derechos de los homosexuales. He puesto las comillas en "serio" porque realmente no lo hacen tirando del drama, son guiños con un toque de humor, pero siguen estando ahí aún en los momentos más bizarros de la serie. Podría citar muchísimos ejemplos, desde el 'God hates fangs (Dios odia a los colmillos)' (por 'God hates fags (Dios odia a los maricones)') del opening, la expresión "salir del ataúd" (usada sobre todo en la primera temporada), la propia AVL (¿alguien dijo GLAAD?), etc. ¿Por qué comento esto en un artículo sobre el comienzo de esta temporada? Creo que esta temporada se le va a dar mucha importancia a los derechos de los vampiros, y a los intentos de Nan Flanagan y compañía por recuperar apoyos perdidos tras el huracán Russell. Y en esto tenemos metido de lleno a Bill, ahora como rey de Louisiana, que busca un discurso a lo "todos los vampiros son grandes personas", mientras que el mensaje de Eric como cara visible de la AVL resulta más creíble: "Los vampiros somos como los humanos, y por eso mismo hay buenos y malos" (sustituid en estas frases "vampiro" por "gay" y "humanos" por "heteros" y voilá).
En definitiva: espero no equivocarme, pero diría que esta temporada promete. Las armas para hacer una gran tanda de episodios las tienen, esperemos que sepan usarlas bien. Y si no, siempre se puede dar paso a Tiffany para que de el tiempo, darnos una ducha, pedir una hamburguesa o simplemente llamar a Sssssokeeeh.
Nada más. Espero que hayáis disfrutado leyendo esta entrada, como yo lo he hecho escribiéndola. Dentro de unos días me pasaré, como siempre, para responder a vuestros comentarios. ¡Y nos leemos en la siguiente!
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