Ayer terminó (con bastante éxito) en La 1 la duodécima temporada de 'Cuéntame cómo pasó'. Más de 200 episodios, 12 temporadas, más de 10 años (1968-1979) de nuestra historia más reciente llevados a la pequeña pantalla y prácticamente 10 años también de duración real de la serie (septiembre 2001-marzo 2011). Se dice pronto, ¿eh? Aún impresiona más sabiendo que en esta serie no ha habido una renovación del reparto principal, como sí ocurre en otras series que, como el conejito de Duracell, "duran y duran". En 'Cuéntame' ha habido cambios, entrada y salida de actores, pero las caras importantes, la familia Alcántara, ha seguido estando ahí (salvo el pequeño descanso del personaje de Inés). Y todavía puede impresionar más: 'Cuéntame' sigue manteniendo la calidad que tenía en sus inicios. Ha tenido sus altibajos, sí, pero esta temporada ha servido para demostrar que a los guionistas les quedan muchas ideas y que saben cómo llevarlas a cabo. Y, por supuesto, que el magnífico equipo de actores de esta serie sabe cómo hacer creíbles esas ideas.
Sobre este aspecto, sobre los aciertos que ha tenido la serie esta temporada (y sobre los fallos, que también los ha habido, claro), vamos a hablar en este artículo, haciendo, en definitiva, un balance sobre las principales tramas de esta 12ª temporada, la forma de llevarlas y el impacto que han tenido en los personajes. Y también sobre la importancia que tiene el hecho de que una serie española consiga llevarse el respeto de hasta los más reacios a la ficción patria.
-Los protagonistas y la Historia... o "los protagonistas", a secas.
Uno de los grandes retos de 'Cuéntame' ha sido el tener que combinar el protagonismo de la situación histórica con el protagonismo de, valga la redundancia, los protagonistas: los Alcántara, una familia como cualquier otra. Realmente, es que en esta serie la Historia y los personajes son igual de protagonistas, aunque en ocasiones la balanza se decante más por un lado que por otro (los capítulos dedicados a la muerte de Franco temporadas atrás, o los que rodean a alguna trama dramática de la familia, como la infidelidad de Antonio). Ese hecho la distancia de cualquier otra serie "sobre una familia", y provoca en ella el efecto "serie de instituto". ¿A qué nos referimos? Seguro que habéis oído alguna vez, sobre una serie ambientada en un instituto: "eso es surrealista, en mi instituto no pasaban tantas cosas". Y es que muchas series acaban concentrando gran cantidad de tramas problemáticas en sus protagonistas, sobre todo a medida que la serie va alargándose: "qué cantidad de cosas pasan en ese hospital", "a estos policías/abogados les pasa de todo"... sabéis ya por donde voy, ¿no? Pues es lo que ocurre aquí. Para no tener la Historia por un lado y las tramas familiares por otro, una buena manera es implicar a la familia en las circunstancias históricas, algunas veces levemente y otras de lleno. De ahí el interés de ver a Antonio metido en política en plena Transición, o a Inés en sus horas más bajas, consumida por la heroína en la época en que ésta destrozó a tantas familias de este país. Claro está, que con eso se corre el riesgo de que exista la crítica estilo "a esta familia le pasa de todo".
Esta temporada, con unos adinerados Alcántara en el barrio de Salamanca y Antonio escalando posiciones en la política, parecía ser demasiado para algunos. Pero no ha sido algo gratuito: hemos visto una suave pero constante evolución en el personaje de Antonio. El poder y el dinero se le subieron a la cabeza, aún más que en la época de esplendor de Construcciones Nueva York (que ya es decir), y a lo largo de estos 17 capítulos Antonio ha ido llevándose golpes, recibiéndolos primero con rabia y para nada humildad, y luego dándose cuenta de los errores que ha cometido: de la superioridad con la que trataba a sus amigos del barrio, de la posición déspota y patética a partes iguales que adoptó al enterarse de la drogadicción de Inés y de la poca atención que siempre le ha prestado a su hijo pequeño (pequeños detalles en estos últimos episodios parecen indicar que esto va a cambiar), etc. Si los últimos segundos del penúltimo capítulo nos mostraban a un Antonio derrotado, derrumbándose tanto o más que la imprenta a la que estaba derribando la grúa, en estos últimos segundos hemos visto cómo Antonio (tras tragarse su orgullo y dejar boquiabierto al funcionario que le preguntaba "¿Última ocupación?" respondiendo "Director General de Producción Agraria, Ministerio de Agricultura"), en una espléndida escena sin más palabras que las de Gloria Gaynor con su "I will survive", aceptaba lo ocurrido y decidía no darse por vencido, poniendo al mal tiempo buena cara y pensando que sí, que definitivamente había perdido esta vez, pero que ya llegarían otras oportunidades y, sobre todo, que lo importante no lo ha perdido: su familia sigue ahí. ¿Cómo soy capaz de sacar tantos detalles de unas simples expresiones faciales? Eso preguntádselo a Imanol Arias, que es capaz de darnos todos esos detalles con unas "simples" expresiones faciales, algo de lo que no muchos actores pueden presumir.
-El regreso de la hija pródiga... a la cruda realidad
Mucho se habló de la vuelta de Inés Alcántara, fuera de la serie por los compromisos de Irene Visedo. ¿Estaría Pilar Punzano a la altura? ¿Sería chirriante el cambio de actriz? Lo cierto es que, tras los lógicos primeros momentos hasta que el espectador se acostumbra a "las nuevas facciones" de Inés, el buen hacer de la nueva actriz ha quedado fuera de toda duda. Pilar Punzano ha despertado la admiración de los fans de la serie, que incluso hablan de un trabajo superior al de Irene Visedo. Y esto, sin quitarle mérito al gran trabajo de Pilar, es debido a la trama que los guionistas tenían preparada para ella.
La drogadicción se ha tratado en otras series actuales (por ejemplo, desde el punto de vista cómico, en 'Aída'), pero en esta ocasión se podía hacer algo muy grande, porque se contaba con el contexto histórico ideal, y con el cariño del público, no ya hacia el personaje que cae en las drogas, sino sobre todo hacia su familia, que en estos casos acaba sufriendo también (y de lleno) esa enfermedad.
Los guionistas han hecho un gran trabajo, haciéndonos ver de forma cruda pero sin caer en el morbo esa realidad que Inés, como tantos otros, quiso probar para, como ella mismo dijo, "ser feliz aunque sea sólo un ratito". No podía imaginarse que eso la llevaría precisamente a lo contrario: a vivir los peores momentos de su vida.
Por medio de esta trama hemos vivido escenas 100% Cuéntame, escenas que te llegaban como lo hacían las de la mejor época de la serie (momentazos como aquél en el que Mercedes descubre la relación entre Clara y Toni, o el infarto de Antonio). Sin embargo, y ahora llega un punto negativo, creo que podrían haber sacado mucho más de aquí. Seguro que la gran mayoría de vosotros conoce el caso de alguien, ya sea en su familia o en la de un amigo, que pasó por ahí, e intuye que el modo en que acaba la trama (podríamos decir que el punto final es el momento en que Inés ve a su abuela de procesión) no resulta muy creíble, sabiendo que era casi imposible salir de ahí, y más en esa época. Tampoco estamos hablando de que Inés muera de sobredosis "para ser creíble", por supuesto, puesto que algunos consiguieron salir, pero desde luego fue un proceso mucho más lento. Creí que dejarían la recuperación para el final de temporada, pero resolverlo dos capítulos antes, como si fuese una simple trama secundaria, no me pareció bien. De todas formas, ya digo que, en líneas generales, ha estado muy bien llevada.
-La otra (y polémica) Transición: de Carlitos a Carlos
El último fotograma (o conjunto, en este caso) que he elegido es posiblemente el más comentado de esta temporada. ¡Y es que nunca un culo dio tanto que hablar en una serie! Ya en serio; esta imagen ilustra de forma bastante clara que Ricardo Gómez ya no da vida a "Carlitos", sino a Carlos Alcántara, y que este personaje puede ir teniendo tramas propias más serias y parecidas a las de sus hermanos.
Los guionistas comentaron la posibilidad de que la serie fuese dando más importancia a la parte juvenil del reparto, sobre todo ahora que entramos de lleno en la Movida de los 80. Y no hay duda de que el mejor prisma que podrían tener no es en este caso el formado por los ojos de Merche y Antonio, sino el de Carlos (que no Carlitos, recordemos) y sus amigos. Sería un gran acierto que para la próxima temporada se formase un grupo fijo de amigos en torno al pequeño de los Alcántara, y que a través de ellos se fuera mostrando ese tema. Esta temporada han dado algunos pasos con el fichaje de Nacho Aldeguer (Felipe) y la tímida incorporación de Marcelo, el amigo de la mili. Pero, en mi opinión, ese intento de juntarlos con la idea del corto no quedó muy afortunado que digamos... lo cual no quita que sea una buena idea formar un grupo, pero con tramas más cuidadas e interesantes. Al hilo de esto, al principio de la temporada se comentaba (por unas declaraciones de Pilar Punzano en las que anunciaba que se iba a tratar la homosexualidad en la serie) en las webs que sería Josete el personaje gay. Hubiese sido una trama curiosa ver cómo lidiaban unos padres (Desi y Clara) de esa época con esa revelación, y cómo el propio chico lo llevaría, pero parece que todo quedó en rumores. No obstante, es una posibilidad que sigue sonando para la próxima temporada, por aquello de tener la Movida cerca y cómo ésta supuso la liberación interior de muchos de los que estaban reprimidos. También Toni y Cecilia tendrían mucho que decir en tramas relacionadas con la Movida, máxime recién llegados de un viaje por Europa.
Y dos aspectos que no se suelen comentar mucho: el primero es la calidad técnica de la serie, con la que parece que estés viendo una película, y el segundo está dedicado a los secundarios. No podemos olvidarnos de ellos, ya que una de las grandes bazas de 'Cuéntame' es, como decía al principio, el excelente plantel de actores del que disponen hasta para los papeles menos destacados. Se notaría mucho la ausencia del matrimonio Miguel-Paquita y sus pinceladas de humor, por poner un ejemplo.
Para terminar, retomo lo que comentaba al principio del artículo. Antes, nos teníamos que conformar con lo que se emitía en nuestras televisiones: producción propia y alguna que otra extranjera. Ahora, los seriéfilos tenemos mucha más libertad para elegir qué serie queremos ver, y al surgir las comparaciones entre las producciones extranjeras y las nacionales, salían perdiendo estas últimas. Porque claro, si tenemos que comparar 'Dexter' y 'Sin tetas no hay paraíso'...
Aún así, siempre hay excepciones. Y por eso intento evitar el hecho de mirar con recelo de forma sistemática a las producciones españolas... porque de vez en cuando te encuentras con series que sí pueden medirse de tú a tú con las extranjeras (las extranjeras de calidad, claro, que si miramos fuera también nos podemos encontrar cada cosa que asusta). 'Cuéntame' es un ejemplo, y su reparto también. Y es un ejemplo a seguir por todas las series españolas que no quieran tener un complejo de inferioridad (si lo tuviese, Ana Duato no habría hablado del Emmy). La solución no es quejarse de que las extranjeras tienen más medios, o de que los críticos son unos pedantes; la solución es actuar ante eso. Y esta serie es la prueba de que, actuando, una serie española no tiene por qué tener complejo de inferioridad.
Nada más, espero que hayáis pasado un buen rato leyendo la entrada; yo lo he hecho escribiéndola ;)
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