La expulsión de la semana que viene es de suma importancia. Debería la audiencia evitar dejarse llevar por impulsos y votar con la cabeza y no con el corazón. Que Suso se ha equivocado en varias ocasiones es una realidad, pero que es espontaneo y que actúa tal y como es tan cierto como que hasta el momento hemos expulsado a tres piezas fundamentales del juego. Suso es una persona sin filtros, de esas que dice todo lo que se le pasa por la cabeza independientemente de que lo que diga esté bien o mal, de ahí que sea un concursante tan valioso. No podemos decir lo mismo de Kike, que ayer se expuso a la nominación al verse entre la espada y la pared tras su conversación en el confesionario con Mercedes Milá. Si realmente el médico fuera tan valiente como quiso demostrar, no se hubiera salvado la semana pasada.
Kike se ha pasado treinta días siendo espectador de la acción principal y diseccionando a sus compañeros como si fueran ratas de laboratorio para saber a los que podía manipular a su antojo. Sí la semana que viene se salva el espectáculo se verá reducido a mínimos, y es que Suso acierta en muchas de sus declaraciones. Algunos de sus compañeros nominaron anoche con un miedo injustificado, siendo Suso y Amanda los grandes perjudicados de unas previsibles puntuaciones. Unas nominaciones tan esperadas por parte de los concursantes como la expulsión de la semana que viene. Todos esperan la salida de Suso, motivo que me produce deseos de ver a Kike salir por la puerta para ver a su grupo del revés.
Decía que la permanencia de
Suso es aún fundamental dentro de la casa, y es que de él depende también el protagonismo de
Sofía. El paso por el concurso de la hija de Maite no hubiera tenido ningún sentido sin la intervención del catalán. Ambos están inevitablemente unidos en la trama, por mucho que los seguidores de ella lamenten este hecho.
Sofía sin
Suso se quedaría descolgada por completo, y eso es algo que se puede y que hay que evitar.
Anoche salió Raquel con un 51 por ciento de los votos. Debo admitir que me encantó su entrevista. A la extremeña siempre le ha perseguido la sombra de la incredulidad. Su manera de reaccionar ante las preguntas de Mercedes me dejó claro que Raquel sí ha sido sincera dentro de la casa. Es por este motivo que me bajo de la posible repesca de Maite y opto más por el reingreso a la casa de Raquel. Nada me gustaría más que ver un reencuentro entre la última expulsada y Marta. Y es que no podemos obviar el detalle de los datos que nos dejan las expulsiones de este año: el público se encuentra más dividido que en anteriores ediciones, produciéndose en esta ocasión empates en las votaciones a lo largo de la semana. Este último detalle me hace desear con más fuerza una repesca, aunque no por ello debemos descuidar nuestras elecciones de cara al futuro, pues no creo que puedan volver a entrar más de dos concursantes de nuevo en la casa.
No puedo despedir este post sin comentar la vergonzosa actitud que Maite tuvo tras la expulsión de Raquel. Esta concursante está perdiendo la gracia que le caracterizaba. La educación y el respeto por sus contrarios brillan por su ausencia en su caso. Una lástima que cierta parte del público siga riéndole las gracias a una persona que ha pasado de ser concursante a un esperpento en tan solo dos semanas.