Sofía y Marta ganadoras, ¿vale?

Anoche se produjo una expulsión inesperada y no fue la de Ricky. Tras la eliminación del argentino, se volvieron a abrir teléfonos para votar en positivo convirtiéndose Vera contra pronóstico el que menos apoyo obtuvo por parte de la audiencia votante. De nada le ha servido al catalán el no implicarse en la convivencia y el haber vivido un fogoso romance en Big Brother México. Al final es lo que pasa cuando uno no es capaz de despertar pasiones entre el público.

A Vera le seguirán muy probablemente concursantes como Carlos y Niedziela. No me gustaría que la artista de circo se quedara fuera de la final, pero es bastante probable que eso suceda. Al fin y al cabo, en la calle solo se habla de Sofía, Marta, Aritz y Han y serán ellos los que más apoyos acaparen de cara a las próximas galas. Lo mismo le hubiera ocurrido a Suso y a Raquel si hubieran logrado burlar la expulsión. Ellos contarían con más apoyos que el marido de Ivy, estoy completamente seguro.

Ricky sufrió varios altibajos en su entrevista con Mercedes Milá protagonizando momentos que dieron un poquito de vergüenza ajena, no obstante, he de reconocer que encontré en Ricky una sinceridad que agradezco. Cuenta este concursante con menos prejuicios que muchos de los que se han atrevido a criticar durante esta última semana su relación con Sofía, y es que no se equivoca Ricky cuando dice que Sofía ha sido tan responsable como él en los acontecimientos que se han dado estos días. Ha habido mucha gente que ha pedido la eliminación de este concursante para proteger a Sofía de la mala imagen que supuestamente estaba dando. A mí que me expliquen esto último, pues no creo que ella haya cambiado en ningún momento ni un ápice de su manera de ser. Como fiel seguidor de este concurso, debo admitir que he visto la misma Sofía en su relación con Ricky que en su primer mes de concurso. El problema viene seguramente cuando hay personas que no están dispuestas a aceptar a los concursantes tal y como son, creándose imágenes erróneas de los mismos al intentar idealizarlos.

Sofía destacó rápidamente por ser una participante sincera, clara y bastante madura para su edad. En sus espaldas lleva cargando durante todo este tiempo la presencia de su madre en los platós de televisión, algo que sinceramente no le ha venido bien en más de una ocasión. A esto se le suma su corta edad, sus ganas de gustar a toda costa y la necesidad imperiosa de contar con la aprobación y la compañía de un hombre. Ella no ha variado su actitud ni se ha asustado por las temidas nominaciones; nos lleva mostrando la misma cara desde la primera semana de concurso en la que sus compañeros la nominaron con una buena colección de puntos.

Sofía nos lo ha mostrado todo: sus carencias, su lealtad y su brillante proceder en innumerables ocasiones. ¿Qué ha sido pesada con Suso?, probablemente, pero, ¿y cuál es el problema?, ¿de verdad pretendemos que nuestros favoritos respondan a ciertos problemas como lo haríamos nosotros?, eso no es Gran Hermano. Sofía es una clara merecedora de este premio. Al igual que Marta, ha actuado en base a sus ideas sin hacerle nunca la pelota a nadie. Ninguna de las dos ha evitado los riesgos y no se han achantado ante la posible desaprobación del público.

No se puede decir lo mismo de Aritz, un concursante que sí ha modificado su conducta cuando se ha visto con un pie en la calle. La prueba más evidente la de esta última semana cuando con Han protagonizaba momentos de lo más incomprensibles bajo el edredón si tenemos en cuenta que hace catorce días acusaba a su amigo de acosador y de maltratador psicológico. Me niego a que un tipo como Aritz gane Gran Hermano. Nos ha mentido y nos ha estafado cada vez que le ha venido en gana, y es que ayer se le criticaba a Ricky el hecho de haberse tatuado en el brazo el apodo de su ex semana a semana sin detenernos en el hecho de que Aritz lleva sosteniendo en la mano y desde el principio, la llave de su persona especial mientras por las noches se restregaba con Han entre las sábanas.