Raquel Morillas: ''Volvería a entrar en GH gratis, amo este programa''

Tesoro para los amantes de Gran Hermano. Raquel Morillas, concursante de culto de este programa, me habla sobre su experiencia en los casting de nuestro programa favorito y de todo lo que le supuso entrar en la casa más famosa de España. Después de esta entrevista, solo me puedo permitir pedir un deseo: ojalá volvamos a disfrutar de ella en un programa de televisión. Gracias, Raquel.

¿Por qué decidiste apuntarte a Gran Hermano?

La primera edición me enamoró. Suelo ser impulsiva y decidí inscribirme en la segunda edición. En ese momento, yo tenía pareja, y ella me dijo que había llamado al teléfono de casting pero me mintió. Fue en la tercera edición cuando lo hice yo misma.

¿Cómo fue tu experiencia en el casting?

Cuando llame por teléfono, me respondió directamente una chica, y me dio cita para el primer casting en un hotel en Madrid. La primera fase fue una broma, había un montón de gente demasiado arreglada y yo me sentí fuera de lugar. Me reí bastante, además, tuve la suerte de que ese día, la redactora estaba mala y me hizo la prueba el súper, Roberto Ontiveros por aquel entonces. Me pidió que le hablara durante dos minutos sobre los hombres, y como no sabía por dónde salir, le conté mi primera experiencia con un chico, que no pasó de ''una pajilla''. Después pasé a otra habitación donde me entrevistaron más profundamente.

Y volvió a sonar el teléfono...

Sí, pase la primera fase y me convocaron para un segundo casting, que fue peor que el primero. (Risas), me encerraron en una habitación con los ojos vendados con otra aspirante. Nos teníamos que hacer una pregunta la una a la otra; recuerdo que acababa de producirse el atentado del 11S y la chica me pregunto mi opinión sobre Pakistan, y a mí me dio por hablar sobre el hambre en el mundo. Salí súper nerviosa y cuando vi a mi madre, que estaba esperándome a las afueras del hotel, le dije que no me iban a llamar para el siguiente, pero me equivoqué.

¿Cómo te dicen que entras a la casa?

Me llamaron por teléfono estando yo con mi ex de vacaciones en Torrevieja. Lo pasé muy mal porque no pude celebrarlo, ya que ella no quería que entrara en la casa; tuve que encerrarme en el cuarto de baño para llamar a mi madre y decirle que me habían cogido. Creo que por no poder exteriorizar la emoción que sentí, lo pase después tan mal durante la primera semana dentro de la casa. Fue fruto de la contención con la que entre en la casa.

Y después de cumplir tu sueño, vas y te conviertes en la mala de España. ¿Cómo asumiste ese papel?

A mí me hacía mucha gracia, la verdad. La noche de mi eliminación la pase con mi madre en el hotel. Allí ella me puso al tanto de la situación y me contó que Pepe Navarro, presentador de mi edición, había escrito un artículo en La Razón poniéndome verde. No lo pase excesivamente mal, de hecho, no sentí ningún rechazo en la calle, todo lo contrario. En una entrevista con María Teresa Campos hablé sobre este tema, y lo único que dije era que me gustaría que las personas que me habían criticado me conocieran personalmente, por ejemplo, Belén Rodriguez fue una de las personas que más me criticó y después de conocernos nos hicimos muy amigas.

Tras Gran Hermano, comienzas a ser habitual en el plató de Crónicas Marcianas. Háblame de esa época.

Yo tenía veinticinco años, me fui a vivir a Barcelona y empecé una relación con Noemí. Todo iba de la mano. La verdad es que me tire muchos meses como en una nube, viviendo experiencias extraordinarias. Me sentía muy cómoda haciendo mi trabajo, jamás los jefes me impusieron nada ni me obligaron a actuar de una manera determinada frente a determinados invitados. Yo sabía que imagen era la que se buscaba de mí y yo fui la responsable y dueña de mis decisiones en todo momento.

Y sufriste ese maldito accidente que partió tu vida...

Me desperté sin saber dónde estaba. Mi madre fue explicándome poco a poco lo que había pasado, y el espejo hizo el resto. Sufrí mucho y me costó mucho superarlo. La persona con la que estaba compartiendo mi vida no ayudó, sinceramente. Además, siempre intenté sonreír delante de mi familia para que no se vinieran abajo. Fue un duro proceso.

Terminó Crónicas, la línea editorial de los programas se modifican y muchos ex grandes hermanos vais desapareciendo. ¿Cómo vuelve uno a su vida anterior?

Yo creo que, independientemente de que desapareciese crónicas, el accidente tuvo mucho que ver con mi retirada en los medios. El accidente se llevó muchas cosas, entre ellas aspectos de mi personalidad que resultaban fundamentales para colaborar en televisión. Estaba muy reciente. Ahora estoy trabajando como cualquier persona y viviendo lo mejor que puedo. Lo llevo bastante bien.

Y años más tarde, te llegó la oportunidad de ''El reencuentro'', experiencia que te truncó Noemí al pedir al resto de concursantes la expulsión.

Ella dijo que se quería marchar y por eso nos echaron. Yo sabía que Noemí iba a entrar, lo que no sabía era que yo iba a concursar con ella, si lo hubiera sabido, hubiera entrado mentalizada para una expulsión temprana, de hecho, al salir, le dije a Mercedes que volvería a entrar gratis a la casa, porque es amor lo que siento por este formato. En El reencuentro me hubiera gustado entrar con Patricia, porque nos hubiéramos llevado bien, estoy segura. Sé que la vida le va bien y que tiene tres hijas preciosas.

La verdad es que somos muchos los seguidores que fantaseamos con un Gran Hermano de ''grandes hermanos''

Me encantaría poder concursar de nuevo, individualmente. Me apasiona GH. También me gustaría participar en Supervivientes, porque siento que la gente no llegó a conocerme durante GH3, y en El reencuentro no tuve tiempo. Yo soy una tía súper divertida, y me encantaría mostrarle esa faceta a la audiencia.

Para terminar, ¿Qué consejo les darías a los que se han apuntado al casting de GHXVI?

Que se olviden del dinero, porque si entran en este reality pensando en la fama posterior, el disgusto será muy grande. Que no piensen en un después porque ya no hay un después como había antes. Que entren a disfrutar el programa, porque es lo que yo hice y lo que volvería a hacer.