La de esta noche será la expulsión más importante por varios motivos. El primero, porque es la última eliminación de esta edición; tras conocer la identidad del nominado más votado los teléfonos volverán a abrirse pero en positivo, reduciéndose la posibilidad de que un concursante abandone la casa por el intento de sus detractores. Desaparece pues el voto de castigo tan ligado a este formato y que en ocasiones tantos disgustos nos ha dado al provocar la expulsión de concursantes con gran grado de implicación para con el concurso y permitiendo pues, la permanencia de algún que otro satélite que poco aportaba a la casa.
Ricky, Aritz o Marta. Uno de ellos ya no tendrá opciones a partir de esta noche. Espero y deseo que la canaria supere su tercera nominación. No sería justo retirarla de la semifinal, ella lo ha dado todo y se ha implicado a lo largo de los casi tres meses que llevamos de concurso. Marta ha estado en todas las salsas y ha sido la concursante que más ha evolucionado. De no despertar apenas simpatías en un principio es hoy una de las participantes más queridas. Ella será fácilmente identificable dentro de unos años cuando nos refiramos a la edición número dieciséis de Gran Hermano, pues sola ha protagonizado muchísimos de los momentos claves de esta temporada, sin compañía y sin la necesidad de ninguna de esas carpetas que tanto se estilan desde hace ya varios años.
Marta pertenece a ese grupo de veteranos concursantes de ediciones pasadas que entraron a concursar solos sin depositar su futuro en manos de ninguno de sus compañeros. Ella no ha protagonizado absurdas historias de amor, pero nos ha brindado su carácter, sus luces y sus sombras y la totalidad de su carácter. Marta no se ha guardado absolutamente nada, lo ha compartido todo con esa audiencia que ha aprendido a aceptarla y quererla con el paso de las semanas. Nadie podrá decir que el comportamiento de la nominada ha variado en base a los abucheos que ésta escuchaba cada jueves, pues siempre se ha mantenido fiel a sus deseos y a su concurso, pues aunque hayamos sido testigos de el mismo, ella siempre ha dejado claro con su manera de proceder que su paso por la casa ha sido y sigue siendo exclusivamente suyo. Es precisamente por esto último que vale oro como concursante y que su perfil ha respondido a las expectativas de cualquier buen amante de este formato que se precie. Podrá gustar más o menos, cansar incluso, pues su carácter es de todo menos sencillo, pero jamás la podremos catalogar como una concursante que pase inadvertida o que no despierte interés, todo lo contrario.
No sé si llegará a esa final a la que estamos acostumbrados, pues
Marta luchará contra dignos competidores. Si
Aritz se salva de la expulsión, lo tendrá más complicado, pues el vasco cuenta con una gran legión de seguidores que harán todo lo que este en sus manos para llevarle hasta el final. Si además, en esta ocasión se repite la fórmula del año pasado donde los votos positivos de la audiencia se acumulaban semana a semana hasta el gran día de la final,
podemos afirmar que la canaria lucharía al límite contra concursantes como Niedziela, Han o Vera por conseguir esa plaza tan jugosa, pues no creo que Sofía y Aritz tengan mucho problema en llegar hasta esa plataforma con sitio para tres.
Si es el vasco el expulsado lo tendría mucho más fácil al no resultar Ricky ninguna competencia de cara a la victoria. No es cuestión de menospreciar a ninguno de los participantes que quedan aún en la casa pero a estas alturas debemos ser realistas. Ni el canario ni tampoco Carlos son dos duros rivales. Ambos se marcharan en cuanto se ponga en funcionamiento la deseada votación en positivo.