Ya dije el viernes de la semana pasada que esto iba de víctimas, aunque finalmente la única perdedora en todo el embrollo que se armó el viernes es
Paula. Es muy fácil criticar a
Omar. El concursante no lo ha hecho mal, lo ha hecho peor, pero a este analista siempre le gusta intentar profundizar más en la personalidad de los concursantes para intentar encontrar una explicación a sus actos. Tras la prepotencia de un
Omar que reiteradamente suelta frases como ''yo tengo a 800 esperándome fuera'' se esconde una inseguridad atroz.
Complejos que se comprenden si miramos más allá y caemos en la cuenta de la vida que le ha tocado experimentar a este repudiado concursante.
Omar es un chaval repleto de carencias y ausencias. Todos tenemos referentes, pero él ha carecido de ellos y no le ha quedado más remedio que ir de
bala perdida por la vida. Él mismo ha reconocido esto dentro de la casa, aunque desde que entro
Lucía, el concursante se ha atrevido a a regalarnos ciertas confesiones relacionadas con su pasado que a uno le hacen comprender que no es tan malo el gafe de esta edición. Los que seguís el 24 horas tanto como yo lo sabéis.
Evidentemente, este concurso no es una terapia de tres y cuatro meses ni los espectadores son psicólogos que deban excusar a sus concursantes, por eso no quiero que nadie me mal interprete ni que se piense que yo quiero evitar que Omar sea expulsado por la audiencia en caso de que resulte nominado. Nada más lejos de la realidad, lo único que deseo es que todos aquellos que le critican no se queden en una burda superficie.
No creo que Omar haya engañado a Paula. Omar se engañó a sí mismo, creyendo que la hawaiana podría suplir la figura de Lucía, vértice de un triángulo que ha revolucionado la casa de GH15; pero como en la vida, las personas que dejan huella, siempre aparecen, más tarde o más temprano. Algunas veces por casualidad, y otras porque, a veces hay valientes como Lucía que se arriesgan a luchar por el que consideran el amor de su vida hasta el final sin medir las consecuencias. Lucía, heroína, bajo mi punto de vista en todo este lío no fue sincera con Paula ni con el resto de sus compañeros al no admitir sus intenciones. Es probable que al igual que Omar, Lucía se estuviese engañando a si misma creyendo que podría jugar dentro de una casa conviviendo con su ex pareja, ahora pareja, las 24 horas del día. A pesar de su confusión, debo admitir que admiro su coraje, y que le agradezco enormemente que haya desnudado su alma y se haya dejado la piel ante millones de espectadores. Solo una persona que está enamorada de verdad es capaz de mantener una conversación con el alma rota como la que ella mantuvo con Omar la madrugada del pasado viernes; es por eso que la madrileña cuenta con todo mi respeto, y por que no, también con toda mi comprensión. Seguro que muchos de los que siguieron el 24 horas durante, (sin duda alguna, la mejor noche vivida dentro de la casa de gran hermano en toda su historia), se sintieron identificados con las palabras que Lucía le decía a Omar con un corazón roto y un alma al borde del precipicio. Yo, al menos, así me sentí, viéndome reflejado tanto en el desfallecimiento de la madrileña como en ese llanto tan real que a uno le deja los ojos llenos de lagrimas y la piel de gallina. Todos hemos sido Lucía alguna vez, y que no me vengan ahora los puristas con ese rollo tan trillado de la dignidad, porque señores, cuando uno está enamorado, pierde la dignidad, porque sencillamente, la dignidad en casos de amor y desamor, sobra por completo. En batallas del corazón, al igual que en la guerra, todo vale, y que yo sepa, nadie puede decir que una guerra se caracterice por la presencia de dignidad.
Tras esta conversación que a tantos nos tuvo enganchados, y con mucho gusto, hasta altas horas de la madrugada, Omar pedía consejo a Fran y Juanma sobre que decisión tomar, si volver con Lucía, quedarse con Paula, o dejar a las dos para aclarar sus ideas. Demostró Omar al pedir consejo, su gran inseguridad y la falta de referencias a la que apuntaba al inicio del post de la que ha carecido este concursante. Si a eso le sumamos que Fran es de todo menos buen consejero, al estar pensando constantemente en la competencia a la que se enfrenta dentro de este juego, nos encontramos con la peor de las decisiones: Omar decide quedarse con Paula porque según él, Lucía ya le ha fallado muchas veces y la catalana no se merece que la deje. Hablando en plata, Omar decide renunciar al amor de su vida por miedo a que las personas del exterior piensen que ha utilizado a una niña de veinte años durante quince días y en consecuencia que esto le deje sin maletín. Pero mi dulce Paula, tras estar más de cuatro horas pululando por las habitaciones sin saber donde meterse, le dice a Omar que necesita al menos un día para tomar una decisión, y, para que nos vamos a engañar, esto a Omar le vino de lujo para quitarse a la joven de encima con la excusa de que no pensaba esperar un día. Que sí le quería, tenía que darle una respuesta inmediatamente, sabiendo él que Paula no pasaría por el aro y que de esta forma, podría volver a los brazos de la mujer de su vida. Y esto fue lo que paso. Paula, se fue con el resto de sus compañeros a la habitación, se harto de llorar, y Omar y Lucía se besaban en el jardín y luego en el salón. Triunfó el amor verdadero, pero Paula se quedó destrozada, y es que en las relaciones triangulares siempre hay uno que sale perdiendo.
No le recrimino a Omar que haya vuelto con Lucía, todo lo contrario. Ha hecho lo que debía, pues de haberse quedado con Paula estaría engañándole a ella y también a si mismo. Lo que no entiendo, es como ha tenido la poca hombría de no coger a la catalana para pedirle perdón a solas. Un gesto de sinceridad en la más absoluta intimidad con la mujer con la que había compartido no solo amor, si no también amistad, durante todo el concurso, habrían hecho de Omar un tipo honorable; pero el concursante, en un acto de cobardía y deslealtad absoluta hacia la que había sido su pareja hasta la noche anterior, prefirió pedirle perdón delante de todos sus compañeros durante el desayuno. Parece que a Omar le bastaron a penas cuatro horas, que fueron las que durmió, para olvidarse de todas las falsas promesas que le hizo a Paula. También debió olvidarse de la fiesta de cumpleaños que la organizó. Pero lo más grave, es que Omar parece ya no tener en cuenta que Paula, a parte de su pareja, ha sido su aliada y su gran amiga dentro de esa casa. Ambos, a parte de hacer 'duchoning', han compartido los momentos más escabrosos y duros de sus vidas. Se han enfrentado a compañeros, se han apoyado en las nominaciones y no se han separado ni un minuto desde el segundo día de convivencia. ¿Es justo que Omar le haya privado a Paula una despedida y un cierre? ¿tan difícil hubiera sido que el de Carabanchel le hubiera dicho a Paula que tras ver a Lucia se dio cuenta de que esta era la mujer de su vida, pero que siempre podría contar con él?.
Omar no hizo nada de eso. Omar ha dejado completamente a Paula, que se ha visto obligada a empezar de cero. Obligada a abrirse a compañeros con los que en principio no tenía afinidad. Obligada a desprenderse de esa alegría que tantas ampollas levantaba en gran parte de la audiencia para jugar dentro de un concurso que de ser de color de rosa ha pasado a ser agridulce. No es justo, Paula no se merecía este final, ni estas formas por parte de Omar.