Rappel no termina de darse cuenta del juego tan sucio que está llevando dentro de la casa. Mejor le hubiera ido si el jueves pasado en la sala de expulsión, le hubiera reconocido a Carlos Lozano la animadversión que siente por él; pero fue cobarde y prefirió ''quedar bien'' con su enemigo antes que con la audiencia. Lo cierto es que su falso papel queda en evidencia cada día, pues la obsesión que Rappel tiene con la presencia de Carlos en el concurso no le están dejando jugar medianamente bien. Resulta chocante ver a un concursante más pendiente de los pasos de otro que de los suyos propios a la vez que desecha cualquier oportunidad de prosperar dentro del juego. Rappel es el claro ejemplo de lo que digo. El vidente partía como uno de los favoritos y podría haber seguido en esa posición si no se dejara llevar constantemente por sus instintos y sentimientos más primitivos, y es que no soporta que haya alguien con más cuota de protagonismo que él.
Acostumbrado a estar en el centro de todas las salsas y a que su juicio sobre las diversas situaciones sea admirado por otros, Rappel se desploma cuando cae en la cuenta de que el concurso puede no girar en torno a su presencia sino a los conflictos protagonizados por otros concursantes. De ahí viene la inquina que le tiene a Lozano; Rappel no tolera que alguien que no le hace la pelota constantemente tenga el triple de estrella. Es una lástima, pues me temo que no volveremos a ver a ese concursante de las dos primeras semanas que tanto nos hacía reír, y es que está claro que el vidente está condenado a seguir mostrando su imagen más rancia mientras Carlos siga dentro de esa casa. La envidia no le va a dejar dar lo mejor de sí mismo. Así es la vida.
Ayer conocíamos la identidad de los dos expulsados que siguen optando a la repesca.
Javier Tudela y
Francisco Nicolás son los candidatos a volver a la casa; los ''lauristas'' no consiguieron que
Julius estuviera entre los dos más votados a pesar de la división de votos entre Fran y Javier. Una buena noticia para los amantes de este programa la garantía de que no vuelve un mueble. Comentaba ayer las consecuencias que puede suponer el hecho de repescar definitivamente al hijo de Makoke.
Es evidente que Laura tendría el maletín en una mano si Javier fuera el elegido por el público, y es que la audiencia suele solidarizarse con el inquilino que lleva más tiempo en la casa. Por ese motivo
creo que debería volver Fran. Tampoco creo que sea muy interesante volver a revivir la telenovela Matamoros, es algo que bajo mi punto de vista está muy trillado. Además, hay que reconocer que
desde que salió Javier de la casa el concurso de Laura está completamente desinflado. Me hace gracia leer algunos comentarios que apuntan que Laura debe ser la ganadora y no
Carlos porque ella ha vivido esto dejándose el alma, porque ha reído y ha llorado. Me río porque
creo que hay muchos fanáticos de esta concursante que intentan tomarnos el pelo a toda costa. Los hay muy desesperados por ver a Laura ganando esta historia. Me parece curioso y a la vez grave, porque creo que
muchos de los que defienden a esta chica no saben muy bien de lo que va un concurso como este, más que nada porque si lo supieran no se atreverían a comparar el juego de
Laura con el de
Carlos.
Ya quisiera la hermana de Diego haber jugado un poquito parecido a
Carlos Lozano. Si somos justos, debemos admitir que él ha jugado para la audiencia,
levantando esa casa en sus horas más bajas mientras que Laura no ha hecho otra cosa más que vivir de las rentas y de sus conflictos personales anteriores al concurso.
Carlos representa a los concursantes de la vieja escuela, a ese grupo de ganadores como
Pepe Herrero,
Iván Madrazo y
Pepe Flores.
Laura a su lado es una mera aficionada; eso sí,
ella cuenta un gran apoyo mediático liderado por una ristra de colaboradores de la cadena que comentan más por lo que sienten hacia su padre y hacia Makoke que por lo que realmente hace
Laura en el concurso.