Es muy probable que el nombre que se encuentre escrito esta noche dentro del sobre del expulsado sea el de Israel. El concursante no ha hecho méritos para que eso no pase hasta hace solamente dos días, donde el torero se implicó en una discusión protagonizada por Belén Esteban, Ylenia, Ares y Aguasantas. Es estupendo que un participante se posicione y tome partido por los argumentos que considera correctos, pero no ayuda mucho sí el concursante lo hace porque se cree ya fuera del juego. Él mismo lo dijo durante la madrugada del martes: para lo que me queda en el convento, voy a liarla; afirmación que nos viene a decir que de no haber estado nominado, habría estado aquella noche en la cama, como acostumbra, mientras sus compañeras discutían en el salón.
A Israel no lo hemos llegado a conocer. Bien porque él no ha querido o porque no ha podido. No todo el mundo tiene la misma facilidad para relacionarse con un grupo de desconocidos. En cualquier caso, ese no es el problema de la audiencia votante. Lo que está claro es que Israel hoy se juega su permanencia en el concurso, y ya tiene bastante suerte con estar empatado técnicamente con otra de las nominadas (suponiendo que su porcentaje no sea el del 18%, que sinceramente, no lo creo). Podemos decir que si Israel se salva, no será por sus méritos, sino porque una de las nominadas despierta más rechazo que él. En realidad no creo que él despierte muchas antipatías, ya que su perfil responde al del clásico concursante mueble: a la audiencia le cuesta marcar un numero de teléfono para expulsar a un concursante que no hace nada, algo que juega a favor del concursante cuando compite con nominados que sí despiertan fobias. No ocurre lo mismo cuando en una final el voto es en positivo: el concursante mueble tampoco se lleva votos a favor, por lo que sus posibilidades de triunfo dentro de una final son nulas.
A Israel no le echaremos de menos. No ha sabido conectar con nosotros. No ha participado en su blog personal, ni nos ha regalado ninguna confesión que merezca la pena. Aún estoy esperando ver un confesionario entretenido por parte de este concursante. He echado todo de menos en él. Tanto, que si sale eliminado esta noche, no se que vídeos le pondrán durante su entrevista, pues Israel ha permanecido en un segundo plano desde que empezó este juego. De su grupo, es el único al que no hemos visto explicar el porqué de su posicionamiento. Desconocemos sus razones y motivos, al igual que sus sentimientos y sensaciones. Israel ha sido un concursante frío, de estos que a uno le resultan totalmente indiferentes. Sin ninguna duda, el torero no será recordado dentro de unos años cuando alguien hable de Gran Hermano VIP3. Su nombre será eclipsado por el del resto de sus compañeros, mucho más implicados que él.
En el caso de salvarse, que difícil lo tiene, debería continuar con la actitud mantenida durante la ultima semana. Estos días, el torero no se ha cortado ni un pelo a la hora de organizar estrategias para su propia supervivencia y la de su grupo. Tampoco ha tenido reparo a la hora de hablar mal sobre los que hoy son sus contrarios.
Lo que sería lamentable es,
que una vez salvado, en el que caso de que se diese ese caso,
Israel dejara las estrategias y optara por volver a meterse en la cama para vivir este concurso como un mero espectador,
desganado y apático, y es que ya tiene el torero suficiente con la amistad de
Belén Esteban. Parece que es lo único que le hace feliz. Entró, consiguió consolidar un vinculo con la princesa del pueblo y decidió estancarse, como si el caerle bien a la ex de Jesulin hubiera sido su único propósito antes de entrar en el programa.
Si Israel resulta expulsado, el grupo de Belén Esteban quedará en minoría, y en consecuencia, Chari y Ángela se unirán definitivamente a Ares y Aguasantas. Está claro que la intención de la gente que no está votando para expulsar a este concursante es la de apoyar a Belén, Ylenia y Fede, pues Israel no se ha hecho querer, al menos de momento.