Érase una vez una bruja llamada Niedziela

Esas personalidades que se resistían a salir a la luz se están poniendo de manifiesto en los últimos días. Una de ellas es la de Niedziela, concursante que a priori parecía tierna e inocente. La artista de circo ha decidido pasar a la acción y me temo que no ha escogido el mejor camino para ello. Muchos apostábamos por ella.

Siempre he sido consciente de que a Niedziela le estaba costando salir de ese caparazón en el que se esconden los concursantes más tímidos e introvertidos, pero en ningún momento pensé que esta jugadora fuera en realidad una villana con tan mala leche.

Niedziela se alimenta de las tramas de sus compañeros sin preocuparse en generar conflictos propios. Su modo de vida dentro de la casa se ha reducido a adoptar ese patético rol de vieja del visillo dispuesta a sacar lo peor de cada historia y de cada persona. Ni siquiera Vera se libra de la maldad de Niedziela, y es que la concursante no duda en ridiculizar al madrileño en compañía de sus dos nuevas mejores amigas. Y sí, me estoy refiriendo a Marta y a Marina, ninguna de las dos santa. Las tres han fundado una especie de tribunal sumarísimo en el que parten y reparten a gusto propio. Entre sus temas de conversación favoritos, el porvenir de Sofía y su relación con Suso. No ha caído en la cuenta Niedziela de que mejor le vendría analizar su extraña relación con Vera antes que criticar tan duramente a la que se supone que es su amiga. Y es que parece ser que si Sofía quisiera volver a tener un affaire con Suso sería lo más justo apartarla. Porque claro, después de haberla apoyado durante la relación entre Raquel y el catalán, para Niedziela sería supondría una traición enorme que Sofía volviese a caer en lo de hace casi un mes. Y yo que pensaba que los amigos te apoyaban una y otra vez, y que te daban siempre total libertad para tomar tus propias decisiones aunque en ocasiones fuesen erróneas. Pues con Niedziela resulta que no, ella castiga, y lo hace incluso antes de que ante sus ojos metas la pata.

Que Niedzela no es la mejor amiga es algo que está quedando claro, pero no podemos olvidarnos de Carolina. Que Ivy esté nominada esta semana es gracias en parte a la cazafantasmas, aunque no quiera la mujer de Carlos darse cuenta de ello. Y es que la situación hubiera sido bien distinta si Carolina hubiera tenido la decencia de sacar la cara por su amiga durante las nominaciones del pasado jueves. No solo no lo hizo, sino que permitió que su amiga se llevara la bronca de todos sus compañeros sin aclarar que en realidad la que había pensado en hacer un pacto para que Han, Aritz y Amanda fueran los nominados había sido ella.

Lo cierto es que a pesar de la deslealtad de Carol hacia Ivy, esta última no gozado de la habilidad para ver las cosas con claridad para poder haberse enfrentado a la nominación de otra manera. Y es que nada bien puede irle a la mexicana si no se defiende de unas acusaciones desproporcionadas y equivocas. Acusaciones que tan bien les vienen a los demás para quitarse a una rival de encima sin hacer apenas ruido. Sin que se note, vaya. Demasiado ruido hacen ya los espíritus de los concursantes. Carolina tiene bastante con ese ridículo drama, un número de feria que le está valiendo a la modelo para evitar las nominaciones de unos compañeros con pocas luces. Una verdadera pena.