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Cuando una madre se convierte en una mala influencia

Jueves 17 de Septiembre de 2015 09:00
 

Esta noche se pondrá en marcha la maquinaria de Gran Hermano. Tras los primeros días de concurso, los participantes tendrán que escoger a los primeros nominados en una velada en la que Muti dejará de ser invisible. Unas nominaciones que no serán iguales para todos; quienes hayan acertado los secretos de sus compañeros contarán con una serie de ventajas mientras que los que hayan sido descubiertos verán reducidos sus puntos a repartir.

Lo que se ha vivido estos días atrás en la casa, marcará sin duda la jornada de esta noche. A Maite y a Sofía parece no importarles encontrarse en el punto de mira de sus compañeros. Ellas, por encima de todo, han jugado, otra cosa es que lo hayan hecho de la mejor manera, algo que dudo, y es que Sofía y Maite no han podido evitar meterse demasiado en un juego que ha terminado por absorberlas completamente, privándolas de esos momentos que solo se viven durante los primeros días de convivencia. Ambas se han negado a sí mismas el derecho de conocer a sus compañeros, al menos de hacerlo lentamente y de contar al fin y al cabo, con las mismas opciones que el resto. No obstante, igual de legítima es la opción que han tomado. Un camino peligroso de recorrer si tenemos en cuenta que el espectador apenas cuenta con datos suficientes para elegir al primer expulsado del concurso, hecho que lleva a la audiencia votante a decidirse en la mayoría de ocasiones por el concursante más llamativo, librándose en muchos casos de una pieza que aunque en ocasiones resulta cargante, no deja de ser un claro seguro de entretenimiento.

Que madre e hija se encuentran en el punto de mira de toda la casa es algo que ha sido buscado por ellas. Ayer por la noche fomentaron más esa separación existente entre ellas y sus compañeros al provocar una monumental bronca en la que las dos participaron como protagonistas directas cometiendo errores que no libran a los integrantes del grupo contrario, por mucho que algunos de ellos intenten beneficiarse de las actitudes de las dos navarras. Es el caso de Enrique, por poner un ejemplo. El médico es de los que prefiere observar los momentos de máxima tensión para luego rajar de la madre y la hija junto a 'los suyos'. Me parece pena pues, que Maite perjudique tanto a su hija Sofía. Esta última no lo tiene nada fácil, es evidente. Cargar con la mala influencia de su progenitora y tener que soportar sus malos consejos, no le vienen nada bien. Es una pena, pues encuentro en Sofía una coherencia que nada tiene que ver con la actitud de Maite.

Coherencia que por tampoco veo en Marta, que le viene de perlas la tensión que se masca actualmente en Guadalix. Ella siempre encuentra un papel que le permita introducirse en las broncas aunque no vayan con ella, y si puede, se esfuerza un poco para empezar a llorar y así asegurarse algo de atención de sus compañeros. Anoche mismamente, a la canaria le dio por erigirse como defensora oficial de Amanda, Raquel, y hasta de Sofía frente a Maite, aunque ella no se planteó en ningún momento enfrentarse directamente con la navarra. La canaria prefirió irse a llorar al vestidor, logrando con ello que sus amigas corrieran a consolarla. Quería el plano exclusivamente para ella; no podía compartir espacio con Maite. Podría decirse que la estudiante de Periodismo de esta edición busca la aprobación del resto en cada paso que da. No cae en la cuenta de que puede llevarse perfectamente con Sofía y no por ello enemistarse con el grupo en el que intervienen Enrique, Amanda, Ivy, Marina, Raquel y Carolina. Después de que se produjera la bronca entre Sofía y Amanda, en la que la primera acusó a la segunda de ''ser de plástico'' tras haberse percatado que la andaluza se había paseado por la casa imitando sus movimientos, Marta decidió reunirse con Sofía para tratar lo ocurrido. Sofía argumentó su reacción echando balones fuera y auto excluyéndose de cualquier atisbo de responsabilidad por lo sucedido: ''si me provocan, yo no pienso quedar como una pringada. Yo con la cabeza bien alta'.' Mejor encaminada estuvo Sofía cuando Marta no paraba de presionarla acerca de su secreto: ''Yo estoy en un juego y aquí todos tenemos un papel, cuando el juego pare me juntaré contigo y nos echaremos unas risas''.

Es sorprendente observar la madurez y lo claras que tiene las cosas Sofía con el juego tan torpe y desagradable que está haciendo su madre, que por la tarde le aconsejaba que masturbara a Suso para así fastidiar a Raquel. No seré yo quien entre en juicios morales ni mucho menos, pero lo de esta concursante ya roza el mal gusto, sobre todo porque a la que se dirige ante la mirada de miles de personas es a su hija. Difícilmente podrá respetar Maite a sus compañeros si no respeta ni a su propia hija, y es que no deja de ser una influencia que por el momento es de todo menos positiva para Sofía. Nada puede venirle mejor a esta última que la nominación y expulsión de su madre, aunque el público se perdería una buena ración de entretenimiento. Un divertimento que puede convertirse en algo pesado al eclipsar esta concursante a muchos de sus compañeros.

Esta noche tenemos una cita, con Sabrina como maestra de ceremonias. ¿Bailarán los concursantes al ritmo de Boys, boys, boys?

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