Cómo perder y recuperar una corona en 74 días

Belén Esteban consiguió imponerse a Coman y a Aguasantas gracias a más de un sesenta por ciento de los votos. Al igual que la ganadora de Gran Hermano 15, Belén logró obtener un '9, curioso dato.

La victoria de Belén Esteban demuestra la fidelidad de los seguidores de la misma y la fuerza que sigue teniendo la princesa del pueblo. Si Belén ha ganado, ha sido porque gusta como es. No hay que buscarle ninguna explicación más. Ella gusta con el lote completo, y en ese pack van incluidos esos defectos que tantas ampollas han levantado entre la audiencia. Sería un error intentar reeducar a Belén Esteban, pues gran parte de su encanto radica en sus imperfecciones. Son estas ultimas las que se lo han puesto en ocasiones complicado, pero las que también le han empujado a ganar por mayoría absoluta.

Belén ha ganado por derecho. Nadie puede decir que los programas que han comentado su paso por la casa han ayudado a que la concursante consiguiera la victoria, pues más bien se ha producido todo lo contrario. Belén ha contado con pocos apoyos en los platós de televisión, una situación que probablemente haya enfadado a sus seguidores, incitándoles a votar a su princesa en masa.

La historia de Belén como concursante es tremenda. Si hubiera salido nominada tras la expulsión de Olvido, su futuro hubiera sido bien distinto, pues muy probablemente hubiera sido ella la segunda eliminada del programa; pero sus compañeros, esos que han pasado por Lecturas para ponerla a parir, no lo quisieron así. Decidieron nominarla tarde, cuando el público estaba ya cansado de una Olvido incoherente y de unos palmeros variables. Y es que la de los Yebenes pierde toda credibilidad desde punto y hora que posa y sale de fiesta con Ares, y mantiene su enfrentamiento con Belén, pero claro, este último le resulta a la primera expulsada mucho más rentable. Que Belén no estuvo a la altura los primeros días, todos lo sabemos. Pero que Ares, Aguasantas e Ylenia tampoco lo estuvieron, también, aunque a Olvido solo le salgan pestes de la boca con nombre propio: Belén Esteban. Es en parte, responsabilidad de la ex concejala, que hoy Belén Esteban sea la ganadora de Gran Hermano VIP.

Salvada por los pelos en su primera nominación cuando nadie daba un duro por ella, cuestionada y con una corona perdida, Belén volvió a recuperarla proclamándose anoche de nuevo 'Princesa del pueblo', y al pueblo, a ese que se ha dirigido Coman, le va a donar Belén Esteban el premio. La ganadora ha decidido repartir el maletín entre cuatro asociaciones benéficas, una decisión que nunca compartió dentro de la casa con ninguno de sus compañeros ni tampoco con el súper dentro del confesionario, garantizándose que si ganaba no sería por esa razón; un gesto que engrandece a Belén como persona, a pesar de todos los defectos que tiene y que ayer asumió.

Belén ha sido una concursante perfecta: no ha jugado, y esto es tan licito como el que decide hacer uso de la estrategia para escalar posiciones. Ella ha optado por mostrarse tal cual, enseñando lo mejor y lo peor de si misma. La audiencia ha contado con todos los datos, con los buenos y con los malos, y con ellos ha decidido convertirla en la vencedora absoluta de esta edición; hecho que demuestra que en un reality, las cábalas y las estrategias están sobrevaloradas, pues finalmente, son los impulsos y la pasionalidad las que terminan por convertir en protagonista a un concursante, garantizándole una legión de seguidores y de detractores. Lo demás, solo depende del resto de concursantes y de la suerte. Una mala nominación puede ser tu sentencia de muerte, pero un público que te quiere con fervor puede salvarte incluso de una sentencia anunciada. Belén ha cerrado esta temporada de grandes hermanos en las que dos mujeres se han llevado el cariño del publico y una experiencia en el bolsillo que no olvidarán jamás, y nosotros, tampoco lo haremos. Grandes.