La casa ha desenmascarado a
Aritz. Está claro que el vasco no ha podido mantener a flote el papel que llevaba intentando vendernos desde el día uno. Resulta paradójica la situación actual de
Aritz, y es que se podría decir que ha sido su propia estrategia la que ha terminado por descubrir su autentico carácter y también la que ha mostrado su sucia y vil manera de proceder.
Es evidente que se le ha ido de las manos lo de su falsa relación con Han. Y digo falsa, porque por las últimas imágenes parece como si él no hubiera sentido absolutamente nada por el chino.
Una persona que ridiculiza y traiciona a otra públicamente como ha hecho Aritz con Han, solo merece un adjetivo: despreciable. Aritz ha caído en lo peor que puede caer un ser humano: ha vendido al compañero que le lleva protegiendo desde el principio uno. Ha vapuleado y ha pisoteado los sentimientos del amigo que nunca le ha fallado y de la persona que siempre le ha aceptado no por como fuera sino por lo que era.
Sería imprudente afirmar que el vasco ha perdido un concurso, pero si me atrevo a decir que ha perido el respeto de muchísimas personas que le dieron su apoyo por considerarle un tío legal.
Este tío me metió mano cuando estaba dormido y lo tendrían que haber echado fue lo que un
Aritz exaltado dijo refiriéndose a su amigo. Un amigo que empezó a estorbarle desde que Mercedes Milá le mostró cierto agradecimiento por su buen hacer en la cocina. No criticaría al vasco si su propósito fuera el de separarse de
Han por motivos referentes a la competición, estaría él en su derecho de querer avanzar en el juego sin tener que ir de la mano de ninguno de sus compañeros. Al fin y al cabo, estamos en un concurso de descarte donde solo puede quedar uno. Todos ellos, en uno momento dado, deben saber que hasta los de su bando son una clara competencia y como tal deben saber quitársela de encima sin hacer daño o haciendo el menos posible.
Si critico a Aritz es porque no ha sabido proceder y por usar la manipulación como arma arrojadiza para intentar ensuciar la imagen de su contrario,
Han en este caso.
Aritz se ha dedicado a hacerle una campaña de desprestigio al que era su incondicional, llegando a contar detalles de su relación que solo a ellos les pertenecía.
Esforzarse en dejar a Han como un acosador y ponerle al pie de los caballos no es una estrategia que tenga que valorarse, más bien debería hacerse lo contrario.
Aritz ha sido incapaz de reconocer su parte de responsabilidad en cuanto a su historia con
Han.
Una relación en la que los dos han contribuido y en la que ambos han hecho lo que han querido sin estar obligados a ello. En ningún momento
Han ha obligado a
Aritz a que este se escondiera bajo la manta ni tampoco a que le comiera la oreja. Tampoco le ha puesto
Han una pistola en la cabeza a
Aritz para que este le lamiera las axilas, por lo que no es posible comprarle al vasco sus argumentos de ultima hora donde intenta responsabilizar a Han de la opinión que tienen sus compañeros sobre la relación de ambos.
Lo más fuerte de todo, es que Aritz se aprovecha de la dificultad que tiene Han para expresarse e intenta negarle cosas que sí han sucedido entre ambos para que los espectadores piensen que forman parte de una fantasía de Han. Suerte que todo está grabado y que somos muchos los que seguimos este formato varias horas al día para poder opinar con propiedad.
No obstante, no se puede esperar mucho de una persona que d
ice querer abandonar la casa y que horas después corre como si no hubiera un mañana para llegar a tiempo al confesionario y abrir la caja que contiene un pase directo a la final. ¿En que quedamos?
Ayer conocíamos de la mano de Jordi González, los porcentajes ciegos de los nominados hasta el momento. Al final de la noche, quedaron de la siguiente manera: 53,5% 27,3% y 19,2%. Mucho me temo que Marina volverá a salvarse al haberse dividido los votos entre Sofía y Suso, fruto de la lucha de seguidores surgida en las redes sociales. Lo único que se puede hacer para evitarlo es ponerse a votar como locos.