No pudo ser. A pesar de haber brillado como la que más, Marta se tuvo que conformar con un quinto puesto. Ella sí puede decir que se ha librado de todas sus nominaciones y que ha salido cuando la gente votaba por su ganador, superando a Vera y a Carlos. Hace dos meses, nadie hubiera dado un duro por ello. La mayoría tenía la creencia de que Marta saldría expulsada en cuanto saliese nominada, pero eso no ha sido así. Y es que Marta ha sido la que más ha evolucionado en esta edición. La única que ha conseguido convertir los abucheos en aplausos y como no, la más envidiada por esas que dicen ser divas cuando en realidad no son más que unas reventadas venidas a menos.
Marta ha salido de esa casa, pero allí dentro ganó a Amanda. La andaluza nominó hace ya unas cuantas semanas a la finalista tildándola de falsa, y esta última se defendía con una de esas frases que pasaran a la posteridad: nomino a Amanda por está muy subidita del verbo subir, y tras ello, el público habló y lo hizo en contra de la dueña de artificiales extensiones; Amanda se convertía en la séptima expulsada de Gran Hermano 16 con más de un 55 por ciento de los votos. Un porcentaje aplastante teniendo en cuenta que competía con otros cuatro compañeros, Marina entre ellos.
Una semana más tarde, Marta volvía a triunfar logrando salvarse frente a Raquel, repescada y expulsada tras salir nominada contra la canaria. En un duelo apoteósico donde el noventa por ciento de los videos estaban protagonizados por Marta, el público decidió darle boleto a la que era novia de Suso. En ese momento, Raquel y Amanda se reencontraban en plató para ver durante las siguientes semanas a Marta y a Sofía brillar más que nunca ocupando el sitio que ellas no supieron conservar. Es probable que, por todo esto, ayer se mostraran tan poco generosas con su compañera. No obstante, resulta cómico cuanto menos observar a Amanda celebrar la expulsión de su enemiga con una piruleta forrada con la cara de Aritz en la mano. Es gracioso porque se observa el tremendo mal perder de una concursante que ha perdido el norte por completo, perdiendo incluso el poco apoyo que le quedaba. Amanda ha conseguido borrar los buenos recuerdos que muchos seguidores de este programa conservaban de su paso por la casa. Es una lástima que esta participante no haya sabido retirarse de una guerra de la que fue expulsada por decisión de la audiencia, protagonizando con cada intervención que hace un bochorno constante.
A pesar de los nervios lógicos por la situación,
Marta no defraudó en su entrevista. No se achantó ante sus compañeros y mantuvo el tono que ha caracterizado su participación en el concurso. Con la ayuda de su hermana, que es bajo mi punto de vista la mejor defensora de la edición, Marta aguantó el chaparrón que se le vino encima al visionar sus conflictos de dentro de la casa. Logró la canaria provocarme varias sonrisas y ponerme tierno, pues a pesar de su carácter guerrero,
Marta tiene un corazón que no le cabe en el pecho. Y ha sido precisamente ese corazón el que ha hecho cambiar la opinión de muchísima gente que en un principio no casaba con esta concursante.
No puedo más que darle las gracias a Marta por pertenecer a ese reducido grupo de concursantes que lo dan todo sin condición, sin pensar en las consecuencias y que, por encima de todo, viven este programa con pasión. Sin ellos, el motor de
Gran Hermano no funcionaria. Ella sí que es una diva.
Tras la salida de Marta, solo puedo desear que gane Sofía, otra que vale oro como concursante y protagonista absoluta de la edición, pero para la final aún quedan dos semanas.