A Carlos se le machaca por sistema

Esta noche puede ser la última para Carlos. La agonía viene acompañando a este concursante desde hace ya dos semanas. No hay respiro para él, ni aquí fuera ni tampoco dentro.

Resulta complicado tener que lidiar con un ambiente cargado de tensión y de malas energías. Elementos con los que Carlos debe convivir diariamente dentro de una casa que le asfixia lenta y dolorosamente. El presentador no puede confiar en nadie. La realidad es que está más solo que nunca, hecho que no parece influir en la opinión de algunos de los colaboradores de este programa. A Carlos se le machaca por sistema, probablemente porque ha sido el único valiente que se ha atrevido con absolutamente todos ahí dentro. Ni Raquel Bollo se ha librado de su sinceridad. Es seguro que por esto último, algunos comentaristas se hayan dejado llevar por amiguismos faltando gravemente a la misión que tiene cualquier analista que se precie.

Lo único justo que puede pasar a estas alturas es que Carlos llegue a la final y gane este concurso. Es el protagonista de esto, aunque algunos intenten engañar diciendo que la hija de Matamoros ha sido la revelación de esta historia. Para nada ha sido así; es más, es justo admitir que Laura se desinfló por completo cuando salió Javier Tudela. Sin él, ella no vale nada como concursante. Lo único que ha hecho Laura dentro de esa casa ha sido poner verde a la pareja de su padre y al hijo de ésta. No tuvo ningún tipo de contemplación ni mostró ni un ápice de madurez durante la estancia de Javier en la casa, incluso me atrevería a decir que ella misma se sentía orgullosa del daño que a propósito estaba causando. Por eso me echo las manos a la cabeza cuando escucho que Laura debe ganar por ser la más natural y la más espontanea. No estaría de más que algunos valoraran más este formato y empezaran al menos a diferenciar a un buen jugador del que no lo es. Comparar a Laura con Carlos no tiene nombre ni tiene sentido se mire por donde se mire. Uno es sinónimo de Gran Hermano es estado puro mientras que la otra es una concursante corriente que en un GH clásico no hubiera durado ni dos telediarios. Si en esta ocasión ha sido aceptada por gran parte de la audiencia es porque ha contado con una plataforma de apoyo, no porque ella tenga ningún merito como concursante de este programa.

Pero la realidad es la que es y contra ella no se puede luchar, y hay que asumir que defender a Carlos Lozano resulta agotador cuando parece que todo está en contra. Por eso no me sorprendería en absoluto que esta noche saliera expulsado, y es que esa plataforma de seguidores de la que goza Laura no va a parar hasta ver a Carlos en la calle. Saben que es el único que puede quitarle el maletín a su defendida. Son conscientes en realidad de que ese premio le pertenece a él, dueño y señor de esta edición. Personaje protagonista y peso principal de todas y cada una de las tramas que venimos disfrutando desde hace más de dos meses. A ellos se unen los pocos seguidores que pueda tener la señora Raquel Bollo. Concursante mediocre donde las haya pero con unos defensores dispuestos a justificar todo y no a aceptar el pésimo reality que ha hecho su defendida. Coherencia ninguna, para que nos vamos a engañar.

Si Carlos supera la expulsión de esta noche, volverá a salir nominado con total seguridad. Estaría bien que sus seguidores pudieran votar a mitad de precio, se están quedando sin dinero. Me incluyo.