Velvet encara la recta final de temporada más dramática

Nada en las famosas Galerías es igual a cuando las vimos abiertas por primera vez. La historia de amor entre Ana y Alberto, la lucha de poderes entre los Márquez y los Otegui, la relación entre las chicas y chicos Velvet... Todo se ha visto muy alterado en este tiempo, donde las traiciones, las envidias y los odios no han parado de crecer. Todo hasta tal punto, que las desgracias y el drama que afrontan estos personajes al cierre de la 3ª temporada tiene en vilo a la audiencia, sin poder respirar.

Un inesperado funeral

La marcha de Miguel Ángel Silvestre al otro lado del charco, ha obligado a los guionistas a dar un giro en la trama, si bien dejando la puerta abierta a un más que probable regreso. Después de dejar todo bien atado para que Ana Ribera brille en su carrera como modista, de la mano del italiano Enzo Cafiero, Alberto toma un avión con destino a La Habana que, desafortunadamente, cae en medio del Océano. Al menos eso es lo que todos creen, pues en realidad, una decisión de última hora, le llevó a embarcarse en la Ruta de la Seda, viajando hasta Estambul. La noticia inunda de luto y drama a las Galerías, con unas más que notables interpretaciones, celebrándose, por tanto, un más que inesperado adiós al que fuera el gran heredero del imperio Velvet.

Unas Galerías italianas

Y digo "al que fuera el gran heredero" porque el apuesto joven Márquez, tras su ruptura definitiva con Ana, el descubrimiento del gran engaño al que le sometió su esposa Cristina, con ese bebé que no es suyo, y viendo que la irrupción de Philippe Ray como Ana RiBera no ha tenido el éxito esperado, decide venderle las Galerías al millonario empresario de moda Cafiero –quien, además, llega acompañado del galán de su hijo que promete dar mucho que hablar-, con una sola condición: Philippe Ray tendrá su gira en el mercado internacional de la moda.

Una agridulce etapa para las chicas Velvet

Aunque el humor no deja de estar presente en la serie, y mucho menos entre las chicas, que son el alma de este ingrediente clave, tampoco se han librado ellas de la carga dramática en esta segunda mitad de temporada. La destartalada relación entre Pedro y Rita ha dado paso a una noticia un tanto desesperanzadora, pues resulta que a la joven de pueblo le han diagnosticado graves dificultades para quedar en estado (esperemos que lo logre al final). Mientras, su hermana, Clara, a raíz de la nopérdida de Alberto, Mateo la ha tenido muy descuidada y hasta ha sobrepasado límites desconocidos en su persona. No obstante, esto parece haber quedado atrás, pues ya tenemos pedida de mano romántica y boda a la vista.

Unos villanos sorprendentes

Que Bárbara era la mala que llegaba al final de la T1 para desatar la locura en las Galerías lo sabíamos todos, pero que su particular maldad se viera superada por la de Cristina Otegui y la de Carlos, el piloto, ha sido algo verdaderamente desconcertante (¡y de muy buen recibo!). No es que estos dos personajes sean malos, es que rozan la crueldad. En cierta medida, la evolución de Cristina la podemos entender, porque ella siempre fue otra víctima más de los negocios sucios en medio de la lucha de poder entre los Otegui y los Márquez, pero con todo, ha resultado ser la peor de su familia.

Destrozada y despechada por descubrir la verdad sobre su matrimonio en el final de la T2, y envenenada poco a poco por la más que tóxica relación que la une a Bárbara, Cristina ha perdido el norte. Quedarse embarazada de otro hombre para retener al que cree suyo, boicotear el estrellato de Ana Ribera como P.R, agredir con furia a Alberto... son solo algunas de las acciones que al final le han rebotado en la cara, provocándole por poco un doloroso aborto, y ganándose un desprecio máximo de sus seres más allegados, desde el que fuera su mejor amigo, De la Riva, como del que sigue siendo su hermano, Enrique. Situación que la llevó hasta el extremo de intentar suicidarse.

Lo peor es que esta guerra no ha terminado, a Cristina le queda una última cosa por hacer, su obra maestra, el gran enfrentamiento entre ambas mujeres, en donde, a juzgar por lo que se ve, Ana va a salir muy malparada. ¿Sobrevivirá el hijo que Ana espera de Alberto a la demoledora caída que sufrirá la joven cuando Cristina la empuje por las escaleras? Tendremos que estar pendientes el próximo jueves para saberlo.

Al que tampoco podemos perder de vista es al piloto Carlos (Peter Vives), quien ya demostró ciertos aires machistas y agresores la temporada pasada. Su reaparición, con motivo del vuelo accidentado de Airsa, ahora toma mayor peso al ser conocedor del verdadero paradero de Alberto Márquez y guardarse para sí mismo semejante noticia. Pleno para ocupar junto con Cristina Otegui el TOP de villanos.

Final de temporada

A pesar de todos estos males, el final de temporada aguarda, seguro, muchas sonrisas y alegrías. La boda entre Mateo y Clara, con sus "madres" en primer banquillo, son garantía de ello, así como no me cabe la menor duda de que Rita y Pedro conseguirán dar la noticia que tanto añoran.

Ya sólo restan dos episodios para cerrar nuevo ciclo en las Galerías Velvet de Atresmedia, y, aunque la audiencia se ha resentido unos cuantos puntos esta temporada así como un buen pico de espectadores, la serie ha rendido de manera muy correcta en la complicada noche de los jueves, tanto, que le ha valido la renovación por una cuarta tanda, en la que, por cierto, se espera el gran fichaje de Concha Velasco.

¡Viva Velvet!