La `salvamización´ de `El Chiringuito de Jugones´

Todos hemos escuchado alguna vez un chiste del tipo "¿En qué se parece...?". Siempre hay algún amigo en el grupo que para alardear de su gracia natural y para dejar claro que no se pierde un monólogo de Leo Harlem nos cuenta un chiste de este tipo. Esta especie de adivinanza hace que nuestro cerebro lleve a cabo el siguiente proceso mental:

1. No encontrar relación alguna entre X e Y cuando te lanzan el chiste.

2. Encontrar el parentesco entre X e Y que aparentemente estaba oculto.

El ejemplo lo podemos encontrar cuando te dicen: "¿En qué se parecen un árbol y un borracho?". En principio te quedas desconcertado y creyendo que tienen menos cosas en común que los diputados de PP y Podemos. Pero cuando te dicen: "En que el árbol empieza en el suelo y acaba en la copa, y el borracho empieza en la copa y acaba en el suelo". Todo encaja. Simplemente había que dedicar un tiempo a analizar ambas cosas y encontrarles la relación.

Ocurre lo mismo con `El Chiringuito de Jugones´ y `Sálvame´. En principio son dos programas que no tienen nada que ver (por su temática, por su target de audiencia, por su hora de emisión...) pero que tras ver varios programas, rápidamente, encuentras la influencia que ejerce uno sobre otro, o el otro sobre el uno.

Hace ya 8 años desde que Josep Pedrerol pusiera en marcha Punto Pelota, el que es ahora El Chiringuito de Jugones, en Intereconomía. Poco a poco la tertulia deportiva fue haciéndose un hueco en el late night hasta convertirse en el programa deportivo líder. Ocho años plagados de éxitos pero también de dificultades ya que el programa de Pedrerol ha cambiado más veces de canal de emisión que Juan Marín de partido político.

El programa de debate deportivo ha sabido a adaptarse, renovarse y mantener su esencia a lo largo de los años. Pero sin duda, lo que más destaco de `El Chiringuito" es su permeabilidad respecto a otros programas, como por ejemplo Sálvame. Ha sabido trasladar aspectos fundamentales del programa que produce La Fábrica de la Tele , y que han convertido a Sálvame en la gallina de los huevos de oro para Telecinco, al programa deportivo haciéndolos encajar de manera perfecta. La similitud entre ambos formatos aparentemente es nula pero haciendo un análisis algo más profundo se asevera con facilidad que los dos programas tienen cosas en común.

Esta transformación que ha llevado a cabo Josep Pedrerol de las tertulias deportivas ha suscitado numerosas críticas entre los que defienden un periodismo deportivo más serio, más objetivo y sin que se note menos la bufanda. La objetividad es imposible en otros temas como para lograrla en temas de fútbol. Yo soy de los que piensan que Pedrerol ha sabido adaptarse de manera exquisita y ha renovado la forma de hacer televisión con su correspondiente éxito a nivel de audiencias. Ha renovado la forma de ejercer el periodismo deportivo.

Pero, ¿en qué se parecen Sálvame y El Chiringuito de Jugones?

1. Un presentador que saca lo mejor de sus colaboradores

Antes más que ahora, el presentador era la pieza clave de un programa, en la televisión de hoy cada vez es más importante el papel de los colaboradores que el rol del presentador. Pero esto no quita, que un presentador no sea vital. Tanto en Sálvame como en El Chiringuito de Jugones los presentadores ejercen un papel esencial. Jorge Javier sabe perfectamente dónde tocar a cada colaborador para que el programa tenga más contenido o para que estos cuenten algo que no quieren revelar. Sabe perfectamente cuándo debe hablar uno y cuándo lo debe hacer otro. Con Pedrerol ocurre lo mismo. Maneja los tiempos con una enorme capacidad y hace que los colaboradores se sientan más cómodos. Tanto en Jorge Javier como en Pedrerol reinan la suspicacia y el saber hacer televisión y espectáculo.

2. Colaboradores: el eje principal

El programa rey de la prensa del corazón ha demostrado con los numerosos presentadores sustitutos que tienen que el éxito del programa reside en la labor de los colaboradores, mayoritariamente. Con el programa de Pedrerol ocurre algo similar. Son los colaboradores los cuales dan más o menos interés a un programa cualquiera y no el propio programa en sí. Al igual que un Sálvame Deluxe interesa más si está Belén Esteban, un Chiringuito llama más la atención si hay una discusión entre Cristóbal Soria y Tomás Roncero.

3. El ambiente en el plató

Los dos programas crean una tensión sinigual cambiando la luz del plató provocando, así, un ambiente más cálido; y dando golpes de tambor cuando alguno de los colaboradores cuenta alguna exclusiva o lanza algún dardo más envenenado que la manzana de Blancanieves. Y es que apenas hay diferencias entre los monólogos de Roncero defendiendo al Real Madrid y los discursos de Belén Esteban aclarando las cosas con Toño Sanchís. La producción es magnífica, y consigue trasladar la tensión, real o no, al espectador. Consigue transmitir.

4. Innovación

El Chiringuito de Jugones ha sabido tomar algunos puntos del programa estrella de Telecinco y hacerlos suyos sin dar demasiado el cante. No es raro que en el late night se hable de la vida privada de los colaboradores, se les hagan preguntas cortas al estilo del polígrafo (`El tertulianómetro´), veamos a algún experto en comunicación no verbal emulando a la mismísima Cristina Soria, o incluso observemos cómo algún colaborador se emociona. Han sabido adaptarse, innovar y diferenciarse.

5. El público es un colaborador más

La naturalidad con la que un programa llega al espectador es clave para que un formato triunfe o no. Los dos programas lo han conseguido con éxito. Yo he podido ver a Kiko Hernández o a Belén Esteban enfrentándose a una señora del público por llevarles la contraria. Al igual que he visto cómo un señor del público recrimina y entra en debate con algún colaborador de El Chiringuito.

Ya ven, en un comienzo son programas completamente divergentes pero las similitudes son muchas. Es que en el fondo es una fórmula de hacer televisión que tiene éxito. Nos guste o no.

@JorgePlatero97