Cristina Pardo, la presentadora de la `nueva televisión´.

Cristina Pardo volvía a conducir el programa matinal de debate político de La Sexta, `Al Rojo Vivo´, un verano más. Y también volvía a liderar en audiencia frente a su principal competidor, Las Mañanas de Cuatro. Pero no todo es liderar, en la televisión también hay que brillar. Y Cristina Pardo lo ha hecho con más fuerza que nunca. Es una presentadora sustituta perfecta que no solo debería remplazar al presentador titular en verano sino también al perfil de los presentadores más rígidos y casposos de nuestra televisión.

Como cada mañana encendí la televisión para ver `Al Rojo Vivo´ y estar al día de la actualidad política. Estaba Cristina Pardo entrevistando a Fernando Martínez Maillo, vicesecretario general de Organización del Partido Popular. Es ahí cuando me di cuenta de que la presentadora sustituta por excelencia del programa de Ferreras representaba a la "nueva televisión", a la nueva forma de comunicar adaptada a los tiempos que corren en la sociedad.

Antes de ver aquella entrevista ya tenía cierta predilección por Cristina pero gracias a ese momento logré darle un valor mayor a la pamplonica. Cristina tiene una virtud que pocas personas tienen: la suspicacia. Es muy inteligente. Sabe a la perfección cómo manejar los tiempos, cuándo soltar el chiste o cómo hacer la pregunta incómoda al entrevistado de la manera más amable. Eso para una comunicadora como ella es oro. Le otorga una ventaja increíble respecto a los demás presentadores. Y es que en lugar de acorralar al entrevistado o al personaje, como bien puede hacerlo Ferreras, Cristina hace que el invitado se sienta cómodo y a gusto pero lanzando las mismas preguntas. ¡Qué gran virtud la de Cristina!

Entonces vemos como Cristina Pardo ha superado a su inventor, Antonio García Ferreras. Ferreras, como dijo Jorge Javier Vázquez en su blog de `Lecturas´, otorga al programa un dramatismo y un aroma a fatalidad que termina produciendo en el espectador, o al menos a mí, una sensación de agotamiento y dramatismo que no se corresponde con la realidad. Cristina consigue tratar temas de suma importancia con una ironía que traspasa la pantalla y que en ocasiones te produce carcajadas. A Cristina le quiere la cámara. No sé si será por su aspecto físico, por su estilo personal o por su tono de voz pero cuando Cristina presenta `Al Rojo Vivo´, el programa adquiere un sentido diferente: un programa más ameno, menos tremendista pero con la misma esencia de trascendencia política.

Cristina Pardo rompe por completo con el perfil de presentador retrógrado, dirigido y sin personalidad propia. La televisión de antes era demasiado teledirigida, acotaba al presentador la posibilidad de dar al programa su toque personal. Por un motivo o por otro, dichos presentadores se acostumbraron a ser rígidos frente la cámara y limitarse a seguir órdenes de la dirección o leer el autocue. No están adaptados a la `nueva televisión´que se caracteriza por ser más libre, más imprevisible y por tener más profundidad. A Cristina Pardo lo mismo le da dejar a Marhuenda que imite a Ferreras que salir con la pandereta con forma de España. Entiende la nueva televisión-espectáculo, y no se acompleja de ello.

Por si fuera poco, Cristina tiene un valor añadido más que Ferreras o al menos da esa sensación: el buen rollo con los colaboradores. Yo el `feeling´que tienen Marhuenda o Inda (piezas claves del programa de `La Sexta´) con la presentadora no lo veo que lo tengan con Ferreras. Nada más mirarse Marhuenda y Pardo ya están con una sonrisa en la boca. Eso es de una importancia enorme, hace sacar lo mejor de los colaboradores únicamente con una mirada. Seguramente Cristina Pardo y yo tengamos convicciones políticas muy distintas pero eso no supone un obstáculo para tener afinidad con ella o con el mismo programa. Cristina cae bien al público, no genera rechazo fácilmente como sí hacen otros presentadores.

¿Se puede ser más completa como presentadora que Cristina Pardo?