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Que gran sabor de boca que nos dejó MasterChef Jr. México.

Lunes 4 de Julio de 2016 21:31
 

Desde niños nuestros padres se preocuparon porque nos vayamos inclinando a algún tipo de disciplina, misma que nos ayudará cuando seamos adultos para ser más responsables en la profesión que hayamos elegido. Esta disciplina puede ser aprendida mediante algún deporte o actividad artística, ya sea entrenamientos de futbol, natación, americano, danza, atletismo, pintura, teatro o canto, pero ¿Qué sucede con los niños que no se ven atraídos hacía estos ejemplos? Pequeños que tienen otras inquietudes lejos del deporte o el arte, que quizás se entretienen y divierten con alguna ciencia, juegos tipo ajedrez, la mecánica o la cocina...

TvAzteca lo está consiguiendo, lo he mencionado en pasadas columnas. La Televisora ¡Por fin! Se está alejando de imitar a Televisa y seguir sus pasos calcando producciones y horarios. Azteca está pensando por si sola ofreciéndonos otros contenidos, ya sea telenovelas importadas, programas propios o franquicias tales como MasterChef, la cual es un éxito a nivel mundial. La Televisora del Ajusco aprendió a seguir el instructivo de estos shows que están armados para convertirse en un fenómeno televisivo en el país que se presenten. TvAzteca tomó el año pasado MasterChef versión original logrando apoderarse del Prime Time de los domingos y sin la necesidad de voltear a ver la competencia consiguió la aceptación del público mexicano y de la audiencia que ya estaba harta de Shows de Canto y Baile y que quería ver algo diferente, algo a la par de la calidad de los programas de Estados Unidos, Brasil, España y Argentina.

Con MasterChef Jr. TvAzteca ofreció un menú diferente, algo que nunca se había presentado en la Televisión Nacional, un grupo de niños competirían en la cocina por conseguir un premio para su educación y el título de convertirse en el primer MasterChef Jr. ¡Que orgullo!, y para nuestra asombro estos Chefcitos nos sorprendieron cocinando platillos dignos de un restaurante 5 estrellas, combinando ingredientes, formas de cocción y emplatado que muchos adultos ya quisiéramos poder realizar en nuestras mesas. Conforme trascurrieron las semanas estos pequeños se ganaron a la audiencia, fuimos testigos de su crecimiento como profesionales de la cocina y el reality tenía en sus manos la receta perfecta para reunir frente al televisor a la familia y servir de ejemplo para que muchos padres entendieran que posiblemente entre sus hijos se encuentra uno que es diferente, que no se inclina ni por el fútbol ni por el ballet, sino que le llama la atención otra conducta en la cual si lo dejan explotará todo el talento que posee. El programa es increíblemente asombroso, ya que en todo capitulo resalto la verdadera gastronomía mexicana, esa que en algunas ciudades lamentablemente estamos perdiendo por la llegada de franquicias, comida enlatada o restaurantes muy llamativos que últimamente se están poniendo de moda en las plazas, que solo sirven para hacer check-in o tomarte la selfie; olvidándonos como sociedad de rescatar nuestros alimentos originales y explotarlos al máximo.

El Chef Herrera, la Chef Betty y el Chef Benito se enfrentaban ahora a un reto diferente, ya no encararían a adultos sino a niños que tienen la ilusión de convertirse en importantes Chefs cuando sean grandes y que a la vez tienen una gran admiración por los Jueces antes mencionados. De una manera más tranquila y con mucha paciencia Herrera, Betty y Benito guiaron a los Chefcitos, dándoles importantes consejos, disciplinándolos cuando hacía falta y arropándolos siempre, motivándolos para que se convirtieran en los mejores; recalcándoles en todo momento lo importante de agregar proteína y verduras en nuestra alimentación, algo muy sustancial ya que en México estamos en los primeros lugares de obesidad infantil y que mejor que enseñarles desde chicos a comer sano, sirviendo de ejemplo para todos los niños que seguían el programa. Algo que también agradezco de nuestros 3 Jueces es la manera en la que les llamaban la atención, subrayándoles sus errores y dándoles soluciones para que no los repitieran, dejando siempre que los Chefcitos se equivocaran pero encontraran en equipo como corregirlo ¡Excelente ejemplo! Ya que últimamente a los niños no se les puede decir nada, todo se les debe de aplaudir, decirles que son los mejores, ponerlos a todos en la misma línea, no se les puede reprobar y eso a futuro traerá consecuencias graves para el país, ya que ellos son la siguiente generación y por no querer disciplinarlos o ponernos en competencia los convertirán en adultos mediocres no querrán enfrentarse a sus problemas y simplemente se quejaran con marchas, gritos y berrinches. En cambio Azteca con MasterCher Jr. demostró que un llamado de atención a tiempo se le queda en el ADN del niño haciéndolo una mejor persona y prepararlo para tomar las riendas de su vida. La producción se enfrentó a diferentes tipos de personalidades, en el caso de mi Melanie, Alonso, Alana, Yoel y Efanyz con coraje y perseverancia se acostumbraron a conseguir el éxito y llegar hasta la última parte de la competencia, dando lo mejor de sí.

MasterChef Jr. también dejó hablar a los pequeños, dándoles la oportunidad de expresarse en cada confesionario, relatar la manera de como que ven el mundo y escuchar como solucionaban sus problemas en la competencia, algo que muchos padres deberían hacer con sus hijos: escucharlos, dejarlos opinar hasta donde su edad les corresponda, hacerse cómplices y saber que los aqueja o les apasiona. Los Niños siempre bajo el respeto que se les debe a sus mayores consiguieron enfrentarse a los Jueces, ya que los Chefs les dieron la oportunidad de describir sus platillos, de justificar sus errores y compartir sus aciertos, chapados a la antigua dirían en mi rancho, maravilloso. Y aunque Lady Sal, la antagonista de ésta historia, siempre faltó en los platillos de los pequeños, sobró el ingenio, profesionalismo y creatividad que demostraban en cada presentación, la cual era resaltada por sus Mayores, dejándoles una sonrisa en el rostro de satisfacción y orgullo a los Chefcitos. Frases como "Me quito el corazón, lo tiro a la basura, me tapo los ojos y lo mato", de mi Melanie o "Yo siempre los veía en la tele pero ahora los veo aquí en el presente", de Efanyz nos hicieron disfrutar de cada capítulo, así como las amenazas de El Malvado Doctor Sazón. Sin olvidar la caballerosidad del honorable Alonso, la manera cool de ver la vida de Majo, la disciplina y constancia de La Ganadora Alana, los sueños y la perseverancia de Yoel, el carisma de Tamara, la inocencia de María y todas las ocurrencias de los demás participantes nos remontó a momentos de nuestra infancia, algo que agradezco de corazón, ya que a diferencia de la versión de adultos con los pequeños había esa magia, tradición y familia, escucharlos decir que su abuelo, abuela, madre, padre, madrina o algún tío les dio los tips, las recetas y los enseñó a que cierto platillo les saliera mejor, hacia que nos vibrara el alma y en ocasiones se nos salieran las lágrimas remontándonos a nuestra niñez y recordando cuando nuestros mayores nos dejaban arrimarnos a la cocina para mezclar, vigilar, acomodar o cortar algún alimento, y en ocasiones agregarlo con nuestras propias manos a la sartén, la olla o el comal, esa unión que solo la cocina mexicana nos puede dar, esa identidad y maneras de sentirnos útiles e importantes, eso no se aprende o paga con nada, es algo muy de México, momentos que resaltó MasterChef Jr. con las anécdotas de los concursantes ¡GRACIAS!

Gracias a éstos niños y familias conocimos la gran gastronomía que tiene este hermoso país, tan grande, extenso y diferente. Ingredientes que yo desconocía o maneras en que los chiquitines preparaban cierto plato dejando impresionados a los mismos Chefs Expertos Invitados. Gracias TvAzteca por seguir al pie de la letra la franquicia, a los Jueces por dar esos concejos como todo buen maestro estricto debe ser, esos que cuando somos adultos son a los únicos que recordamos ya que entendemos la vida y los terminamos queriendo y llevando en nuestros recuerdos para siempre. Gracias Anette Michel por conducir el programa de manera sincera, se te notaba cuando te alegrabas por la buena crítica hacia algún participante, cuando te aguantabas las lágrimas por la partida de otro, tus miradas y abrazos hacia los niños, TvAzteca cuídenla mucho ya que es una excelente presentadora que sabe cuál es su lugar, sin ánimos de exagerar o querer llamar la atención ¡Entendido Anette!

Está de más decir que son los dueños del rating, son el programa favorito de México y quedó demostrado domingo a domingo en las redes sociales. Un gustó, un placer saber que en mi país se hizo correctamente la versión del reality y a la espera de abrir la carta para ver que nos depara con la siguiente temporada.

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ETN

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