Grace and Frankie: el primer gran clásico de Netflix.

Todo canal de TV Paga en sus inicios cuenta con uno o varios productos fuertes para ofrecer al mercado, y a diferencia de los primeros años de la televisión, actualmente Netflix y otros servicios streaming se enfrentan a un distinto tipo de espectadores y entretenimiento, mismo que se expande cada vez más rápido y exige calidad e historias interesantes. La audiencia hoy en día es la que decide que quiere ver, cuándo, a qué horas y hasta tenemos el poder de elegir en que sitio queremos gozar de nuestras series, documentales, realitys y/o shows favoritos, dejando atrás la comodidad de la Sala o Habitaciones de nuestro hogar en la mayoría de las ocasiones.

Netflix nos ofreció Orange is the new Black como su carta de presentación, y resultó, la historia era prometedora y cautivaba en muchos aspectos, sumándole los tintes de comedia y dramas extremos que nos hacían gozar de uno, dos, tres capítulos seguidos hasta altas horas de la madrugada. Solo que llegaría la serie que lo cambiaría todo, que le daría a Netflix su lugar y reconocimiento como líder de entretenimiento a nivel mundial, ésta serie a diferencia de OITNB nos hacía participes de la trama, nos identificamos de inmediato con las tragedias que le comenzaban a suceder a los personajes. Estoy de acuerdo que a cualquiera de nosotros en alguna circunstancia de la vida nos puede suceder caer en prisión, pero hay muchísima más posibilidad de enfrentarnos a lo que le sucedió a Grace y Frankie...

No se necesitaron hospitales, ni detectives, zombies o dragones, tampoco que un asesino anduviera suelto por el pueblo; Grace and Frankie simplemente nos demostró lo típico; a dos familias de antaño continuando con el ciclo de la vida, personas adultas que disfrutaban de sus trabajos y hobbies y por instantes seguían guiando los pasos de sus hijos adultos ¿Qué de entretenido tendría eso? Pues los escritores no necesitaron a que avanzara la trama hasta un cuarto o quinto capítulo, desde el inicio vimos como Robert y Sol les confesaban a sus respectivas esposas que les solicitarían el divorcio, la causa era que ambos eran gay y que sostenían una relación de más de 20 años entre ellos, la trama empezaba fuerte ¿De dónde sacarían situaciones para hacer chistes o avivar la comedia? Esto apenas comenzaba.

Desde la primera entrega quería escribir sobre ésta maravilla, pero en los últimos capítulos me di cuenta que el clímax aun no llegaba y nos daría para mucho más, que debería ser paciente a la espera de la segunda temporada, disfrutarla, terminarla y ahora sí realizar ésta columna. Grace and Frankie nos ofrece algo que como sociedad hemos olvidado, y que en parte la gran culpa la tienen los medios de comunicación y producciones fílmicas o televisivas, me refiero: a seguir expresando emociones en cualquier momento de nuestras vidas. Las series se enfocan solo a discutir lo que le ocurre a adolescentes o jóvenes de 20 y 30 años, otras se atreve a explorar la vida de los de 40 y 50, y con papeles secundarios o terciarios nos muestran pequeños personajes de 60 en adelante; ¿Pero qué sucede más allá? ¿Qué sucede a los 70 años, 80? Con adultos que continúan afrontando sus empleos, familia o disfrutando de la vida de jubilados, si es que tienen ese privilegio. Muchas sabias parejas permanecen juntas y con ésta serie quedó demostrado que existen los mismos problemas y pasan por los mismos dramas que niños de 18 o 40 años. "Para el amor no hay edades", ahora entiendo el verdadero significado de ese dicho, el amor es así, y en el caso de Sol y Robert nos demuestran que todavía tienen trabas como determinada pareja de cualquier edad, por momentos se nos olvida y quitamos atención a que son una pareja gay, ese no es el centro de su trama. Lo que preocupa en Robert y Sol es la manera en como se enfrentan y solucionan esos problemas, con la diferencia de que por su edad la misma madurez hace que el perdón llegue más rápido, que analicen la situación de manera directa y obtengan el mejor resultado. Grace y Frankie tampoco se quedan atrás en el tema del amor, cada una mantiene sus romances y se comparten tips entre amigas, como si de chicas veinteañeras se tratara. En el caso de Grace, quien es más elegante y con el porte hipnotizante que nos regala la interpretación de Jane Fonda, sus dudas empiezan a llegar, preguntándose si estará haciendo lo correcto ante la sociedad. Grace siendo una esposa típica con al parecer la vida resuelta ahora tiene que regresar a temas del amor, en donde la serie nos recalca que nunca es demasiado tarde para que el amor ocurra, todos tenemos otra oportunidad, ejemplo aplaudible en esta historia. En la segunda entrega se tiene que poner en una fuerte situación, la trama nos enfrenta como espectadores a juzgar o apoyar su relación con Phil y la decisión que tomará Grace, es ahí donde descubrí que ésta historia nos da vida, enseñanza y el empujón que muchos jóvenes necesitamos para seguir adelante, nunca es tarde para disfrutar de todo lo que los demás tienen y lo que nosotros tenemos para ofrecerles.

En el caso de Frankie, interpretada por Lily Tomlin, nos regalan a una particular mujer de la cual te enamoras desde los primeros minutos de conocerla. Distraída y fiel a sus creencias Frankie nos anima a no renunciar a nuestros gustos, modas o estilos de vida, la edad transcurre pero no por eso debemos dejar atrás la escancia, lo que somos, defendemos y queremos continuar siendo. Frankie hizo oído sordos de quizás familia o amigos que juzgaron su forma de vestir o maneras en cómo ve el mundo. A sus setenta y tantos el personaje persiste haciendo lo que más ama: el arte, con la complicación de que ya no cuenta con Sol, su ex esposo y compañero de vida con quien tuvo todas esas aventuras. La serie también nos hace partícipe de una extraña amistad entre las protagonistas, como cualquier relación entre amigos que son diferentes, pero quién no tiene un amigo así, ese que es como un polo apuesto a lo que somos. En uno de los capítulos más fuertes de la temporada es enfrentarnos como audiencia a la amistad que nuestras queridas protagonistas tienen con Babe, y la petición que ésta les hace a ambas.

Grace and Frankie ya no presenta como problemas principales de la trama los temas de parejas gay, drogas, adopción, infidelidad, éxito laboral, etc. simplemente los encaja en las historias familiares de los personajes y se enfoca más en las soluciones, con sus ventajas y desventajas que estos pudieran tener. Sin necesidad de hacer un mega dramón o enfrentarlos a situaciones extremas, con presentarnos cómo será la vida de muchos a esa edad con eso basta. ¿Problemas a los veinte, treinta o cuarenta? Grace and Frankie nos deja claro que aún nos falta mucho por vivir. Remarcando siempre, que para llegar a esa edad hay que cuidarnos, gozar la vida y tener todo en orden para continuar amándonos con los setentas y ochentas bien puestos. Espero con ansias que en la tercera entrega los hijos tengan más protagonismo y lazos entre sí, saber más de la vida de Coyote, del matrimonio de Mallory, y si mi don televisivo acierta posiblemente el inicio de un romance entre la bitch de Brianna y el paciente Bud.

Cuando comencé a admirar el porte de Jane Fonda al tomarse los martinis o hacer sus movimientos con las manos, como Frankie me sorprendía al comunicarse con la naturaleza y el mundo que la rodea, completar las frases que Sol intenta terminar o ver como un señor hecho y derecho como Robert aún se cohíbe e intimida al mezclarse con el mundo gay al que ahora pertenece, ahí me di cuenta que soy parte de esa historia, que Grace and Frankie son el primer clásico de Netflix, una maravilla.

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ETN