'Glee' ha sabido como nadie rendir un merecidísimo homenaje a quiénes han sido, son y serán tres vértices imprescindibles e inigualables del pop icónico. Y quién mejor podía rendir pleitesía a las tres grandes estrellas de la celebridad mundial era 'Glee', la serie musical de referencia.
Madonna ha sido la única, hasta la fecha, que ha conseguido un capítulo temático de principio a fin. Todas las canciones que sonaron en el episodio pertenecían al extenso repertorio de la ambición rubia. La idea argumental para poner a la Ciccone al servicio de la serie, consistió en dotar a Sue Sylvester de un fanatismo desbocado por la chica material. "Madonna, sólo con decir tú nombre, aunque sea en voz baja, me siento poderosa" escribe Sue en su diario decorado y dedicado a la reina del pop. Y la audiencia, como era de esperar, respondió.
La primera canción que sonó fue "Ray of light" en su versión original y coreografiada por los cheerios, y ya se advertía lo impactante que iba ser el capítulo. Will, impresionado por el huracán Madonna, anima a los chicos del coro a producir números musicales dedicados a la cantante más famosa de todos los tiempos.
El medley de "Borderline" y "Open your heart" con Finn y Rachel en las voces principales fue un acierto inmenso. No sólo por las voces, acopladas a la perfección, sino por la magia que supuso poner a dobles de Madonna, en sus diferentes etapas, por los pasillos del instituto. Inmejorable.
¿Y qué puedo decir del vídeo musical de "Vogue"? Mi boca todavía sigue abierta ante la soberbia interpretación de Jane Lynch, protagonista de la actuación. Calcaron y emularon el estilo de unos de los mejores vídeos de Madonna y que supuso un cambio en la videografía de la época. La sustitución de la frase "Bette Davis we love you" por "William Schuester I hate you" fue desternillante.
El tema de "Like a Virgin", cantado con un estilo de medio tiempo aderezado con coros al estilo Brodway, nos mostraba a tres parejas que a punto de clímax se movían al son de la que fue el tema erótico por excelencia de los 80. Sólo Finn pudo saciar sus ganas, mientras que Emma y Rachel decidieron reservar su flor para más adelante.
La lección educativa fue "What it feels like for a girl" cantada casi a capela por todos los chicos del coro, incluido Kurt, autodenominado chica honoraria. Una demostración de que en la música no hay mujeres y hombres, sino sensaciones con independencia del género con el que se nazca.
Y el punto álgido llegó con el apoteósico final. ¿Qué canción fue la elegida? "Like a Prayer" el tema eterno de Madonna, el más polémico, el más auténtico. Rachel y Mercedes estuvieron a la altura con su potencia vocal y la ambientación musical, coro incluido, fue brillante.
Puede que este capítulo congelara las tramas de la serie y que supusiera un frenazo dramático, pero también es cierto que fue un derroche de originalidad y de algo que no se había visto en televisión. Sólo faltó una aparición, aunque hubiese sido mínima, de la señora Ciccone. Espero que en "The Power of Madonna II parte" (aún sin confirmar) haga acto de presencia.
La verdad es que esperaba más de este capítulo, que más que estar dedicado a Lady Gaga fue un capítulo normal donde se cantaron dos de sus canciones, "Poker Face" y "Bad Romance". Entiendo que Gaga aún tiene una carrera musical en ciernes y que no tiene tanto repertorio donde elegir, pero se podían haber incluido más canciones suyas, incluso hasta el punto de tener un capítulo propio. La audiencia, aunque aceptable, fue menor que en el episodio de Madonna.
En el capítulo los chicos del coro se incomodaban a la hora de adoptar el estilo de la cantante, tan estrambótico y surrealista que mermaba su virilidad. El resultado del conflicto crea dos grupos, uno de chicas (+Kurt) fieles a Lady Gaga y otro, el de los chicos, que cantan al grupo Kiss.
La canción de "Bad Romance" fue una performance en toda regla, y realizada con esmero. El vestuario no pudo ser mejor y la actuación ha sido una de las mejores de la serie a nivel grupal. Todo un derroche de creatividad. Con un tema tan difícil de cantar, el ridículo esperaba a la vuelta de la esquina, pero si hay una serie que sabe hacer de su capa un sayo es 'Glee'.
La segunda canción elegida, "Poker Face", se desmarcó del estilo Gaga y con una versión acústica a piano entre Rachel y su recién descubierta madre biológica. Me gustó mucho la reinvención musical que se propusieron con esta canción con dos grandes voces femeninas como protagonistas.
Pero sí hubo algo especial en este capítulo fue cuando a Kurt le rescató quién menos esperaba mientras era asediado por los chulos del instituto. Finn, ataviado con un vestido rojo intenso y maquillado como Lady Gaga, le tendió la mano. Al capitán del equipo de rugby le dieron igual las habladurías por salvar el Glee Club. Y una vez más la serie reforzaba su estilo pedagógico y de valores. Aquí lanzo un aplauso personal por los guionistas y creadores de la serie. La valentía siempre debe elogiarse.
Confieso que tenía muchas ganas de ver este capítulo, no sólo por mis preferencias musicales sino también porque la vida de Britney podía ser un buen pretexto para introducir mensajes en la serie. Y así fue. Ha sido, además, el más visto de los tres episodios.
Aunque quizás el episodio fue demasiado seguidista con los vídeos de la por siempre princesa del pop, fue un capítulo muy divertido, en especial por el aumento de protagonismo de Brittany, un personaje que jamás deja indiferente y que siempre sorprende con sus frases imposibles.
La versión de "Toxic", grupal y que transforma la canción al estilo music hall, fue muy potente tanto por la coreografía como por el nuevo sonido de una de las mejores canciones de Spears. El rechazo frontal de Sue Sylvester al homenaje musical y su boicoteo a la actuación me pareció un guiño increíble. La entrenadora alaba la capacidad musical de Madonna pero en cambio todo es depravación e incitación al sexo en cuanto a Britney se refiere.
"Stronger" cantada por Artie puso la nota emotiva mientras que "Me against the music" y "Baby one more time" potenciaron el homenaje musical más fiel. La guinda del episodio fue, sin lugar a dudas, los tres mini cameos de la auténtica Britney Spears. Con esta aparición estelar la cantante da su visto bueno al capítulo y además incrementa la expectación y consigue un nuevo pico de audiencia en uno de los capítulos más vistos de la serie.
Puede que la vida de Britney no haya sido un buen ejemplo para nadie, pero si algo intenta defender la serie es el respeto a todos, la tolerancia y el derecho a una segunda oportunidad.
Madonna, Britney y Lady Gaga. Tres grandes estrellas, tres grandes capítulos. Del capítulo de Madonna destaco la calidad e inmortalidad de las canciones, de Lady Gaga la espectacularidad y de Britney el mensaje. Tal y como son ellas en la vida real. Bravo, una vez más, por 'Glee'.
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