Cuando Soraya Arnelas fue seleccionada para el primer OT "no público" delante de esa cámara ciega y pudimos ver su rostro de emoción, quizá para sus adentros pensaba "ay, tanto tiempo espeyando esta opoytunidad".
El Tomate, ese programa que murió en directo, como hortaliza que se precie, comenzó a exprimir el jugo que le proporcionaba el buen alimento que supuso una de las actuaciones póstumas de Soraya en que no una, ni dos, ni tres, ni cuatro... sino en ocho ocasiones, el "vivo por ella", una canción que los seguidores de OT teníamos en un pedestal por la maravillosa interpretación de David Bustamante y Gisela en OT1, quedó relegada a burla del siglo y convertida en un "vivo poyeya".
La dicción de la cantante ha vuelto a ser puesta en entredicho en el contenedor de [no me sale nada que encaje aquí] de "Sálvame", digno sustitudo del desaparecido Tomate. Esta vez el jugo proviene de su actuación en la final de Eurovision Song Contest 2009 en el que interpretó "La noche es para mí", de la que se le critica el hecho de que parece que esté diciendo "La noche es patamí".
No cabe duda de que la dicción de esta chica es una asignatura pendiente y de que aunque ella haya estudiado varios idiomas y los maneje con soltura, no es normal que un "shake me" y un "take me" suenen igual cantando y sea imposible distinguir lo que dice y al final terne pareciendo un "cheek me" o algo peor.
Por no hablar de que en la entrevista a los organizadores del Festival de Eurovisión 2009, dijo venir de un concurso que ella llamó "Pop Idol" (vamos, que ídolo del pop y Operación Triunfo son lo mismo, para el caso que ya hubiese dicho "Spanish Got Talent" o "Spanish Geographical Idol", total...).
En fin, que cuando esta chica está enfrente de un micrófono, debe excitarse mucho.
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