La televisión y los amantes del arte estamos de aniversario. Todos a quienes nos gustan las buenas series estamos de aniversario. Tal día como hoy, un 8 de abril pero de hace nada más y nada menos que veinte años, se estrenaba en la -por entonces ruinosa- cadena norteamericana ABC una serie que cambiaría la forma de ver televisión. Aunque no deja de ser poco recomendable, volvamos por un momento a El Pueblo, demos un pequeño paseo por Twin Peaks...
Importante: Sé que hace escasos días se ha iniciado una iniciativa en los foros de Fórmula Tv que consiste en visionar la serie, eso significa que hay mucha gente que aún no la ha visto y tiene intención de verla, por lo que aunque suene raro decirlo, ya que la serie carga con dos décadas a sus espaldas, quien no la haya visto que pare aquí ahora mismo.
No es nada fácil empezar a hablar de una serie como esta. Adjetivos es algo que no le han faltado nunca para definirla, pero recurriendo al tópico, no hay suficientes para hacerlo con total justicia. Todo esto seguramente es debido a la cabeza pensante que se escondía tras las cámaras, el ya por entonces reconocido David Lynch, que por aquella época ya era un cineasta con cierto caché en Estados Unidos. Lynch se embarcó en el ambicioso proyecto junto con Mark Frost, que según cuentan, era el tipo que ponía algo de cordura e intentaba que al bueno de Lynch no se le fuera mucho la mano con sus desvaríos. Como no podía ser de otra forma, no lo consiguió...
La serie partía de un argumento aparentemente simple, nada original: un asesinato. Todo parecía indicar que la serie iría por derroteros tipo "se han cargado a una persona en un pueblo. Poco a poco irán descartando sospechosos, hasta que al final nos revelen quién fue". Nada de nada. Nada de eso. Es más, parece que el asesinato era un mero Macguffin para Lynch (una excusa o puente para contar algo totalmente distinto). Incluso se dice que la idea de David era la de no revelar nunca la identidad del asesino, cosa que no pudo cumplir por presiones insoportables de la cadena, que incluso le obligaron a hacerlo en la primera parte de la segunda temporada.
Pero pese a todos estos obstáculos, Lynch pudo hacer gran parte de lo que tenía pensado. El asesinato, aunque sobra decir que es lo esencial y lo más importante de la serie, también cumplió ese rol de "puente" para poder contar otras muchas cosas, todo lo que sucedía en ese extraño, adorable y a la vez indeseable pueblo llamado Twin Peaks.
"Está muerta". Es lo primero que escuchamos en la serie. Un cadáver envuelto en un frío plástico conmociona no solo al pueblo, sino a todos los que estamos tras la pantalla. Lo que podría haberse quedado en una asesinato como otro cualquiera, se convirtió en el fenómeno televisivo de los 90, e incluso me atrevo a decir que a día de hoy sigue siéndolo en mayor o menor medida. Todo ello porque ese plástico ocultaba nada más y nada menos que el cuerpo sin vida de Laura Palmer.
Laura Palmer. Quién no ha escuchado nunca ese nombre. ¿Quién mató a Laura Palmer? El lema de una serie más famoso de la historia. Es la pregunta que tuvo en vilo a medio mundo, y no exagero. Según he podido leer en varias ocasiones, incluso Telecinco (cadena que la emitió en España) realizó un especial de la serie titulado "Las claves de Twin Peaks", conducido por José Luís Garci.
¿Cúales fueron las razones de este increíble boom mediático? Pues todo lo que rodeaba e intervenía en la serie. Desde el genial Angelo Badalamenti, que se encargó de la sublime banda sonora, hasta los múltiples actores y actrices que conformaban el elenco, pasando como no, por una historia hipnótica y que enganchaba.
Me detengo un momento en los personajes, que sin dudas fue uno de los puntos fuertes de la serie, encabezado, como no, por el inolvidable Dale Cooper (Kyle MacLachlan), el histriónico y adorable agente del FBI que llegó al pueblo a investigar la muerte de Laura. Entre sus actos más memorables, no puedo dejar de mencionar su más que curiosa forma de determinar quien era o no sospechoso del asesinato. Quién no recuerda aquella hilarante escena de las piedras y la botella...
Otro de los habitantes del pueblo a destacar era por ejemplo Harry Truman (Michael Ontkean), el amable y cordial Sheriff del pueblo. Un hombre de principios, con ideas algo mundanas para lo que se movía a su alrededor. Me atrevería a decir que mientras que Cooper era la extensión de Lynch en la serie (surrealismo, onirismo, etc..), Truman era la de Frost. También merecen ser recordados los dos ayudantes del Sheriff, tan naturales como extravagantes. El blando Andy (memorable cuando rompe a llorar mientras fotografía el cadáver de Laura Palmer) y el carismático Hawk, un tipo que marcaba tendencias.
Por otro lado, teníamos el elenco joven de la serie, encabezado por Laura Palmer (Sheryl Lee, la actriz con los gritos más terroríficos que jamás he visto), que aunque aparece muerta en el minuto uno de la serie, su presencia en la serie es constante. Solo las menciones que hay a lo largo de la serie hacia ella ya nos hacen tener una idea de como era en realidad. Secundado por su novio Bobby, su amante James, su mejor amiga Donna, quien se empareja con éste tras la muerte de la popular chica, la bella Shelly y la no menos guapa y provocadora Audrey.
Y terminando con el repaso a los personajes a modo de telegrama, nos encontramos con Norma, la dueña del café del pueblo, su delictivo marido Hank y su amante Big Ed, el dueño de la gasolinera. El infame y ambicioso Ben Horne, dueño de medio pueblo, su amante Catherine y el marido de esta, Pete, el tipo que encontró el cadáver de Laura. En la misma casa habitaba la cuñada de la malvada Catherine, Josie, heredera de la serrería del pueblo. Y por último, la hilarante Señora del Leño, personaje que fue concebido gracias a una apuesta entre Jack Nance (Pete) y el propio Lynch. Por mencionar otra curiosidad, el propio David Lynch tuvo un papel secundario en la serie, metiéndose en el pellejo de Gordon Cole, el hilarante supervisor de Cooper, que a causa de su sordera nos deleitaba con unas conversaciones inolvidables, cuyos gritos no tienen parangón.
Como se puede ver, el pueblo no era precisamente un ejemplo de claridad y civismo. Mentiras, secretos, infidelidades, traiciones. Pero esto no quedaba aquí. Ojalá eso fuera lo más sucio de pueblo debieron pensar sus habitantes. Y es que, en sus oscuros bosques se ocultaba algo maligno, una gran oscuridad, el mal encarnado yacía en las sombras de Twin Peaks...
Antes hablaba de Cooper. Uno de los aspectos más llamativos y a la vez clave en la serie son los sueños. Sueños que dan la clave para revelar los oscuros y peligrosos secretos que escondía la muerte de Laura. No tardan mucho en aparecer. Como no podía ser de otra forma, Cooper era su protagonista, aunque compartía cartel con la fallecida Laura y el ya mítico y memorable enano. Sí, aquel enano que hablaba al revés y rompía a bailar sin venir a cuento. Es en el cuarto capítulo ('Rest in pain') es cuando entramos por primera vez en la Habitación Roja, esa sala lúgubre, asfixiante y claustrofóbica donde se reunían más allá del sueño los personajes clave en toda esta enrevesada e inexplicable historia. La escena no tiene precio.
Antes de cerrar este homenaje con la que a mi juicio es una de las tres escenas más memorables e inolvidables de a historia de la televisión, quiero pararme un momento en la música de esta serie, en la banda sonora y en su autor, Angelo Badalamenti. Colaborador habitual de Lynch en sus películas, no dudó en sumarlo también a la producción de la serie. Otro acierto grandioso. Desde la inquientante e insuperable cabecera hasta las canciones cantadas por Julee Cruise, pasando por el tema "Laura Palmer Theme". Colosal trabajo del veterano compositor, que también merece una pequeña reseña con el vídeo que dejo a continuación, donde explica como creó los temas principales de la serie (con la ayuda inestimable de la imaginación de Lynch). De verdad que no tiene desperdicio el clip, sobre todo cuando menciona el cómo le inspiraba Lynch para la composición.
Y para ir cerrando, debo comentar los minutos finales del séptimo capítulo de la segunda temporada. 'Lonely Souls' ('Almas Solitarias') se titula, y es en el capítulo donde se descubre quién mató a Laura Palmer. Como dije al principio, el que se revelase la identidad del asesino tanto tiempo antes del final de la serie se debió a presiones de la ABC, que obligó a los responsables de la serie a hacerlo. Lynch, lejos de dejar definitivamente la serie de lado, quiso volver a dirigir este inolvidable capítulo, y nosotros que aún se lo agradecemos. BOB es un nombre que escuchamos por primera vez en el antes mencionado cuarto capítulo, por medio del Manco, justamente en el primer sueño extraño de Cooper, el de la Habitación Roja. También se atrevieron a mostrar su apariencia. Lo más normal hubiese sido descartarlo, ¿por qué revelar la identidad del asesino en el cuarto capítulo de la serie? Pues sí, "técnicamente" lo hacieron, pero claro, pocos podíamos preveer quién o qué era realmente BOB, y no es hasta ese inolvidable 'Lonely Souls' cuando nos lo revelan.
Como a partir de aquí sobran todas las palabras, dejo el vídeo del momento. La que es para mí una de las escenas más geniales de la historia de la televisión. Un ejemplo de como hacer arte, de como revelar un hecho importante. Lynch para esta escena creó una atmósfera agobiante, un ambiente malsano, acompañados por la música de Badalamenti, la voz de Julee Cruise entonando la devastadora "The World Spins", junto con las actuaciones de un sobrecogedor MacLachlan, Lara Flynn Boyle, el malvado Ray Wise y la brillante Sheryl Lee (la cual interpretó a dos personajes, el de Laura y el de su prima Maddy, las dos asesinadas por la misma persona/ente y de una forma muy parecida) consiguieron algo que jamás olvidará alguien que sistiera a tal espectáculo. Como curiosidad, la aparición de Dana Ashbrook en esta escena fue totalmente improvisada, ya que en el guión no aparecía su personaje, pero se plantó en el rodaje sin previo aviso para echar un vistazo a como iba la cosa y Lynch le dijo que se colara en la escena y se dejara llevar por lo que sintiera.
Lo dicho, escena de obligatorio (re)visionado. "It is happening again..."
Y poco más, ya sí que cierro, haciendo una mención al final de la serie, tan discutido como aclamado. Tan apedreado como venerado. Tan genial como insólito. Dejo la interminable escena de la Guarida Negra. El súmmum del desvarío. God save Lynch.
Sé que me dejo muchas, muchísimas cosas, pero es materialmente imposible condensarlo todo en una sola entrada. También sé que este artículo no hace justicia a la serie, así que pongo punto y final a este homenaje con una cita de David Lynch que resume de principio a fin la serie y lo que desde el principio cuenta en ella:
"Me interesa saber qué se esconde tras las limpias fachadas, tras los visillos de las casas, explorar los recovecos tortuosos de la existencia. Soy como un detective que destapa lo que los demás ocultan. Y es que este mundo de hoy no es un lugar tan maravilloso como dicen. No es el sueño más brillante".
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