True Blood, exquisita sangre sintética.

Este domingo 14 de junio vuelve a la HBO la serie revelación de la pasada temporada, 'True Blood'. Creada por Alan Ball ('A dos metros bajo tierra'), aquí el autor sigue hablando de muertos pero desde un punto de vista muy distinto.

La serie basada en la novela de Charlaine Harris 'Southern vampire', narra las aventuras de un pueblo, Bon Temps, al que los vampiros se han adaptado o aún se intentan adaptar a la convivencia ciudadana como seres humanos de a pie, con las consiguientes reacciones del mundo de la religión y la política.

Si Alan Ball nos había mostrado en 'A dos metros bajo tierra' todos los entresijos de la muerte desde el punto de vista de las funerarias, en 'True Blood' nos mete de lleno en el mundo de los vampiros, pero en un mundo creado por él, es decir, huye de todos los tópicos y leyendas que hay alrededor de los vampiros. En esta serie no pasa nada si un vampiro ve un crucifijo o se expone al ajo, por ejemplo.

Hay que decir, que aunque la esencia de la serie son los vampiros, no son sus protagonistas principales. Lo que predomina en la serie es mostrar el ambiente cálido y sureño del pueblo, donde los vampiros son solamente un aliciente más.

Para no destripar nada por si hay gente que aún no la ha comenzado a ver y la tiene entre sus series pendientes, diré que la trama avanza tras cometerse varios asesinatos que parecen tener alguna relación con los vampiros. Tras estos hechos el pueblo comienza a preguntarse si es buena idea convivir como si nada con estos seres.

Otra de las tramas de la serie, como no podía ser de otra forma, es una historia de amor ¿imposible? entre la chica guapa y el vampiro guapo. Tengo que decir que me daba mucho miedo esta trama, ya que temía que nos ofrecieran una trama tan pastelosa que no fuera capaz de ingerirse. Afortunadamente, no sólo no es así, sino que lo que en un principio parece tan obvio no lo es tanto, y es un tira y afloja constante que te hace dudar, y se agradece. Y por cierto, hay momentos que llega a emocionar y conmover, ya que son escenas magistralmente realizadas, ayudadas por una banda sonora impecable.

El reparto de la serie es casi en su totalidad desconocido. Destaca la protagonista, Anna Paquin, esa actriz ya adulta pero que con sólo 11 años ganó el Oscar como mejor actriz de raparto por su participación en la película 'El Piano'.

Aquí, Anna da vida a Sookie Stackhouse, una mujer tímida con poderes telepáticos, que vive con su siniestra abuela, y que trabaja en el típico bar de pueblo sureño, donde sin querer, escucha los pensamientos de todos sus clientes, con lo que ello conlleva.

Paquin está soberbia en la interpretación, tanto es así, que solamente ha necesitado un temporada para ganar otro premio de los gordos, el Globo de Oro a mejor actriz en serie de drama.

El otro protagonista es Stephen Moyer, que da vida Bill, el vampiro del que Sookie se enamora, aunque es un sentimiento mutuo. Poco a poco, nos van explicando la vida y el pasado de este ser, que pese a su forma de actuar amable y encantadora, puede dar más de una sorpresa.

La interpretación de Moyer está también a la altura, pese a la dificultad que tiene su personaje.

El resto del casting, muy coral por cierto, podemos encontrar al hermano de Sookie, Jason, un vividor que está capítulo sí y capítulo también metido en problemas, ya que parece que le va el rollito de los vampiros.

Luego tenemos a Tara, mejor amiga de Sookie, una amargada de la vida, en parte por culpa de su madre alcohólica. Otro personaje destacable es Lafayette, el cocinero del bar. Un tipo peculiar y extravagante con una relación también peculiar con los vampiros.

Por último, Sam, el dueño del bar, un hombre que está enamorado de Sookie, y que también pese a su apariencia de hombre normal, tiene algo que esconder.

El reparto es aún más extenso, pero son personajes menores, aunque con mucha importancia.

Una serie que merece mucho la pena, por su peculiaridad y su innovación, ya que como he dicho antes, el tema de los vampiros se trata desde un punto de visto hasta ahora inédito, y gran parte de la culpa la tiene el afamado Alan Ball, que ha conseguido crear un mundo a su gusto, como hizo en su anterior serie.

Intriga, drama, sexo, humor, el ambiente sureño, unos ingredientes tan exquisitos como la sangre sintética que da nombre a la serie.

Así que ya sabéis, si habéis visto la primera temporada recordad que este domingo 14 de junio vuelve a la prestigiosa HBO con su segunda temporada, y a los que aún no han tenido el placer de catarla, se la recomiendo fervientemente. Si no le coges el truco en el capítulo piloto no te preocupes, dale la oportunidad al menos hasta el capítulo 4, no te defraudará... ¡ah! por cierto, es casi obligatorio verla en versión original, ya que es uno de sus fuertes, aunque para la gente que se le hace muy difícil verla subtitulada, ya cuenta con la primera temporada doblada, ya que ha sido emitida por Canal Plus.