Cuatroº, esa cadena a la que toda serie desea pertenecer, ha emitido hoy el quinto capítulo de la cuarta temporada de 'LOST', 'The Constant', traducido inexplicablemente bien aquí en España como 'La Constante'.
No voy a hacer un análisis del capítulo, ni mucho menos, ya que llegaría con año y medio de retraso, pero sí voy a hacerle una mención especial, ya que el capítulo lo merece, quizás el que más.
Cuatro capítulos, sólo cuatro episodios tardaron Lindelof y Cuse en poner de nuevo patas arriba la serie. Cuando lo relativamente normal hubiera sido que tras el indescriptible final de tercera temporada, y tras los halagos y maravillas que todo el mundo hablaba de ello, se relajaran un poco y pasara algún tiempo para que volvieran a maravillar a todos los seguidores, los responsables de la serie debieron pensar todo lo contrario, que aunque habían dado un giro totalmente inesperado a la serie, ésta necesitaba algo más para encumbrarla aún más arriba. Y lo hicieron. Cuatro capítulos después decidieron dar otro puñetazo encima de la mesa y ver como todo el mundo se echaba las manos a la cabeza de nuevo.
No sé si les costó mucho tomar esta decisión, me refiero a la de construir un capítulo como este. ¿Por qué digo esto? Pues porque este episodio por aquella época era aún altamente arriesgado, porque aunque sigue más o menos la línea del octavo episodio de la tercera temporada ('Flashes before your eyes'), incluso como no podía ser de otra forma, Desmond Hume es el protagonista, 'The Constant' da un paso más allá que su predecesor, un paso que con cualquier mínimo error, podía haber sido en falso.
Los responsables de la serie se tiraron a la piscina, sabiendo que, o estaba llena pero al límite, o por el contrario estaba vacía. Cuando se produjeron las reacciones, pudieron comprobar que la piscina estaba llena, pero porque la habían ido llenando ellos poco a poco, y gracias a Jacob, tras ese salto no se desbordó, todo lo contrario.
Todo esto lo digo porque es un episodio muy complejo, difícil de entender al instante, y que necesita revisionados y el avance de la trama para comprenderlo del todo. Por eso decía antes lo de la piscina, porque es un capítulo que se mete de lleno en los viajes en el tiempo, más a fondo aún que en 'Flashes before your eyes', y de una forma mas enrevesada y frénetica, y lo más importante, de una manera original e inédita, los viajes temporales a través de la consciencia. Es un paso más allá en la complicada trama de la serie, y como dije anteriormente, un pequeño paso en falso podría haber tirado por la borda (nunca mejor dicho) el trabajo de más de tres años.
Afortunadamente no fue así ni por asomo, el 99% de los seguidores de la serie quedaron absolutamente maravillados con el capítulo, si creíamos que 'Through the Looking Glass' era el cúlmen de la serie, es cuanto a calidad se refiere, nos equivocamos. Puede haber gente que le guste más o que le guste menos, pero creo que nadie puede negar que es un capítulo de una calidad incalculable.
La revista Time, una de las revista más importantes de Estados Unidos, eligió 'The Constant' como el mejor episodio de serie de televisión emitido en 2008.
Muchos seguidores, muchísimos, después de cinco temporadas, consideran este capítulo como el mejor de la serie hasta la fecha. No voy a entrar a discutirlo, más que nada porque yo no tengo claro cúal es mi capítulo favorito de la serie. Sí diré que tengo tres que los considero por encima de todos los demás, y uno de ellos es este. Pero sin dudas cualquier seguidor de la serie que te diga que 'The Constant' es su episodio favorito, no hay que discutírselo ni un solo momento.
¿Qué es lo que hace a este capítulo tan especial? Dos cosas, su trama física y científica, y la historia de Desmond y Penny.
En 'Flashes before your eyes' nos adelantaron mucho sobre los derroteros que podía coger la serie, aunque por aquella época aún se veía algo lejano. En este nos meten de lleno en la historia, explicándonos ya de una forma más detallada que es todo eso de los viajes temporales a través de la consciencia y demás. En ese terreno contamos con la inestimable ayuda de un nuevo personaje, Daniel Faraday, ese señor que ha llegado a La Isla como el científico estrella, pero que no tiene capacidad para recordar tres cartas de una baraja, como para fiarse. Pero bueno, nos fiamos, porque todas las explicaciones parecen llegar desde una época anterior a su llegada a La Isla, cuando era estudiante de física en la Universidad de Oxford. Allí, entre infinitas explicaciones y términos científicos, un melenudo Faraday le explica a Desmond la clave, y es que para mantenerte sano y salvo, en definitiva, para salir vivo de los numerosos viajes temporales a través de la consciencia, hace falta una cosa, la archifamosa constante.
¿Qué es la constante? Para que todo el mundo lo entienda, la constante es algo o alguien con lo que debes establecer contacto en las dos épocas a las que estás viajando. En el caso de Desmond, su mente viaja constantemente desde el año 1996 hasta el 2004, y viceversa. Pues bien, para que su cerebro no se vuelva totalmente loco y reviente, Desmond necesitaba establecer contacto con algo o con alguien que estuviera en las dos épocas, tanto en 1996 como en 2004.
¿Cúal es la constante que elige Desmond? Pues como no podía ser de otra forma, a su querida Penny. Durante todo el capítulo, Desmond contacta ya sea por vía telefónica o personal en 1996, pero claro, para que todo siga funcionando a la perfección y no le ocurra lo que a Minkowski, necesita urgentemente contactar con ella en el presente, desde el barco, en 2004.
Y llegamos al que para mí es el momento culmen del capítulo, su parte final, el momento popularmente conocido como "La llamada de Desmond".
Seguramente lo que menos me interesa de la serie es la trama amorosa, es decir, toda la historia de Jack, Kate y Sawyer está bien pero no es algo que me vuelve loco. Pero tengo que reconocer que me gusta y mucho como llevan estas historias en 'LOST'. Cualquier otra serie hubiera convertido ya este famoso triángulo en la pastelada mas empalagosa del siglo, sin embargo no ha sido así, es más, lo que en un principio parecía evidente no lo es tanto, y me gusta como lo llevan.
Caso aparte es la historia de Desmond con Penelope Widmore, Penny para Desmond y amigos. Desde el principio de esta historia, las primeras intervenciones juntos de ellos dos, en la lejana Season Finale de la segunda temporada 'Live together, die alone', la mayoría de seguidores percibimos que la historia de estos dos era especial, diferente. Como no podía ser de otra forma, la historia de esta pareja ha tenido más pena que gloria, en parte gracias al cínico y tirano padre de ella, Charles Widmore, quien le ha hecho la vida imposible a nuestro querido escocés, y quien en este capítulo hace unas más que interesantes apariciones.
Entonces, como comentaba, el urgente objetivo de Desmond era ponerse en contacto con Penny a través de una llamada telefónica desde el carguero. Tras las idas y venidas de la mente de Desmond, éste insta a su ex novia en 1996 a que le dé el número de teléfono de su casa, y que no la llamará hasta dentro de ocho años, justo el día de Nochebuena de 2004. Como no podía ser de otra forma, Penny no daba crédito a lo que Desmond decía, pero tras unos tiras y aflojas, y más que nada para que Desmond la dejara tranquila, accede a darle en número. Desmond culmina esa magnífica intervención con la frase "Si aún te importo, contestarás."
La mente de Desmond vuelve de nuevo a 2004, donde el torturador iraquí intenta desesperadamente arreglar el único medio de comunicación que puede salvar a Desmond, y como todos sabemos, Sayid es un manitas, así que finalmente lo consigue.
A partir de ahí, ¿qué decir? Unos constantes intercambios de escenas, entre 1996 y 2004 hacen de este momento uno de los más antológicos de la serie, que acompañado por la música celestial del grandioso Michael Giacchino te pone la piel de gallina durante toda la escena. El momento en que Desmond se aleja de la casa, acompañado de unos míticos acordes, pone los pelos de punta, al igual que el instante en que Penny contesta la llamada y Desmond suelta esa media sonrisa en 1996.
La escena es pura poesía. Todo lo que logran transmitir los escritores del capítulo (Damon Lindelof y Carlton Cuse), el director (Jack Bender), el músico (Michael Giacchino) y por supuesto los actores, en especial Henry Ian Cusick, aunque Sonya Walger no se queda ni mucho menos atrás, es digno del más exagerado elogio.
Como es muy difícil explicar la escena, qué mejor que dejar la prueba irrefutable.
Como he dicho antes, también me gustaría destacar la magistral e insuperable actuación de este actor mitad escocés, mitad peruano, Henry Ian Cusick, un personaje que revolucionó por completo la serie, y que como se puede deducir en este capítulo, es pieza fundamental en la trama.
Pues esto es todo, hasta aquí llega este pequeño homenaje a este antológico capítulo. ¿El mejor capítulo de la serie? Siendo objetivos, probablemente. Siempre he definido este capítulo como "La locura de Damon y Carlton convertida en obra de arte".
Ellos mismo definieron este capítulo como "una historia de amor contada al estilo 'LOST'." Pues si es así, que me cuenten todas las historias de amor que quieran.
También veo este capítulo con un trasfondo bastante profundo, es otra alusión, de las infinitas que hay en la serie, a la fe y a la esperanza.
¿Qué pensáis?
Para acabar, propongo un brindis con un MacCutcheon en honor a Desmond, él también lo haría.
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