NARRA SAMUEL.
Estaba fatal de ánimos, lo sentía por Victoria, pero no podía renunciar, me tenía que comprender, ella tampoco renuncio hace 5 años, no es una venganza, lo de anoche fue muy bonito, pero tengo una familia, ahora no puedo renunciar, ahora que estaba mejor.
Cuando llegué a casa, intenté poner mi mejor sonrisa, algo impostado, pero no se lo iba a decir a Yolanda, me sentía muy sucio, la había engañado, me había acostado con Victoria, sabía que Victoria, no lo iba a contar si acaso a su amiga Laura, ella no era rencorosa, podría tener muchos defectos, pero rencorosa no era, la tendría que ver, al menos hasta que se fuera, si no se había ido ya, intente evitar esto, pero la pasión, la tensión acumulada, hizo que lo hiciéramos, lo sentía, sabía que con mi actitud le había hecho mucho daño, por primera vez después de mucho tiempo, notaba, que ella me quería, que me seguía queriendo, eso no se podía fingir sus besos sus caricias, su mirada... me decía la verdad, estaba con Cristian, por no estar sola, había dudado de ella, y ¡era verdad!. Sabía que le había hecho mucho daño, me daba pena, no poder estar con ella, por eso la empujé a brazos de Cristian, él la quería, y claro, aunque ella no, no estaría sola, y tendría amor.
De Yolanda, no estaba enamorado, ella lo sabía, nuestra relación, era especial, ella esperaba que algún día la amase, pero era imposible.
NARRA VICTORIA.
No me podía creer lo que había pasado, rápidamente fui a recoger al niño, Laura me vio muy triste, yo no le dije nada, solo le enseñe la carta, cuando vio la carta, se quedo blanca no sabía ni que decir, nada.
- ¿y qué vas a hacer ahora?
- Pues volver, a mi sitio, volver al punto de partida... de quien nunca me tendría que haber separado.
- ¿vas a volver con Cristian?.
- Sí, no lo quiero, pero sí, el me quiere, y con el tiempo voy a olvidar a Samuel, lo nuestro no puede ser, me ha dejado muy mal, pero saldré adelante, saldré por la puerta grande.
- Victoria...
- En una misma tarde, lo he querido y me ha amado, y después me ha dejado.
- Estas muy mal...
- No, no puedo estar mal, te dejo, me voy.
- ¿le vas a decir algo a Yolanda o alguien?
- No, este va a ser nuestro secreto. Nadie lo va a saber, solo tú, yo y él.
Laura, no daba crédito. Yo no podía seguir así.
Llegue a casa, todos me esperaban, yo no tenía ganas de nada, aleccione al niño, para que dijese, que habíamos estado en el cine, y no con Laura, y yo fuera. Ylenia fue a mi cuarto haber que me pasaba, pero no le conté nada, le dije que me dolía la cabeza, cuando lo que de verdad me dolía era el corazón, iba a volver cuanto antes con Cristian, no podía estar mucho más tiempo en Murcia, nunca más lo iba a ver, ¡nunca!, me sentía engañada, traicionada, rabiosa.
NARRA SAMUEL.
Por la mañana, fui a hablar con Laura, sabía que se lo habría contado, y quería darle mi versión.
- Laura.
- Eres un desgraciado, Victoria, te quería, te quiere, y tú te aprovechaste de ella, y te fuiste con una carta, sin decirle nada. Una simple carta, es muy cobarde.
- Te tengo que explicar.
- Ella lo ha dejado todo por ti, ¿Qué me tienes que explicar?, que no quieres perder a tu mujer e hijos, pues lo sé, pero no te deberías haber acostado con ella. Eres el mismo de siempre, es lo mismo que me hiciste a mí, lo que le hiciste a todas. Creía que habías cambiado, me compadezco de Yolanda, tendrá más cuernos...
- No digas eso ni en broma, ella también me rechazo, te recuerdo lo que me hizo...
- Ósea que era una venganza... te has vengado por lo de hace 5 años.
- No, no quería decir eso, te equivocas.
- Ella está fatal, si es lo que quieres saber, va a volver con Cristian, que es el único hombre que la quiere, tu no. Ahora ella, no quiere ni verte estoy segura. Lo tuyo no es normal, es de muy mala persona, ella lo dejo todo por ti... se vino aquí para recuperarte, con esa intención, dejó allí a su marido. ¿y tu se lo pagas así? A ti lo que te duele, es que ella te rechazara, y te dejara con el calentón, y te has vengado, ¡Ay si te has vengado!
- Dile por favor, que la quiero, que si la he amado, siempre la amé, mis palabras eran de verdad, pero lo siento no quiero perder a mi familia, ella no debe perder la suya tampoco, pero la quiero la amo, que nunca la olvidaré. Ojala, hubiese pasado esto hace 5 años, ojala, pero ahora no puedo, no puedo.
En ese momento me fui, no me entendía, las verdaderas razones, tenía una familia, juro y perjuro, que no ha sido venganza, si me fui, es porque no quiero perder a mis hijos, quiero verlo nacer, crecer, y a mi hija, es mi ojito derecho. Yo también estaba mal, pero comprendía y podía saber cómo se encontraba Victoria, en estos momentos
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