NARRA SAMUEL.
Estaba en Inglaterra, pronto iba a regresar de vacaciones a Murcia. De Victoria, no sabía nada, desde aquel día, en el que me rechazó, yo me había acostumbrado a no tenerla. Ella tendría que estar bien, ya habría sido madre, y seguro que su vida, le irá fenomenal.
Mi vida había cambiado, no la había podido olvidar, pero si había empezado a salir con una compañera de piso, era mayor que yo, tenía 25 años, se llamaba Yolanda, al principio creía que estaba saliendo con uno de los compañeros de piso, pero no. Estaba trabajando, también era de España, era de Madrid, quería enamorarme de ella, pero por más que lo intentaba no lo conseguía ella también se iba a venir conmigo a Murcia, primero pasaríamos por Madrid, para presentarme a sus padres. Ella me quería mucho, de eso estaba seguro, ella sabía todo lo que me había ocurrido con Victoria, ella no entendía como el destino, había podido ser tan cruel.
Al principio cuando la conocí, la vi como un juego, un juego para poder quitarme de la cabeza a Victoria, pero no podía, todavía la seguía amando.
NARRA CRISTIAN.
Notaba a Victoria, un poquitín, desanimada, seguramente tendría depresión post-parto, la sentía cada vez más lejos, cada vez más desanimada, veía que esto se le podía convertir en una pesadilla, la verdad, que la temporada se acababa, y me llegaban días de vacaciones, le tenía preparada una sorpresa, bueno varias, la primera era que nos íbamos a ir al parque de atracciones, ya había hablado con mi madre, y se iban a quedar con los gemelos de Jesús y Carolina, y la madre de Victoria se iba a quedar a Enrique, necesitábamos momentos para nosotros, y que mejor que ir al parque de atracciones, para des estresarnos, se lo había prometido hace mucho tiempo, pero por una cosa u otra no se lo había cumplido, la verdad que me daba mucho miedo montarme en varias atracciones, a mí, y a mi hermano y claro, no quería quedar como un gallina.
Cada vez me iba mejor, había tenido una temporada muy buena, y me habían salido varias campañas publicitarias, entre las chicas según varias encuestas era de los más deseados, en las redes sociales, me empezaban a seguir muchísimas fans, y claro, eso me hacia ser cada vez más famoso, mi hermano se alegraba por mí, pero él no estaba teniendo tanto éxito como yo, y eso lo hacía enfadar, decía que éramos gemelos, como a mí me podían ir mejor las cosas que a él.
NARRA VICTORIA.
- Victoria, vámonos, vístete.
- ¿Qué? ¿Dónde vamos?.
- Écheme cuenta vámonos.
- ¿Y el niño?
- No te preocupes por eso, móntate en el coche.
- ¿Hola chicos que hacéis aquí? ¿y los gemelos?
- Vamos al parque de atracciones, los gemelos se los queda mi madre, y a Enrique se lo queda tu madre – dijo Carolina, con una sonrisa-
- Pero y esto....
- No te preocupes, te veíamos muy apagada, y queremos recuperar a la Victoria, de antes del embarazo.
Llegamos al parque de atracciones, los gemelos, se miraron y resoplaron, jajajajajajajaja
Carolina se quería montar en la montaña rusa de agua, y los gemelos empezaron a protestar...
- Victoria, primero montaña rusa y después túnel del terror.
- Ofú, la que nos queda... - dijeron los gemelos al mismo tiempo...-
- Vamos montaña rusa. ¿Os pasa algo?, ¿os da miedo?
- No que va, estamos muy bien, somos muy valiente, y sabemos que es solo una atracción, en ese momento Carolina y yo, nos miramos con una mirada cómplice, y nos reímos.
Nos montamos en la montaña rusa, de agua, nos montamos Carolina y yo, en el mismo vagón, y los gemelos se montaron en otro delante de nosotros.
- El vagón empezó a moverse, era unas cuesta muy largas, Cristian y Jesús, empezaron a gritar como locos, se notaba que les daba miedo, se taparon con los manos los ojos, nosotras pues disfrutamos, de la atracción. Estaba feliz, no me acordaba, ni de niño, ni de problemas ni de nada.
Justo después, nos fuimos al túnel del terror, Cristian y Jesús, empezaron a poner mala cara, ya llevaban mala, cara de la montaña rusa, y al enterarse el túnel del terror, pues siguieron.
- Entramos a una habitación a oscuras...
- Jesús donde estas no me sueltes...
- Están cagados, -y nos empezamos a reír, estábamos Carolina y yo juntas y ellos juntos-
- Empezaron a chillar mientras que salían los monstruos, - estaban para verlos agarrados, sin soltarse.
- Salieron agarrados, asustadísimos, con una cara...
- Os ha dado miedo, estabais asustadísimos.
- Sí, nos da miedo las atracciones, hemos hecho esto por vosotras, por eso nunca, te he traído al parque, nos da miedo la oscuridad, y dormir solos, por eso el día, de la tormenta, me fui a dormir a tu cama.
- En ese momento Carolina y yo volvimos a reír.
- Oye, que es muy serio, lo que te he contado, no os cachondeéis de nosotros.
- Entonces en la lanzadera, no os montáis ni de coña, ¿no? Se ponen la cabeza boca abajo...
- No, en la lanzadera, no, la noria, los coches de choque, y poco más, no nos hagáis esto por favor...
- Bueno montarse en las que queráis. Pero nosotras nos montamos.
Seguimos en el parque, en casi todas las atracciones nos montamos Carolina y yo solas, estuvimos hasta tarde, allí comimos, nos lo pasamos genial no pensaba en los niños, esa era la vida que tenía que vivir, y no la que estaba viviendo, al fin y al cabo tenía 19 años..., solo 19 años...
Llegamos a casa con una sonrisa, en la boca, pero allí no estaba ni mi madre ni el niño, vimos una nota encima de la mesa...
" Victoria, me he tenido que ir a urgencias con el niño, tenía fiebre muy alta, os llamamos a vuestros móviles pero los teníais fuera de cobertura, venid cuanto antes"
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