DIAS DE AMOR

NARRA SAMUEL.

Necesitaba ver a Victoria, lo iba a hacer, le iba a pedir que se fuera conmigo a Inglaterra, yo allí tengo una casa, y las puertas abiertas de mi trabajo, de mis hijos seguía sin saber nada, 1 año y medio después, y seguía sin saber nada, los echaba mucho de menos, pero Victoria me quitaba todas las penas, seguía empeñado en reconquistarla, y creo que lo estaba haciendo, sabía que yo era su único amor, aunque quería mucho a Cristian yo era el único que la hacía feliz... sabia que le iba a pedir algo complicadísimo, tendría que abandonar a sus hijos, hasta que un juez le diera el permiso de llevárselos, pero yo tampoco tenía a mis hijos conmigo, con nuestro amor, todo se podría conseguir y quien sabe incluso, a lo mejor podríamos tener a nuestros hijos, si ella aceptaba me haría el hombre más feliz del mundo, si no pues no sé como reaccionaria, esa posibilidad aunque es probable no la contemplo, mi mente prefiere descartarla.

NARRA VICTORIA.

Estaba muy mal, después de la visita al ginecólogo, pensaba que yo en otra vida tenía que haber sido un asesino en serie o algo, sino, no entendía como la vida me estaba devolviendo todo esto, encima una cosa tras otra, cuando estaba plenamente feliz, había algo que me impedía serlo. Parecía que no quería que fuera feliz... cuando daba un paso con Samuel, había algo que me impedía estar con él, y eso me hacia ponerme peor todavía.

NARRA VICTORIA.

Entré en casa de Laura, nosotras seguíamos hablando,, estaba muy mal, no entendía que me pasaba lloraba por todo, estaba allí llorando como una tonta, para quitarme el frio y dejar de estar empapada, Laura, me ofreció su ducha, tome una ducha muy relajante, seguía llorando, no entendía porque, si se suponía que yo lo tendría que tener claro... Laura me dejó su ropa, teníamos la misma talla, y me preparo un vaso de leche calentito con galletas, se estaba portando tan bien, no sé que le habría pasado, pero ahora estaba volviendo a ser esa gran amiga de siempre.

Llame a la niñera y la asistenta, para que acostaran a los niños, y no se preocuparan que yo estaba en casa de Laura.

NARRA VICTORIA.

Al final accedí, Samuel me llevo a mi casa en su coche, cada vez llovía más, al dejarme finalizo con un "eres lo mejor que me ha pasado en la vida, no quiero volver a perderte, tu eres todo lo bueno que me ha pasado en la vida, por ti lo dejo todo, por tu amor, esto no es una mentira, esto no es un recuerdo, puede ser un presente muy bonito el que nos espera", eso me dejo muy tocada, con lo cual, deje a los niños con la niñera y me fui a mi cuarto llorando, me sentía fatal, y lo peor que no tenía a quien contárselo, Laura, ya no era la de siempre, estaba muy de lado de Cristian lo apoyaba mucho, cosa que no entendía porque era mi amiga desde siempre, parecía como si estuviese enamorada de él, pero, eso era imposible, o eso quería creer.

AÑO Y MEDIO MAS TARDE...

NARRA VICTORIA

Después de todo este tiempo, mi vida seguía igual, seguía con Cristian, muy felices, todas las semanas Samuel veía al niño, al final le habíamos puesto como quería, Daniel, Cristian, estaba muy atento a él, no lo discriminaba, parecía su padre, lo quería igual que a Enrique.

Daniel seguía igualito que su padre, Samuel, y cada vez se parecía más, era innegable que fuera suyo, la verdad que hasta ahora se portaba muy bien.

NARRA SAMUEL.

Yolanda se fue de casa, no sabía adónde iba a ir, había perdido a los niños, por no hacerle daño a Victoria, elegí quedarme sin mis hijos, amaba tanto a Victoria, que lo último que quería era hacerle daño, estaba llorando, todo no me podía ir peor, Yolanda fuera con mis hijos, y mi madre que no quería saber nada de mí, no sé que me podía pasar más. Mi vida, por momentos se iba convirtiendo en una verdadera porquería.

NARRA VICTORIA.

Después de la conversación con mi madre estaba regular, y lo peor estaba por llegar, por la puerta aparecieron Belén y mi padre.

- Hola Victoria, -dijo mi padre, mientras me daba una caja de bombones que me habían comprado, mientras mi madre, dijo un hola, buenos días, y se fue afuera-

- Hola papa y Belén – Ylenia y Hugo, no habían venido-

- Y mi nieto, ¿Dónde está mi nieto?

NARRA VICTORIA.

Era una sensación rarísima, a la vez maravillosa y trágica, me dolía mucho, me gritaban que empujase, que hiciera fuerzas, pero no podía más, pero pensando en que pronto tendría al niño en mis brazos eso me ayudaba a empujar más, las contracciones cada vez eran con menor duración entre una y otra.

Cristian estaba allí conmigo, había entrado pese que a que con la sangre se ponía malísimo, con Enrique no entró, pero ahora sí.

3 MESES MÁS TARDE.

NARRA VICTORIA.

Estaba ya a punto de parir, de hecho, cualquier día me podía poner, estaba muy gorda, y de vez en cuando me daban dolores, todos estaban muy ilusionados con mi próximo parto, de hecho, Héctor y Belén, iban a venir, para estar conmigo cuando tuviera el niño, mi padre, por fin, había entendido que tenía que delegar en los empleados de la empresa, y tener un poco de más libertad, quizás si lo hubiera hecho hace muchísimos años pues hubiera seguido con mi madre, o no. En mi trabajo me iba muy bien, ahora tenía una baja de maternidad, pero estaba muy contenta allí, y con mi jefa.

NARRA CRISTIAN.

Después de salir del hotel, fui a hablar con mi hermano, teníamos un plan, para darle una sorpresa a nuestras mujeres, él y Carolina, estaban pasando por un momento bajo, la responsabilidad de cuidar a tres niños era mucha, los gemelos tenían 6 años, pero la niña era pequeña, y eso pues le quitaba mucha vida, el plan era perfecto, era una sorpresa, tenía mucho miedo a que Victoria me dejara, a que con el imprevisto de la vuelta de Samuel, todo lo que había conseguido durante todo este tiempo se derribara.

Sabía que lo que había hecho no estaba nada bien, pero debía resistir, tenía que conseguir que no perdiera toda esa ilusión por mí, entendía que estaba en desventaja con respecto a Samuel, que él había sido su primer amor, y eso es muy difícil de olvidar, pero tenía que soportar todo, había jugado sucio, muy sucio, lo que hice no tiene ni nombre, pero entre perder y Victoria, y esto preferiría jugar sucio, aunque después me sintiera como un malnacido.

NARRA VICTORIA.

- Cariño, necesito que me abraces, te necesito tanto, quiero dormir abrazadita a ti, Cristian te amo, a ti, Samuel no significa nada, nada de nada, créeme.

- ¿Me has dicho que está en Madrid verdad?

- Cristian, sí, pero de verdad no sé ni donde está, no sé nada de él.

- No te preocupes, cariño no pasa nada.

NARRA VICTORIA.

Estaba recordando las frases, aquellas frases, la conversación con Laura, se repetía en mi cabeza, una y otra vez, "Samuel, está en Madrid, es cuestión de tiempo que se separe"...

Yo no quería ni volver a verlo, sabía que recaería, ahora estaba muy bien con Cristian, de hecho no entendía que me pasaba, todo estaba tan bien... hasta que apareció el nombre de Samuel, cada vez lo tenía más olvidado, no sabía si eso solo era un parche en mi corazón, o no sé qué seria, pero todo se volvía a revolver dentro de mí, cada vez que escuchaba su nombre, cada vez que veía algo suyo, era una noria de sentimientos, un triste carrusel, del que no sabía cómo iba a acabar, mi vida era una vida de telenovela... Cristian no se podía enterar de que estaba aquí en Madrid, de hecho, yo no lo tenía ni porque saber.