LA DAMA DE HIERRO: Un biopic de enorme potencial (y con una actuación sublime) que mereció algo más.

No es moco de pavo ofrecer en la gran pantalla por primera vez un biopic sobre Margaret Tatcher, la primera presidente de gobierno mujer (o primera ministra, como gusta decir en UK) de la historia, la cabeza de gobierno británico que más años estuvo en el poder (11 años, ahí es nada), la figura política más odiada por opositores... e incluso antigüos votantes. Sin duda (y dejando más de lado las políticas aplicadas, y acercándonos más a la psique de la figura política en si) nos encontramos ante una figura compleja (¿atormentada desde sus inicios?), aguerrida (¿lider político mujer en los años 70?) y, sobre todo, controvertida y polémica... es por ello que resulta una figura fascinante (opino que todo ser controvertido sea "bueno" o "malo" resulta fascinante de bucear precisamente por su controversia personal).

Desde luego el potencial de "La dama de hierro" estaba asegurado. Sin embargo resulta lamentable ver como un relato con tantas posibilidades es recortado hasta llegar a terrenos de lo trivial. Recuerdo que la película "La reina" se centraba en unos pocos días de la monarca Isabel II y, aun así, nos regaló un retrato mucho más fascinante y punzante... pero en "La dama de hierro" se hace realidad el dicho de que "quien mucho abarca poco aprieta"... porque aquí se abarca mucho y se aprieta poco, poquísimo. La cinta nos ofrece a una Tatcher senil (sublime Streep, pero ese es otro tema) que va recordando retazos de su vida por medio de flashbacks y, como el propio personaje, la narración es senil... dándonos los acontencimientos más atrayentes de la mandataria de manera breve y a "matacaballo" (mucho material se ha quedado en la sala de montaje, me temo), haciendo incluso que algunas escenas por su simpleza resulten de calidad "cutretelefilmera". Y es que su estructura narrativa tan fragmentada y volteada impide inmiscuirse en la trama con verdadera implicación y pasión.

No es que se trate de un mal film, porque el maravilloso potencial de sus acontecimientos es tan latente que un mínimo de impacto y curiosidad sí deja, pero resulta frustrante ver como pasa por la superficie sin incidir en la Tatcher primera ministra.

La que mejor salva los platos del producto es Meryl Streep... ¡y de qué manera! Ella es el verdadero enganche del metraje. Está magnetizante y desprende una sugestión con su Tatcher digna de verse una y otra vez. Mira que Streep siempre está sobresaliente en todos sus trabajos pero, por increíble que parezca, creo que está mejor que nunca. Su caracterización es complicada y aún así consigue un mimetismo asombroso. Broadbent la acompaña de manera tan entrañable como acostumbra y el resto de secundarios (la mayoría algo desubicados) apenas tienen minutos.

En fin. Cinta distraída para todo fan del cine político, pero no destaca por nada en especial (y su forma narrativa erra de manera casi estrepitosa)... tan solo por Streep que ofrece una interpretación magnífica haciendo que la cinta no caiga en la mediocridad total.

Lo mejor: Meryl Streep (está increíble. Si no se lleva el Oscar será porque ya piensan que tiene demasiados y no porque no se lo merezca... porque desde lugo es la mejor actuación femenina del año (por mucho que sepamos lo buena que es esta intérprete... ¡consigue fascinar de nuevo!)). El maquillaje y la caracterización de Streep (y el mimetismo que consigue la actriz). Jim Broadbent. Los pocos y brevísimos momentos de tensión política vividos por la primera ministra.

Lo peor: Que pudo ser una perdurable obra maestra y no lo es (¿dónde están Scorsese o Spielberg cuando se les necesita para un biopic?). Su estructura narrativa que fragmenta tanto (y de forma tan maleducada para con el espectador) la narración.