18 películas después Tim Burton es una marca en sí misma. Convertido no solamente en una máquina de hacer dinero por sus creaciones (desde el primer DVD hasta ristras de camisetas, cómics, cuadros, juguetes, libros...), sino en un director/animador de culto que arrastra una legión de incondicionales fans (entre los que me incluyo), y al que Disney ha vuelto a contratar dándole manga ancha en varios largometrajes.
Sus creaciones son controvertidas y su filmografía... una montaña rusa que incluye cintas irrelevantes y obras únicas. Sus tropiezos se han dado sobre todo en las adaptaciones y remakes ("El planeta de los simios (1999)", "Sombras tenebrosas (2012)"). Sin embargo eso sigue sin impedir que sus seguidores le sigamos considerando un genio y alguien que nos ofrece grandes expectativas cada vez que estrena un film. Desde el particular punto de vista "fan", me corresponde explicar por qué gracias a su legado se le sigue idolatrando como director, guionista y animador.
Pero su abstracción simbolista no se limita a la fotografía (aunque sea lo más importante en las cintas "burtonianas"), también tiene cabida en todas sus relatos en los que rompe las barreras mágicamente (si el tiempo se detiene cuando se ve al enamorado, en el cine de Burton se detiene de verdad; si el protagonista del cuento piensa que su vecina es una bruja, así será; y si el cineasta piensa que Halloween y la Navidad no son más que dos ciudades enfrentadas... dos estados emocionales y sentimientos enfrentados, así será).
Por supuesto el surrealismo de Burton no es arriesgado hasta el infinito como los de Lynch o Buñuel que se dejaban llevar totalmente por el surrealismo paranoíco. En Burton se da la combinación de lo mejor de los dos mundos, siempre hay un equilibrio entre la cordura y la locura, y el espectador nunca pierde el hilo de la trama.
Y es que el cine de Tim Burton no es tergiversado, sus guiones no son intrincados, enredados o altamente reflexivos. Tan solo buscan la esencia... que se transforma en alegoría.
Estas fábulas simbólicas envueltas en una atmósfera única son el sello de Burton que en sus cúspides deja clásicos de culto como "Eduardo Manostijeras", "Big Fish", "Ed Wood", "La novia cadaver" (una cinta que cuanto más la veo más me gusta y más me sumerge en su universo paralelo) o la reciente "Frankenweenie". Clásicos sobre todo para el espectador más aislado y asocial.
Y es que otro de los sellos del cine "burtoniano" es que absolutamente todos los protagonistas de los relatos son seres asociales, inadaptados de una sociedad que no llegan a comprender, parias. No es el primer cineasta que trata a la persona inadaptada... pero probablemente sea el que los trata con más cariño, comprensión, complicidad y empatía (como lo haría el paria mismo). El asocial es el personaje más cuidado del cine de Burton (personajes no solo incomprendidos sino también afanados (Eduardo Manostijeras busca "algo más", Victor Frankenstein busca "algo más", Jack (el rey de Halloween) busca "algo más" en el lamento de una canción).
Desde el punto de vista del inadaptado se relatan todas las fábulas de Burton, y por supuesto (como no podía ser de otra manera) tiene su reflejo en la atmósfera (que es la esencia del cine de Tim Burton conteniendo una historia propia). En el cine de Burton los barrios idílicos son siniestros, los personajes imperfectos son fascinantes, el mundo de los muertos es una fiesta y el mundo de los vivos está muerto. La total repulsión de Tim Burton hacia los personajes y universos perfectos es otro de los guiños con los que conecta incondicionalmente con sus seguidores.
Las influencias de Tim Burton son muchas (desde Vicent Price pasando el Doctor Seuss, el animador Svankmajer o todas las cintas de terror B), pero consigue un estilo propio. Un cine sin guión rebuscado que principalmente no quiere hacer pensar sino conectar con el espectador mientras le hace soñar en absorbentes universos.
Humor negro, diseño de personajes característico (con rasgos exhagerados), autoparodia, ambientación surrealista divida en dos tipos (filmes coloristas con un tono algo más positivo ("Big Fish", "Charlie y la fábrica de chocolate", "Alicia en el país de las maravillas", "Beetlejuice", "Mars Attacks") o filmes que usan colores oscuros y tienen un tono más pesimista ("Eduardo Manostijeras", "Batman", "Sleepy Hollow", "Sweeney Todd", "La novia cadaver"), el uso de números musicales, o incluso personajes "repetidos" (el/la místico/a, el/la materialista, etc.) son otros de los sellos inamovibles del cine de Burton. Pero sin duda es la metáfora lo que me atrae del cineasta.
Admito que no todos sus trabajos me gustan, que ha tenido baches importantes y momentos de poca inspiración, pero hay algunas alegorías burtonianas que se me hacen totalmente imposibles de olvidar.
Sus próximos proyectos son todos remakes (de "La familia Addams", "Pinocho"), precisamente en lo que peor se luce. Son en sus obras también como guionista en las que Tim Burton reluce verdaderamente.
Como siempre que lleva a la pantalla una original fábula de animación, Burton será nominado este año a los Oscar por "Frankenweenie" (me extraña que no se le haya premiado antes y sea eterno nominado... aunque quizá a este orgulloso tío raro de camisetas raídas, aspecto de recién levantado y amante de las calaveras no se le da ningún premio por miedo a como pueda actuar ante un estrado. Porque quizá básicamente no tenga nada que decir si no es detrás de las cámaras).
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