CSI o el Canon Holmesiano llevado al siglo XXI

No puedo resistirme a inaugurar este blog sin referirme a esta serie dramática, repleta de crímenes que a cualquier profano le resultarían imposibles de investigar. Pero ahí están sus personajes, bien trazados, desarrollados por unos guionistas con más ingenio del que podamos acumular, y con unos efectos visuales que superan a sus rivales en la pantalla, fotografía ciudada hasta el extremo, y un aspecto de trabajo muy serio, que raya en lo desconcertante cuando de vez en cuando vemos un capítulo lleno de momentos para el recuerdo.

CSI presenta varios hijos como propios, no en vano, su productor (sí, ese que vemos además en otras muchas series y que se llama Jerry Bruckheimer) ideó el tronco de CSI en Las Vegas, para luego surgir de éste lo que se conoce como "spin off", que no es otra cosa que trasladar la idea a otros emplazamientos con nuevos personajes. Así pues, surgieron las hermanas CSI Miami y CSI New York.

En esta primera entrada del blog, y con el fin de no cargar demasiado al internauta con datos y datos, sólo voy a apuntar el estilo con que pretendo tratar los temas. Quizá no sea excesivamente crítico -para eso seguro que podemos encontrar quien lo haga-, ni tampoco llegue a ser un adulador de series. Solo voy a pretender dar una opinión bajo el prisma del aficionado -y porqué no- fan de las series de corte policíaco-investigación (no creo llegar al extremo de autodenominarme "friky").

Por cierto ¿sabías que la serie (CSI Las Vegas) comenzó en EE.UU. hace ya casi diez años? Hay mucho para contar.