La crítica de la semana: Toy Story 3

**** (sobre 4)

dirección: Lee Unkrich

intérpretes: Tom Hanks, Tim Allen, Joan Cusack, Don Rickles, Michael Keaton

EEUU 103 MINUTOS AÑO 2010

Resulta ya casi rutinario decir que Pixar ha vuelto a superarse, pero es innegable que la capacidad creativa, narrativa y emocional de esta fábrica de clásicos encabezada por John Lasseter, no tiene límites. Esta evasión con victoria de los muñecos con más vida del mundo, significa el final a un viaje en el que llevamos embarcados toda la vida. Todos somos un poco Andy, el dueño de esta pandilla. Todos hemos crecido junto a Buzz, a Woody, y a todos nos duele despedirnos de ellos; pero cuando las despedidas son tan hermosas, casi duelen menos. Sirva como muestra que tan sólo los cinco últimos minutos, y las escenas de los títulos de créditos finales, tienen más calidad que el resto de películas que están en la cartelera actual juntas. Y no es una exageración, no, es una historia para enmarcar, contada de manera perfecta. Da lo mismo que lo veamos en "Real3D" o en un "cinexín", porque al final el ritmo de la historia te mete dentro sin necesidad de gafas ni grandes efectos protaquilleros. Resulta gratificante, que sea presisamente Pixar el que salga en defensa de los valores tradicionales personificados en estos muñecos, ellos que han sido los pioneros y abanderados de la animación digital moderna. Si algo se puede aprender de todo esto es que nunca hay que perder de vista lo que se deja por el camino en la vida. Y aunque hayan pasado quince años de la primera cinta, es admirable como una saga de tanto éxito no se ha corrompido ni degenerado en el tiempo, sino que ha sabido mantener el mismo espíritu que cuando se estrenó Toy Story en 1996. La aportación más destacable de esta tercera parte es sin duda Ken, la gran revelación; además de, como siempre, los habitantes del pizza planet, que siguen regalando momentos legendarios. La película pasa volando mientras asistimos encantados al dilema de unos muñecos que tienen que decidir entre la fidelidad a su dueño o la independencia que una guarderíá les daría al no tener un dueño fijo. Hay muchos guiños, como la escena en que Woody se queda colgado como Tom Cruise en Misión imposible, o cuando se enfoca el sombrero rememorando al sombrero de Indiana Jones, pero el guiño más importante es la lucha por lo tradicional que encierra toda la película, que aunque añade multitud de personajes nuevos, dan la sensación de conocerlos de siempre (¿quién no conoce a Ken?). Un broche de oro para una saga que se recordará "Hasta el infinito y más allá"