'V' encuentra su encanto personal

'V' nunca intentó convertirse en la mejor serie de la televisión. Ni lo ha intentado ahora ni lo intentó hace 25 años con el lanzamiento de su serie original. Que no lo haya intentando no quiere decir que no lo haya conseguido, y que no lo haya conseguido no quiere decir que no se haya convertido en un fenómeno. La 'V' original rozó lo cómico en lo que a la trama superficial se refiere y se adentró en temas muy intelectuales en lo más profundo de su historia. 'V' se convirtió en un fenómeno sin buscarlo. Ahora, con un remake que lo buscaba, no lo han conseguido. Pero eso no quiere decir que no hayan encontrado un buen producto. Las expectativas muchas veces juegan una mala pasada.

Aprovechando el estreno de la segunda temporada de 'V' este lunes a las 22:15 en TNT, se puede hacer un recorrido de lo que 'V' nos ha enseñado hasta ahora. En las audiencias se aprecia muy bien lo que supuso el lanzamiento de una serie con tanto arrastre de fans. La serie superó los 14 millones de espectadores en su primer episodio, cosa que muy pocas ficciones consiguen en la actualidad, y fue descendiendo poco a poco hasta conseguir una renovación al límite. Las críticas no tardaron en llegar.

'V' rompió con el esquema histórico de la 'V' original para basarse en una serie de ciencia ficción sin miramientos. Los efectos especiales parecían realizados por un estudiante. ¿Dónde está Diana? Las críticas se lanzaron hacia la comparación. Ahora, 15 episodios después del estreno, puedo decir, desde mi punto de vista, que el remake de 'V' ha encontrado su propia esencia, su propio encanto y su propia manera de sobrevivir. ¿Tiene fallos? Muchos. Pero no hay que quitarle el mérito de convertirse en algo nuevo dentro de algo renovado.

La nave, sus habitaciones, su tecnología. Todo era criticable desde el principio, pero su cutrez se ha convertido en un elemento más de la serie. Algo indispensable para los seguidores de la nueva 'V'. La nueva Diana, Anna en este caso, está encarnada por una Morena Baccarin que se sale en su papel de mala malísima. La actriz borda un papel llevado a su territorio y nos hace olvidar el primer batallón de visitantes.

Los fans de la 'V' original se han ido distanciando del remake hasta convertirse en los más puros detractores. Para escribir un libro. 'V' (2009) ha tenido que encontrar seguidores ella solita. Esto hubiese sido lo mejor si hubiese funcionado, pero no todos los días sale el sol. Para apaciguar a las masas, en la segunda temporada se han traído a la gran Jane Badler del más allá. Y cuando digo más allá hablo de la desaparición en sí misma. La grande entre las grandes, la villana entre las villanas interpreta a la madre de Anna, el personaje que ella encarnó en su juventud. Se vuelve a llamar Diana aunque no es el mismo personaje. Esto si que es comedia señores.

A la 'V' original le falta ese gancho que a veces no sabemos señalar pero que sabemos perfectamente que algunas series lo tienen. Si tuviese que elegir algo a lo que apuntar con el dedo sería al poco atractivo que trae consigo La quinta columna, la resistencia. Elisabeth Mitchell se lleva toda la carga de la trama. El resto de los personajes, salvando las distancias con Laura Vandervoort, no nos importan lo más mínimo. Si mueren, bien, si viven, también. Es más, con su hijo sabría mi preferencia. A la nueva 'V' le falta entereza, fuerza y tensión en sus tramas y en sus personajes. ¿Podrá Badler con todo esto?