Análisis, "Los Hombres de Paco", capítulo 97, "Amores improbables"

Esta serie, que ha propiciado a lo largo de su extensa carrera grandes momentos, llega ya a un punto en el que no está en su mejor momento, que vive un periodo en el que se dejan entrever ciertos aspectos que no están del todo pulidos, mostrándose afectados por un transcurrir de los acontecimientos en ocasiones precipitado, pero contando aún así, con ese humor que la ha caracterizado desde sus inicios, y que ha dado lugar a tantas risas entre la comunidad de Los Hombres de Paco, y unas tramas sentimentales que retratan un lado cómico por un lado ante lo disparatadas de algunas situaciones, y por otro el lado más dramático, al contar con pérdidas para ciertos personajes, de las que les dejan huella y son complicadas de asimilar...

Empiezo, de esta manera, el análisis del capítulo de Amores improbables, capítulo 97 de esta serie, emitido el día 28 de Mayo de 2009

Empezando por la parte en la que Mariano, Paco y Povedilla (que se ha acabado enterando también de ello) estaban junto con el mafioso italiano retenido en la casa, sus intentos porque no se diera cuenta Don Lorenzo de lo que estaban haciendo eran insistentes, pero claro, algunas cosas bien podían hacer pensar que algo estaba ocurriendo, porque es que metieron al mafioso en una argolla en el baño, de modo que nadie podía entrar y bañarse sin ver al mafioso encerrado allí.

El modo que tuvieron Paco y Mariano de evitar esto fue tronchante, Mariano se cargó la vasija del baño para evitar que nadie la usara para hacer sus necesidades.

Le mostraron a Don Lorenzo el estropicio y al final se tuvo que ir a la casa donde vivía Sara en la actualidad para poder realizar sus necesidades, y por el camino, en la corrala, vio a Aitor y Sara besándose a lo loco, dándose cuenta inevitablemente el comisario de ello observándolo desde el exterior, por la ventana.

La trama del caso en torno al conjunto del episodio me ha gustado bastante, ha sido de lo que más me ha gustado en efecto, con un Nelson que corre peligro y que como Paco y Mariano no mantuvieran a salvo al italiano que tenían detenido les iba a salir muy caro. La mala suerte quiso que el mafioso se escapara, gracias a unos martillazos de Sara en la pared de su casa en el tornillo que sobresalía de la pared de su casa sin saber que al otro lado estaba el mafioso en cuestión, ayudándole a quitarle la argolla y a escapar. Pero en su intento desesperado de escapar se comió prácticamente todas las trampas para ratones que habían colocado Paco y Mariano, y no conforme con eso, acabó cayendo justamente en donde la taza del water rota, y se encrustó un trozo que sobresalía de la taza en el pecho, muriendo justo después.

Cuando Paco y Mariano llegaron de una reunión que establecieron con uno de los cabecillas de la banda, que les daba una suma tremenda de dinero porque le dieran a su compañero, llevarse Paco y Mariano a Nelson, y olvidarse de todo como si no hubiera pasado nada, su sorpresa, como no podía ser de otra manera, puesto que no se lo esperaban en absoluto, fue mayúscula al encontrarse muerto al mafioso. Cuando fueron a sacarle de la casa en silla de ruedas y poniéndole gafas de sol para disimular su estado, la policía les rodeó para detenerles.

Y es que los de Asuntos Internos, tras una minuciosa investigación, (interesante el personaje el que parece el jefe de Asuntos Internos, me recuerda a Salgado quizás pero más en plan bestia todavía que aquella, y al parecer lo interpreta un actor consagrado, Fernando Cayo) descubrieron que, sin saberlo nadie, únicamente Paco, Mariano y Aitor (y después también Povedilla) puesto que ellos fueron los autores intelectuales de los hechos, detuvieron al mafioso italiano, que al parecer pertenecía a una banda más peligrosa de lo común, que ha hecho necesaria la intervención del organismo de Asuntos Internos para indagar más a fondo en este asunto. Los avances en el caso, en definitiva, bastante positivos y en próximos capítulos la cosa se presenta interesantísima.

Entrando ya en terrenos de tramas sentimentales, ya que el resto del capítulo ha estado bastante centrado en las diversas tramas sentimentales que componen la serie ahora mismo, por la parte centrada en Aitor y Sara, la verdad que no me ha parecido en esta ocasión inapropiado el comportamiento de los personajes, incluso Aitor quería rechazar a Sara en un primer instante porque ya le decía que esto pondría en serio riesgo su matrimonio, pero Sara, que no notaba la presencia de Lucas cerca suya y la de Aitor todo el tiempo, que la protegía, la ayudaba en todo, quería conquistarla a toda costa y la quería por encima de todo, esta serie de hechos han hecho que Sara sienta algo por Aitor, y estar enamorada de Lucas puede estarlo, pero claro, si este no puede corresponderle desde la distancia, allá donde esté, en ese caso Sara sufre en silencio pero sufre, y ha desarrollado poco a poco un sentimiento especial por Aitor que se ha convertido en un amor, al menos por ahora, esporádico, aunque tiene pinta la cosa de que Lucas, aparte del ramo de flores que le envió que contenía una nota, posiblemente no le envíe nada más, y acabe por decantarse por estar con Aitor, al menos por ahora. Don Lorenzo ha acabado aceptando esta relación, algo que con la de Sara y Lucas le costó una eternidad, pero la de Aitor con Sara la ha aceptado mucho más rápidamente. En este aspecto parece que Don Lorenzo ha madurado su forma de pensar las cosas, antes no pensaba en lo feliz que podía ser con Lucas, ya que conocía a Lucas desde hace mucho tiempo, quizás influyera también el hecho de que Sara fuera menor de edad, y personalmente Don Lorenzo a Lucas le tenía bastante tirria, pero ahora sin embargo con Aitor, ya ve que si Sara está bien con él, todo lo demás no importa, y hasta se interesa por empezar a conocer un poco los gustos de Aitor, dejando atrás un cierto odio que se tenían en el pasado. El hecho de que salvara a Sara de la discoteca me imagino que también ayuda bastante, y las palabras que le dirigió Aitor a Don Lorenzo también, que hasta le insultó y no se cagó en sus santísimos cojones ni le suspendió de empleo y sueldo ni nada parecido, no, asimiló las palabras de Aitor, las interpretó, las aceptó, y finalmente habló concienzadamente a Aitor. Esto en los tiempos de Lucas directamente va y le mete una ostia me parece a mí xD. La conclusión que saco de esto es que en lo personal (que no así en lo profesional, puesto que sigue siendo tan rígido y exigente como siempre) Don Lorenzo ha madurado.

Ahora hablaré un poco de lo ocurrido entre Curtis, Pepa y Silvia, y Montoya, Rita y Marga. (que en este capítulo prácticamente no apareció) Curtis tenía toda la ilusión del mundo por lograr algo con Pepa, y le dijo a Kike que da igual por cuales terceros tuviera que pasar para conquistar a Pepa, si tenía que montar tríos, da igual con quien, pues se los montaba, pero lo que él no sabía era que Pepa realmente no quería a Curtis, sino a Silvia. En este capítulo se enteró de esta triste realidad para él, y acabó por desechar una sorpresa que les tenía preparada a Pepa y Silvia de un fin de semana para tres.

Por otro lado, por el frente formado por Montoya, Marga y Rita, esta última empezó a lanzar mensajes a Montoya en los informes, mirándolo fíjamente y parpadeando con los ojos donde se podía leer el mensaje I Love You

Todo esto le sentó notablemente mal a Montoya, ya que encima se lo estaba haciendo delante de Asuntos Internos, y luego al hablar con Curtis dio a entender que no le sentó bien que Rita se estuviera comportando de esa manera con él y sabía que él tenía algo que ver, así que al final decidió mantener una conversación con Rita y decirle que estaba enamorado de Marga, que en ciertos momentos ciertamente había sentido algo por Rita, pero que no sabía si era un afecto, cariño, amor, o que, y estas cosas son habituales que pasen, hasta a mí me ha pasado, que no sabe uno lo que siente por cierta persona, pero al final acaba encontrando uno a otra persona que verdaderamente le hace sentir algo que ninguna otra persona en su vida, o al menos muy pocas podrían igualar.

Sara, por su parte, tras recibir el mensaje de Lucas en aquellos ramos de flores, no fue capaz de seguir con aquella relación que estaba manteniendo con Aitor, y estaba sumida en un auténtico mar de dudas, ya que en todo momento se la notaba bastante triste, y aparentemente no sentía ninguna alegría por saber de su marido. Esto acabó provocando un efecto curioso que me llamó bastante la atención. Prácticamente todas las relaciones acabaron por personajes terceros afectados. En el caso de Sara-Lucas, el sufrimiento es para Aitor porque pensaba que no iba a poder volver a estar con Sara después del rechazo al que fue sometido, después de un día en el que no paraban de besarse apasionadamente.

En el caso de Montoya-Marga, la parte del sufrimiento se la lleva Rita al no conseguir que Montoya se enamorara de él, pero sintiéndose desafortunada de haber caído ella en las redes del amor con el policía con más proyección del cuerpo, al no haber sido correspondida.

Y por último, el caso de Pepa-Silvia, en el que Curtis era el que soportaba un gran sufrimiento al no poder lograr conquistar a Pepa, y estar pensando que le quería desde que le metieran el tiro en el hospital cuando en realidad le quería, pero como amigo, cuando Curtis se pensaba que todo llegaba más allá de una simple amistad, y esto sí que no era así.

También tengo que achacar algún pequeño fallo en el capítulo, como la ausencia total de Nelson, y una aparición bastante reducida de Kike, que sólo ha aparecido en un par de conversaciones con Curtis, aunque bastante interesantes, y también cierto abuso quizás de las tramas sentimentales, pero sin embargo también tengo que mencionar proezas como la del increíble avance de los siguientes tres capítulos, una pasada de avance, que me ha dejado con unas ganas de presenciar el próximo capítulo tremendas, y es algo que no me pasaba desde el final del caso Káiser.

La voz en off presente al principio del capítulo es otro punto digno de mención, dándole nombre al episodio, hablando de los amores que son imposibles, y de los que simplemente son improbables. Y es que no es conveniente pensar que puedan existir los amores imposibles porque sino uno no lucha por ellos, no se esfuerza en alcanzar aquella meta de conquistar a una persona con todas sus fuerzas porque sería algo imposible, algo con probabilidad cero de ocurrir. Sin embargo, si en la conciencia de esa persona está la improbabilidad, en vez de la imposibilidad, entonces esa persona lucha con más espíritu, con más ansia, con más perspectiva de lograr algo que no lograr nada. Se da el ejemplo perfecto en el caso de Sara-Aitor. Lo suyo no es un amor imposible, es un amor improbable, de estos que prácticamente no se pueden producir, pero que sin embargo hay una ínfima posibilidad de que sí lo haga. Finalmente, con los múltiples esfuerzos de Aitor por llegar a conquistarla, ha logrado que Sara sienta algo por él, algo que con un estímulo extra de confianza por parte de Aitor, y una insistencia de aúpa, ha logrado que no llegara a ser esto algo imposible, sino convertir esa imposibilidad, en una improbabilidad, que ha acabado por sucumbir en una certeza más allá de algo muy difícil de llevar a cabo.

Este es un capítulo que, ha presentado sus pros y sus contras, y ha presentado unas tramas más sólidas, al menos en el aspecto del caso que se está llevando a cabo se refiere y que, para las siguientes 7 u 8 semanas, gracias a un avance en el que se han podido apreciar los sucesos más relevantes que tendrán lugar, se presenta con dosis de tensión muy elevadas, y, particularmente, ha sido uno de los mejores avances que he tenido oportunidad de presenciar desde aquel excelente avance de la pasada temporada del Kaiser (la que sería la 4ª temporada, aunque mediante el método seguido por Globomedia encajaría en la 6ª), titulado Lo que queda por venir Este nuevo avance, titulado Los Hombres de Paco: La Resurrección apoda a una nueva forma de ver la serie (o más bien de la temporada) por Globomedia y deja tintes de un espectacular arranque de final de temporada, probablemente haciendo alusión a una resurrección en forma de tramas, dotándolos de un enfoque parecido al que se dieron en las temporadas del caso Kaiser y el caso Uriarte, ambos con patentes toques de thriller e intriga.

Sólo falta, en cierta medida, que se dieran ciertas explicaciones de algunos entramados sentimentales presentes en la temporada, y podría brillar con luz propia, recuperando seguidores que recientemente ha perdido paulatinamente, teniendo, presumiblemente, gran parte de la culpa el nuevo enfoque que se le ha dado recientemente al personaje de Sara Miranda, y también al de Aitor Carrasco. Y es que no depende sólo de mí la cosa, aquí las audiencias mandan, y la gran mayoría no están conformes con el rumbo que se les ha proporcionado a estos dos personajes de la pequeña pantalla. Por lo demás, aquí finaliza este análisis, de una serie que me sigue enganchando semana tras semana.